Lo de profesor, a sus ochenta años, ya evidentemente jubilado, y lo de sacerdote, caso de que lo sea. en la categoría de mierda.
Y daré cuenta del calificativo.
Un historiador puede ser de derechas o de izquierdas, marxista o no, dejarse llevar de sus filias y de sus fobias o enfrentarse a los hechos sin sectarismos. Segńn todo ello merecerá un, juicio de quienes le lean y de otros historiadores. Como buen especialista en cuestiones históricas o como un manipulador y un falsario. Pero para nada quiero referirme al historiador sino al sacerdote que pienso que es. Si no lo fuera ténganse por no escritas estás palabras.
Un sacerdote no puede falsear la historia en beneficio de su religión pero ya hacerlo en perjuicio de la misma alineándose con los enemigos de la Iglesia indica una mentalidad más propia de los adversarios que de un sacerdote católico.
La Iglesia en España en muy pocos años del siglo XIX se vio perseguida con saña. Se encontró sin órdenes religiosas que el Estado suprimió y sin bienes que fueron desamortizados. Además de otras numerosas medidas persecutorias que no vamos a enumerar ahora por ser muy conocidas aunque de menos entidad que las citadas. Y la Iglesia naturalmente se dolió. Pues este sacerdote, caso de que lo sea, con quién está es con los enemigos.
Y así dice: «Ante el desmantelamiento de la Iglesia del Antiguo Régimen con la exclaustración de los regulares y la desamortización. la mayoría de los obispos reaccionaron con intransigencia y se negaron a cualquier intento de diálogo» (Diccionario biográfico de los obispos españoles bajo el régimen del Real Patronato. I, A-F. BAC, Madrid, 2023, pg. 195).
Como historiador sabe muy bien que no cabía más diálogo que la sumisión absoluta ante el atropello y el latrocinio. Y no supieron ni quisieron traicionar a la Iglesia.
¿Piensa asimismo que los doce obispos, siete mil sacerdotes, trescientas monjas y más de diez mil seglares católicos asesinados cien años después fueron también intransigentes y se negaron a cualquier intento de diálogo con los que los mataban?
Es que con curas así, caso de que este lo sea, cabe cualquier cosa.
Y también mis calificativos
No muy lejos de esos términos se expresan numerosos manuales de Historia de la Iglesia .A la hora de interpretar el pasado este tipo de sacerdote-historiador, con poco en realidad de ambas cosas, adopta con frecuencia el enfoque liberal_marxista ( no hay contradicción en los términos.
No tengo el gusto (o disgusto) de conocer a este señor, pero todo parece indicar que sus ideas son las de un extremista de izquierdas. Por cierto: según el INE, los nombres Máximo, Maximino, Maximiano y Maximiliano (todos procedentes del superlativo latino «maximus») atraviesan en España una crisis terminal; sus portadores son cada vez menos y cada vez más ancianos. Sus femeninos se hallan en un absoluto estado de decadencia. Si digo esto es porque ya saben la «manía» que tengo de dar datos de los nombres propios (espero que no se lo tomen a mal).
«Ante el desmantelamiento de la Iglesia del Antiguo Régimen con la exclaustración de los regulares y la desamortización. la mayoría de los obispos reaccionaron con intransigencia y se negaron a cualquier intento de diálogo» (Diccionario biográfico de los obispos españoles bajo el régimen del Real Patronato. I, A-F. BAC, Madrid, 2023, pg. 195).
No sé si lo dice él o lo dice el Diccionario de los obispos… Pero en cualquier caso, está bien dicho. Reaccionaron con intransigencia y se negaron a cualquier intento de diálogo. Pues justo lo que había que hacer. Bien hecho estuvo. Y si eso es todo, no veo la razón de arremeter contra este historiador y sacerdote.
No es sacerdote, ni de la diócesis de Valladolid, ni de ninguna … supuestamente es profesor de la Universidad de Valladolid, en la especialidad de Historia Moderna, tiene también un libro publicado en la editorial ACTAS y otras editoriales sobre temas de historia moderna, me imagino que interpretada por él.