Numerosas protestas surgieron en el mundo ‘elegetebeku’ debido a la facilidad con la que el debate sobre la diversidad sexual fue descartado volviendo a lo bíblico: «Dios los creó varón y mujer». Desde Alemania y otros círculos católicos «liberales» de todo el mundo han llegado ataques contra la parte bioética de la Declaración. La táctica, tan visible, de añadir temas sociales en clave progresista manteniendo intacta la parafernalia tradicionalista en el resto, es un artificio que ya no se puede digerir.

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El Papa Francisco ha dado  un nuevo golpe al sínodo al crear diez grupos de trabajo. Continuarán sus trabajos hasta junio de 2025 y todo debe ser coordinado por los distintos dicasterios de la Curia Romana.

No menos problemática es la situación de la diócesis de Roma.  De Donatis acabó en el ojo del huracán por una torpe gestión del caso Rupnik. Contó durante mucho tiempo con el apoyo del Papa Francisco, pero fue defendido fuera de tiempo por De Donatis. Rupnik era amigo del Papa Francisco y de Donatis no calibró la debilidad de las amistades pontificias y se lanzó a decorar  la capilla del seminario mayor de Roma, obra cuyo coste se desconoce. En la diócesis no se sabe cuál es la situación en materia de abusos, y tampoco en este aspecto hay transparencia en casa. El Papa Francisco nunca se ha fiado de nadie, utiliza algunos en momentos puntuales, ahora cada vez menos, cada vez más solo y aislado, no confía en casi nadie, hace y deshace basándose en criterios que a veces se pueden entender, en otros casos es más complicado.

El caso de la monja francesa ha abierto una brecha  con el Vaticano. El cardenal Marc Ouellet fue condenado por el tribunal civil de Lorient a pagar varios cientos de miles de euros junto con una orden religiosa por haber difamado y puesto en la calle de la noche a la mañana a la monja francesa Marie Ferreol.  Después de treinta años de honorable servicio en la comunidad dominicana, debido a su orientación conservadora, Sor Marie se encontró sin recursos, completamente sola.

El Vaticano respondió con una declaración muy dura: «una posible sentencia del Tribunal de Lorient podría plantear no sólo cuestiones relevantes sobre la inmunidad, sino que si se pronunciara sobre la disciplina interna y la pertenencia a un instituto religioso, podría haber dado lugar a una grave violación de los derechos fundamentales a la libertad religiosa y a la libertad de asociación de los fieles católicos». El Vaticano defiende las prerrogativas del cardenal y de la Santa Sede, existe el temor de que se cree un precedente peligroso capaz de abrir un abismo en los casos de indemnización relacionados con la pedofilia.

El comunicado vaticano añade que se enteró de la decisión del tribunal de Lorient sólo por la prensa (la noticia había sido anticipada por La Croix) y que por el momento Ouellet nunca ha recibido ninguna citación del Tribunal.  Sin dar ninguna explicación a la monja, la hermana Ferréol,  se le ordenó abandonar la comunidad. La abogada de la monja:  «Ni siquiera se le dio la oportunidad de tener una defensa o un abogado. La monja se quedó sin vivienda, sin trabajo ni prestaciones por desempleo. Nada». El Vaticano nunca ha dado acceso a los documentos de la inspección asegurando que  no hay derecho a acceder a los archivos confidenciales.

El presidente turco, Erdogan, escribió a «Su Santidad el Papa Francisco, guía espiritual del mundo católico» para subrayar la necesidad de que «la comunidad internacional actúe en cooperación y coordinación» para «los desafíos que enfrentamos».»En particular los ataques indiscriminados israelíes en Gaza, donde la gente muere de hambre debido a la falta de entrega de ayuda humanitaria incluso durante el mes sagrado del Ramadán, y el impacto global de la guerra en Ucrania, que ha llegado en su tercer año».