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La fascinante belleza de los ritos orientales

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En una leyenda recogida en las crónicas que relatan los acontecimientos que se produjeron en Rusia hace mil años figura el sorprendente episodio de la «prueba de las religiones». El príncipe Vladimir había mantenido ya conversaciones con musulmanes, católicos y judíos jázaros. Había escuchado también la predicación de un «filósofo» griego, basada en la historia bíblica y complementada con un breve catecismo, a la que no fue al parecer insensible, puesto que declaró que los griegos hablaban «maravillosamente» y «con mucha sutileza» y que era un placer escucharlos. La predicación, sin embargo, no fue suficiente; ni la doctrina ni el catecismo podían resolver la cuestión, ya que si escuchar era importante, ver no lo era menos. Siguiendo el juicioso consejo de los nobles y los ancianos, Vladimir designó entonces a diez «hombres buenos e inteligentes» para que fueran a contemplar con sus propios ojos la realidad visible de cada religión, su manifestación exterior en su ambiente propio.
Los enviados cumplieron su misión. Los movimientos y gestos de los musulmanes les parecieron extraños. El ritual romano no les procuró una satisfacción estética. En Constantinopla, sin embargo, el patriarca les mostró la «belleza eclesiástica», de la que informaron al príncipe en estos términos: «no sabemos si estábamos en el cielo o en la tierra, pues no hay en la tierra espectáculo ni belleza semejantes, ni sabemos cómo describirlos; lo único que sabemos es que allí Dios mora entre los hombres y que el servicio divino es mejor que en cualquier otro país. No podemos olvidar esa belleza». La palabra «belleza» aparece una y otra vez, y la emoción producida por la belleza adquiere valor de argumento teológico decisivo: «allí Dios mora entre los hombres». Al fin puede el príncipe hacer su elección. Vladímir se decidió por el cristianismo, gracias a la fascinante belleza ritual de la Iglesia bizantina.



P.S.: Los interesados en participar de algún rito católico oriental pueden encontrar más información aquí (España) y aquí (Argentina). Animamos a nuestros lectores a que  aporten información y experiencia sobre los ritos orientales en sus respectivos lugares de residencia.


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