No seas ridículo, es Dios

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¿Alguna vez habéis visto un hormiguero artificial? Las hormigas viven allí tan agusto. Cavan sus túneles, la reina tiene sus larvas, comen, crecen… viven tranquilas, cómodas, sin problemas.

Siempre me ha recordado a la relación que tiene Dios con nosotros. Dios ha creado ese hormiguero, sin ninguna necesidad, por pura bondad. ¿Quién necesita hormigas? Pero a pesar de eso nos ha creado, y como dueño de ese terrario, puede hacer lo que le dé la gana con él, literalmente, lo que le de la gana.

Sin embargo, Dios nos ha creado por amor. Nos ama a cada uno, para que le amemos y no solo eso, Dios quiere que nos salvemos, quiere nuestro bien, nuestra felicidad eterna. Para eso nos revela su existencia y su plan con las Sagradas Escrituras y como a pesar de eso no le hacemos mucho caso, tuvo que hacerse hombre para conocer el bien, le sigamos, le amemos y así poder salvarnos e ir al cielo.

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Dios no se cansa de perseguirnos, de darse a conocer, de darnos oportunidades. Porque nos ama.

Solo hay un problema, Dios nos ha hecho libres. Y por culpa de esa libertad fuimos tentados y entró el pecado en nuestro corazón.

Desde entonces la hormiga sospecha de su dueño, le niega, le insulta, le ignora. Sin saber que si el creador se cansa puede tirarla por el retrete.

Que ridículos parecemos cuando solo somos hormigas ante Dios pero, aún así, nos aprovechamos de esa bondad de Dios y se nos olvida que nuestro bien, nuestra salvación y nuestra felicidad están con Dios y que Él como creador nuestro y que nos ama, es el que más felices nos puede hacer y donde mejor vamos a estar.

Con Él en la vida eterna.

Yo, preferisco il Paradiso.

 

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2 comentarios en “No seas ridículo, es Dios

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