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LAS DIACONISAS Y EL SACERDOCIO FEMENINO EN LA IGLESIA

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En una reunión del Papa, el día 12 de mayo (2016), con 900 superioras generales de varios institutos y congregaciones religiosas, integradas en la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), una de ellas le ha preguntado por qué no instituía una comisión «para estudiar la exclusión de las mujeres del servicio como diaconisas». El Papa le ha contestado que «sería algo bueno para la Iglesia aclarar este punto» y que  es «una posibilidad a día de hoy». El Papa añadió que hace tiempo había comentado con «un sabio profesor» el tema de «las diáconas en los primeros siglos de la Iglesia, pero no se sabía realmente qué papel desarrollaban y sobre todo si habían sido ordenadas o no»  (Almudena Martínez Bordíu, ¿Mujeres diaconisas? El Papa Francisco dice que «lo estudiará», Infovaticana.com (12/05/2016) 1-3.

«El Papa ha arrojado una cerilla en un pajar y se levantará una humareda» (Carlos Herrera en la COPE, día 13/05). Los periódicos de ese mismo día con gran despliegue: «La mujeres podrán bautizar y casar». Pero si las mujeres, como cualquier laico, ya han podido y pueden bautizar en casos de emergencia y el ministro del sacramento del matrimonio no es el sacerdote, sino los contrayentes. El sacerdote es un testigo cualificado en nombre y representación de la Iglesia. En los primeros siglos cristianos, el ritual del matrimonio entre cristianos era el mismo que el de los no cristianos con la misma fórmula que se mantuvo prácticamente inalterada y vigente desde varios siglos antes de Jesucristo hasta casi nuestros días. No había ningún rito específicamente cristiano, ni se celebraba en un templo cristiano. San Ignacio de Antioquía añade una sola condición en su carta a Policarpo, obispo de Esmirna (5,2): “Respecto a los hombres y mujeres que se casan conviene que celebren su unión con conocimiento del obispo para que su matrimonio sea conforme al Señor, no solo por deseo apasionado”. Con el tiempo tanto la celebración del matrimonio como la declaración de su nulidad se ha “clericalizado” y “burocratizado” seguramente en exceso.

Como bibliografía general para las diaconisas en los primeros siglos de la Iglesia, cf. Roger Gryson, Le ministére des femmes dans l´ Église ancienne, J. Duculot, Gembloux 1972;  M. Guerra, Sacerdotes y laicos en la Iglesia primitiva y en los cultos paganos, Eunsa, Pamplona 2002, especialmente 52-62; IDEM, las palabras Clero/grados clericales, Imposición de manos, Ministerio-ministerios, Mujer (sacerdocio de la), Padres de la Iglesia,  Religiones no cristianas (el sacerdocio en las) en Profesores de la Facultad de Teología de Burgos, Diccionario del Sacerdocio, B.A.C., Madrid 2005;  Aimé-George, Martimort, Les Diaconesses. Essai historique, Ed. Liturgiche, Roma 1984

  1. EN TORNO AL NOMBRE

En todas las religiones los sacerdotes han tenido «ayudantes». Uno de los nombres de estos ayudantes, en la antigüedad griega es diákonos, palabra que ha permanecido inalterada desde la primera mitad del siglo quinto antes de Cristo, fecha de su aparición en los documentos  conservados y conocidos (Prometeo de Ésquilo, Historias de Heródoto) hasta nuestros días (cf. M. Guerra, Diáconos helénicos y bíblicos, Facultad de Teología, Burgos 1962).

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Comentarios
1 comentarios en “LAS DIACONISAS Y EL SACERDOCIO FEMENINO EN LA IGLESIA
  1. Hola Don Manuel. Tengo un gran interés en leer su libro «La trama masónica» pero no consigo encontrarlo. ¿Me puede usted ayudar?
    Un saludo y gracias.

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