Un diez y matrícula. “La Civiltà Cattolica” aprueba a Francisco como maestro de elocuencia

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Mañana martes 19 de noviembre, el papa Francisco emprende su viaje número treinta y dos, esta vez a Tailandia y Japón. Y como siempre, los setenta periodistas que viajarán con él tienen toda la atención centrada en la habitual rueda de prensa que concederá en el vuelo de vuelta a Roma.

Las respuestas a los periodistas se han convertido en una constante del “magisterio” de Jorge Mario Bergoglio, que además de las ruedas de prensa en el avión, también concede innumerables entrevistas cara a cara.

En el último número de “La Civiltà Cattolica”, el jesuita argentino Diego Fares, partiendo de uno de los últimos libros-entrevista de Francisco –”escrito por él a cuatro manos” con el periodista, también argentino, Hernán Reyes Alcaide–, analiza y aprueba con la nota máxima el lenguaje adoptado por el papa, catalogado como un “acontecimiento de comunicación nuevo”.

Un lenguaje que a propósito se quiere “incompleto”, escribe Fares, porque debe ser “completado por lo que dice el otro”. Entonces uno piensa en los coloquios de Bergoglio con Eugenio Scalfari, fundador del periódico “la Repubblica” y figura de relieve de la intelectualidad laica italiana, llenos de propuestas heréticas atribuidas al papa –desde la no existencia del infierno a la no divinidad de Jesús–, precisamente porque son “completados [por el otro] para que el lector entienda”, según lo que ha confesado el propio entrevistador.

Pero cedamos la palabra a “La Civiltà Cattolica”, para saber cómo el propio papa Francisco explica su modo de hablar, en el que –exhorta la revista– hay que dejar que nade “como pez en el agua”.

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“UN ACONTECIMIENTO DE COMUNICACIÓN NUEVO”

por Diego Fares S.I., de “La Civiltà Cattolica” del 16 de noviembre de 2019

El hecho de que el papa, el entrevistado, se transforme en coautor del libro, cambia su género literario: ya no estamos ante una crónica periodística, sino más bien ante un acontecimiento de comunicación nuevo. […] En estas conversaciones escritas a cuatro manos se consolida definitivamente un estilo de comunicación que Francisco, poco a poco, ha ido elaborando –a partir de la primera entrevista que concedió al padre Antonio Spadaro– en cada encuentro con los periodistas a la vuelta de sus viajes apostólicos.

Francisco ha comprendido que conceder entrevistas es un modo para “salir” hacia la periferia del lenguaje. Salir en el sentido que, cuando él hace un discurso oficial, entrega un discurso “completo”, mientras que cuando concede una entrevista, su discurso es “incompleto” y es completado por lo que dice el otro. […]

El papa es consciente de que corre riesgos, pero para él “lo más importante es que el mensaje llegue”, como él mismo ha declarado, visiblemente conmovido, en la rueda de prensa durante el viaje de vuelta de Myanmar. […]

Estamos ante un papa que ha pasado de sentirse “como Daniel en la fosa de los leones” a encontrarse no sólo cómodo, sino que se transforma en periodista, hasta el punto de utilizar las preguntas y las réplicas para reflexionar, con los periodistas, sobre el modo cómo él intenta comunicarse. […]

Tan importante como las opiniones concretas del papa es el carácter estimulante de su modo de dialogar. […] Es verdad que el papa dice lo que piensa sobre muchos temas; pero si se observa cómo modera y concretiza sus juicios –algo que pasa inadvertido a muchos medios de comunicación–, uno se da cuenta de que no está intentando imponer su idea, sino que está tanteando el terreno sobre el que el otro permite que apoye el pie en el diálogo para, así, dar juntos un paso adelante en el bien común y la comprensión de la verdad. […]

Por tanto, no debe confundirse la fragilidad de sus propuestas con el relativismo o la ambigüedad. Si la palabra viva se despoja de la dura corteza de la abstracción indiscutible y se transforma en frágil, es por deseo de imitar al Señor, que asumió la fragilidad de nuestra carne para poder hablarnos de modo que le entendiéramos y para que le dejáramos entrar en nuestra vida y en nuestro corazón. […]

El modo con el que Francisco considera los datos estadísticos puede hacernos comprender cómo él interpreta el presente. […] El papa utiliza los datos –los que han sido elaborados por la ciencia como los del hombre común–, no para justificar un discurso culto o de ideas inflexibles, y tampoco para adquirir popularidad, sino como punto de partida para un diálogo que pueda resultar verdaderamente fecundo.

Las expresiones que elige no son en absoluto de imposición. […] Este control del lenguaje, para que este sugiera todo y no imponga nada, no tiene que ser interpretado sólo como manifestación de la humildad personal del papa, sino como ejercicio del poder magisterial a un nivel y con una precisión a la que muchos no están acostumbrados. No sólo son objeto del magisterio las definiciones dogmáticas sobre puntos controvertidos, que se concluyen con un anatema o una ley general, sino también la indicación de que hay un don del Espíritu al que hay que prestar especial atención. […]

Si hay algo que, en estos años, el papa ha enseñado a los periodistas –y a todo el que quiera escucharle–, es que lo que él dice necesita de  una correcta interpretación por parte del otro. […] Y esto implica que hay que tener presente no sólo “lo que él dice”, sino también “a quién se lo dice, cuándo, dónde, con qué tono y de qué manera”. […] El temor de ser malinterpretado induce a muchos a no hablar y empuja a quien debe hacerlo a “blindar” su lenguaje. Por esto, cuando el papa, sin demasiada retórica, se pone a dialogar, por lo menos se pide que se escuche bien lo que dice y cómo lo dice. Quitar los puntos interrogativos a sus preguntas, privar a sus afirmaciones de los matices temporales, traducir sus sugerencias como dogmas, sacar de contexto una frase… todas estas artimañas, realizadas sin darse cuenta o de mala fe, equivalen a burlarse de un pez después de haberlo sacado del agua.

Comentarios
9 comentarios en “Un diez y matrícula. “La Civiltà Cattolica” aprueba a Francisco como maestro de elocuencia
  1. No sé si el discurso del P. Fares, S.J., ha estado lo suficientemente incompleto. A lo mejor debería ensayar suprimir algunos verbos, sustantivos y adjetivos por aquí y por allá, y dejarla picando, como se dice en el Plata. Por ejemplo, queda demasiado claro que él ve como muy positiva la forma de comunicarse del Papa. A lo mejor si dejaba la cosa más en la ambigüedad…

  2. Para mantener un diálogo desde la fe, hacia los no creyentes, hace falta una buena formación intelectual y doctrinal, para no caer en sofismas, vaguedades o sentimentalismos. Es lo que hacía de forma brillante JP II y Benedicto XVI.
    Es evidente que Francisco no tiene la formación intelectual que los papás anteriores, por esto es experto en gestos cara la galeria. Pero en vez de aceptarlo con humildad, se dedica a ser un charlatán, diciendo una cosa y la contraria, haciendo lo contrario de lo que dice, etc. Que esto lo haga un político, ya lo sabemos, pero un Papa, no es aceptable.

  3. Es que me parto, como el Trilero Pachamemo es un zote y habla lo primero que se le ocurre, y un día dice una cosa y otro otra, resulta que eso es un NUEVO ACONTECIMIENTO DE COMUNICACIÓN, pretendidamente incompleto.
    El pelota es cachondo el tio. No se sabe en realidad si es un elogio, o es el mas refinado de los insultos, pero divertido es un rato. Desde luego si es un insulto, el TROLAS PATAGONICO, no lo pilla, fijo.
    Con estos corifeos y elogios, para gilipollas, El Trilero de la PAMPA no necesita enemigos. Hay que ver lo que le gusta que le alaben aunque sea su inutilidad, y lo que cabrea que se le critique, por destrozar la Iglesia.
    Eso si, mucha rueda de prensa para decir mamarrachadas, pero no contesta lo DUBIA que es su trabajo, y para lo que fe elegido y nombrado, no para hacer el chorras, ni defender a dictadorzuelos de izquierda.

    1. Nos importa A la I.Catolica que transmita la FÉ, , qué predique a CRISTO..; esto que es la misión de un Pap.a Francisco lo descuida;, mejor dicho lo ataca frontalmente.
      La ELOCUENCIA , La mínima para la CLARUDAD del contenido.
      ; de lo que Francis carece por completo.
      Sí. Alegó define el discurso de Francisco es el contenido falso- directamente o por ambiguo, y su repetición monótona y machacona de dos tres ideas que sin la esencia de manipulación perversa de la Doctrina y la Pastoral.

    2. Así es Juan, esto es una cosa de dementes!!! Nunca en la historia se ha visto un pontificado de estas características tan aberrantes, tan descabelladas, tan paranóicas, tan espeluznantes!!! Si la Historia no se acaba en estos tiempos, dirá que aquí se ha terminado con la civilización cristiana!!!

    3. Además de estar completamente de acuerdo con Juan Nadie… me he reído con su por la forma de redactar el comentario. Hay veces que el humor ayuda a explicar la terrible realidad.

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