Rechazar a Bergoglio, acoger a Francisco

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Cuentanque el Papa Pío II, Eneas Silvio Piccolomini, cuando le señalaron las contradicciones de su pontificado con sus ideas antes de ser elegido Soberano Pontífice dijo: “Rechazad a Eneas, acoged a Pío”.
No sabemos si la anécdota es cierta, pero encierra al menos un buen consejo. El Cardenal Bergoglio no tiene buenos antecedentes. Para enterarse basta con hacer una búsqueda en Catapulta y La Cigüeña. Los argentinos que leen nuestra bitácora podrían ampliar mucho la lista de malos antecedentes.
Pero no somos deterministas. El ser humano es libre y sabemos por la fe que el Espíritu Santo asiste de modo especial al Romano Pontífice. El juego entre la gracia y la libertad es un profundo misterio que atraviesa la historia de la Iglesia. Por una exigencia de sano realismo, debemos dejar que los hechos del Papa Francisco hablen por sí mismos, sin que su pasado nos predisponga de modo negativo.
Luego de la muerte de José Stalin, se produjo en la Unión Soviética un proceso de manipulación de la historia que se conoce como damnatio memoriae. Una de sus manifestaciones fue la inmediata caída en desgracia, detención y posterior ejecución de Beria, quien fuera la mano derecha del fallecido líder supremo de la URSS. La Gran Enciclopedia Soviética eliminó en su segunda edición la biografía de Beria, un completo y vasto artículo de tres páginas (favorable a Beria) y  para no descompaginar el texto restante de la enciclopedia, expandió en su lugar tres artículos adyacentes. El nuevo régimen pretendió fingir que Beria sencillamente no había existido, por lo que directamente las nuevas autoridades procedieron a eliminarlo de la historiografía oficial soviética.
El Papa ante la tumba de San Pío V.

Los lectores de nuestra bitácora recordarán una entrada en la que mencionamos el gesto del fraile Raniero Cantalamessa de arrodillarse para recibir la bendición de un pastor protestante, imitando idéntico gesto del cardenal Jorge M. Bergoglio. En una crítica abierta hacia el gesto, el P. Iraburu dijo que “…los gestos no tradicionales, más aún, contrarios a la tradición de la Iglesia, no son convenientes. La palabra tiene una expresividad más precisa que el gesto, aunque también ella puede ser ambigua y mal interpretada. Pero el gesto, el lenguaje no-verbal, si no es tradicional, es de suyo sumamente ambiguo. Si un gesto es tradicional, su interpretación es bastante segura. Pero si no es tradicional, y más si es contrario a la tradición católica, muy probablemente «no sirve sino para crear confusión» (…). Y así como el Magisterio apostólico muchas veces ha recomendado, en la expresión de la fe, atenerse en las palabras de la tradición católica, y no acudir a otras que pueden dar lugar a graves errores, también podemos entender esta misma norma referida al lenguaje no-verbal de los gestos.

Por eso yo desaconsejaría vivamente a un sacerdote arrodillarse para recibir la bendición de un pastor protestante; lo desaconsejaría también a un Cardenal de la S. M. Iglesia; y también, p.ej., al Papa, si en una hipótesis apenas pensable, se le ocurriera hacerlo.
Es nuestro deseo que los medios de información no traten de posicionarse políticamente ante el nuevo papa mediante una damnatio memoriae respecto de su pasado como cardenal primado de la Argentinasea suprimiendo las críticas a sus actos censurables sea exaltando unilateralmente los aspectos positivos de su oficio anterior. Para facilitarles la tarea, reproducimos al pie los comentarios completos de Iraburu sobre un gesto tan equívoco. Pensamos que la vecina infocatólca no va a caer en la tentación de suprimirlos.


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