Sobre el sínodo, Hollerich, parece que se queja de que no interesa a nadie y que esto se termina sin resultados. “Hoy comenzamos el cuarto módulo de nuestra Asamblea, el último dedicado a examinar el contenido del Instrumentum laboris”. “Sabemos bien que este Sínodo será evaluado en función de los cambios perceptibles que de él resultarán. Los grandes medios de comunicación, especialmente los más alejados de la Iglesia, están interesados en posibles cambios sobre un número muy limitado de temas. No los enumeraré porque todos los conocemos. Pero también las personas más cercanas a nosotros, nuestros colaboradores, los miembros de los consejos pastorales, las personas involucradas en las parroquias se preguntan qué cambiará para ellos, cómo podrán experimentar concretamente en sus vidas ese discipulado misionero, esa colaboración y responsabilidad que hemos reflexionado en nuestro Trabajo.
Y se preguntan cómo es posible esto en una Iglesia aún poco sinodal, donde sienten que su opinión no cuenta y que unos pocos o uno solo decide todo. Estas personas están particularmente interesadas en los pequeños pero sensibles cambios en los temas que nos estamos preparando para abordar en este Módulo». En el Sínodo sobre la sinodalidad, si no hay la tan esperada transparencia es culpa de los medios de comunicación. Hollerich desde el principio estuvo preocupado por los juicios que pudieran surgir de la opinión pública en una Iglesia tan polarizada como la actual. Seguimos con lo de siempre y para Hollerich, «en lugares donde reina el clericalismo, hay una Iglesia que no se mueve, una Iglesia sin misión. El clericalismo puede afectar al clero e incluso a los laicos cuando afirman mantener la responsabilidad para siempre. Los clericales sólo quieren mantener el «status quo», porque sólo el «status quo» cimenta su poder. ¡Misión imposible!»
El inefable Tucho se manifiesta en Facebook: «Todas las personas con autoridad tienen tendencia a abusar». Se refiere “a abusos de cualquier tipo (sexuales, de autoridad, manipulación de conciencias, etc.)”. Luego se centra en una forma particular de abuso que, sin embargo, parece haber desaparecido, al menos entre la mayoría: «también existía la violencia verbal que llevaba demasiado rápido a juzgar a los demás con dureza, sin temor a herirlos y destruir su autoestima. Decían: «adúlteros», «sodomitas», «hijos ilegítimos», «degenerados», «pecadores», etc. ». Y así llegamos a descubrir que multitudes de santos, desde San Pablo, pasando por Santo Tomás de Aquino y San Juan Bosco, abusaron porque usaron estos términos innobles. La categoría moral del adulterio, la sodomía, el parentesco ilegítimo, la degeneración de la moral e incluso la del pecado, no sólo ya no existe, sino que es incorrecto evocarla. Son como insultos, son palabras o expresiones que ya no indican una realidad objetiva, sino que son sólo epítetos despreciables, títulos insultantes.
Dicen que el Papa Francisco es muy popular y querido en todo el mundo, esta es la idea que los grandes medios nos pretenden transmitir, mucho más en su Argentina natal. Por otro lado, los hechos son tercos, las audiencias están vacías y somos generosos, y de visitar su amada Argentina no tenemos noticias. En Argentina ha salido un candidato molesto, ‘un payaso de mesías’ en definición pontificia, un tal Milei al que el Papa Francisco no le gusta nada y lo dice. Durante el acto de cierre de campaña de Milei, estadio repleto, se lanzaron a pedir la ruptura de relaciones con el Vaticano mientras esté Francisco. Veremos los resultados, lo últimos fueron buenos, pero todo apunta a que las simpatías del Papa Francisco pintan muy poco en su Argentina querida.
La implicación del Vaticano y del Papa Francisco es manifiesta en las teorías de los calentólogos. El Papa Francisco recibió hoy al Secretario General del Consejo Musulmán de Ancianos, Mohamed Abdel Salam, para conocer los preparativos en curso para el Pabellón de la Fe en la COP28. «El pabellón pretende ser una plataforma global para el diálogo entre líderes de diferentes religiones involucrarlos en los esfuerzos para abordar el cambio climático». Está prevista una cumbre mundial de líderes religiosos, la Confluencia de Conciencia, que tendrá lugar los días 6 y 7 de noviembre en Abu Dhabi junto con la presidencia de la COP28.
Y nos vamos a Kenia donde no gustan las tolerancias arco iris. Las protestas, encabezadas por líderes musulmanes, se produjeron después de un fallo de la Corte Suprema el 12 de septiembre que declaró que los grupos pro-LGBT no están violando la ley al defender la legalidad de los actos homosexuales, citando leyes que permiten a las personas el derecho a asociarse. Los cristianos también asistieron a las protestas contra la decisión. Los manifestantes están pidiendo a su presidente “que ponga los pies en la tierra” y ponga fin a la agenda LGBT en Kenia, citando los esfuerzos en Uganda para restringir la homosexualidad y el transgénero en toda la nación. «El presidente Ruto fue muy claro en que la homosexualidad es inaceptable en Kenia y quiero instar a mis compañeros patriotas a unirse para salvaguardar a nuestra nación contra tales prácticas».
Un artículo de hoy se centra en las recientes emanaciones del obispo de Amberes, Johan Bonny: «Siempre apoyaremos el respeto a la vida, pero lamento que el Vaticano sostiene que la eutanasia es siempre un mal intrínseco, independientemente de las circunstancias». Es la Iglesia y la lógica del «pero también», la tendencia típica con la que la Iglesia de hoy, sosteniendo firmemente la doctrina de palabra, se abre a desarrollos pastorales contrarios a la doctrina misma. Bonny es un brillante ejemplo: «el obispo afirmaría que está siempre a favor de la vida, pero también no siempre, y que en algunas circunstancias, en nombre del discernimiento, la palabra mágica con la que todo se puede justificar, la eutanasia no es un mal. Lo comparan con el gran cardenal Clemens August von Galen, el León de Münster. Su lema episcopal era Nec laudibus nec miedo, ni con alabanza ni con amenaza me desviaré de los caminos de Dios. En 1941, desde el púlpito de su catedral, lanzó tres sermones explosivos contra lo que el régimen nazi estaba haciendo tanto en relación con la Iglesia (deportación de religiosos, ocupación y confiscación de conventos) como con su propia población, no sólo de origen judío. En 1942, un artículo en el New York Times lo definía como «el oponente más obstinado del programa nacionalsocialista anticristiano».
No tenemos tan lejos los tiempos de la infame Aktion T4, el programa de eutanasia con el que el régimen comenzó a eliminar sistemáticamente a personas con discapacidad física y mental, que comenzó con niños. El 3 de agosto de 1941 un sermón desde el púlpito sobre el quinto mandamiento – No matarás – que, por la fuerza de sus palabras, fue definido por el Ministerio de Propaganda dirigido por Goebbels como «el ataque frontal más fuerte contra el nazismo en todos los años de su existencia». No estaría de más que el Bonny lo leyera: «Si se establece y acepta el principio de que podemos matar a nuestros hermanos improductivos , ¡la calamidad y la desgracia nos sobrevendrán cuando envejezcamos y nos debilitemos! Si permitimos que uno de nosotros mate a los que son improductivos , la desgracia caerá sobre los inválidos que se han agotado, sacrificado y perdido salud y fuerza en el proceso productivo». (…) ¡Ay del género humano, ay de nuestra nación alemana si no sólo se infringe el santo mandamiento de Dios: «No matarás», que Dios proclamó en el monte Sinaí entre truenos y relámpagos, que Dios nuestro creador imprimió en la conciencia de la raza humana desde el principio de los tiempos, pero esta violación es tolerada y se permite que quede impune.»
Y terminamos con las noticias sobre la colecta del DOMUND, para ayudar a las misiones, la más antigua y popular en nuestras parroquias. En los diez años del pontificado del Papa Francisco se ha reducido a la mitad, del 140 millones a 70. E lema de este año es: “Corazones ardientes, pies que caminan”, nos llegan muchos materiales, muchos videos, pero por desgracia, esto parece interesar cada vez menos. Al Papa Francisco no le gusta el proselitismo, es una de sus obsesiones y, será por esto, o por otras muchas causas, los católicos han dejado de ayudar a sus misiones. Tampoco nos dicen, se lo callan como muertos, con se reparten estos recursos. Sabemos que una gran parte se queda en Roma, la colecta puede bajar, esta parte crece, para cubrir los enormes déficits de la universidad Urbaniana y de los colegios internacionales que acogen a sus estudiantes. La todopoderosa congregación de propaganda fidei no está en su mejor momento. Mucho nos tememos que a lo que entendemos por misiones, llega más bien poco, si es que llega algo.
«Sí, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación».
Buena lectura.
Vamos a ver,tío listo(Hollerich):
Sin quererlo,una madrastra sinodal dio hace unos días la clave exacta de lo del statu quo.Según ella,»muchos» dentro de la Iglesia viven con el constante miedo de que salgan a la luz sus trapos sucios.Y «como no se puede vivir siempre con miedo»,no ven mejor solución contradecir a la Sagrada Escritura,y a la Sagrada e ininterrumpida Tradición,y afirmar solemnemente que los trapos son limpios…
El colmo de la caradura:En lugar de «moverse»,rompiendo ese statu quo llevando una vida según la Ley de Dios,la solución que dan es afianzar y enrocar el propio statu quo, lavando la conciencia con mil y un sufterfugio a esa Ley Inmutable.Es decir,convertir el de facto en de iure.
Aunque sólo sea por aquello tan sabio de que «el miedo guarda la viña»,se lo debieran de pensar dos veces.