Fortumberto Eco en el Cucurull de la Rosa

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Del post de ayer, recibí el siguiente correo que me dejó admirado. Ya se ve que tengo lectores fascinantes. Me señala que en la anotación bajo la línea aparece “delectationis”. No sé como no lo vi. En fin, os ofrezco el texto que este lector me envío:
Es una copia casi renacentista, le diría por su letra humanística redonda (1400 largos) de la Epistula ad Pisones (el arte poético) de Horacio con glosas. Ay, lo que debe a los cristianos lo que hoy llamamos cultura clásica, a su pasado pagano. A los más silenciosos de todos –y, al tiempo, los más locuaces, como demuestra ese texto-: los religiosos. Son los vv. 333-344: Aut prodesse uolunt aut delectare poetae […] lectorem delectando pariterque monendo. Supongo que no los ha escogido al azar: condensan aquello en lo que el arte cristiano puso el acento al interpretar al de Venusia: el poeta como maestro de vida (y no otro fue el afán de la mejor poesía moral cristiana, complemento de la hímnica, ya poesía divina) enseña sus caminos deleitando; y, por eso, como recomienda, con frases como saetas, cortas para alcanzar el corazón, y temas próximos a la verdad.
En cuanto a lo de los dos copistas, no me apostaría nada. Sí creo, sin embargo, que hay dos glosadores. Separados por cierta distancia temporal entre sí. Así lo me lo parece a la luz de la glosa interlineal al v. 338 (Fictaque uoluptatis causa [sint proxima ueris]) que usted señala. Ahí se lee “delectationis” por una mano y, al lado, por otra mano y tinta, la abreviatura de “per”. Delectationis va como sinónimo de uoluptatis, mientras que el per ayuda al lector a la hora de traducir: “sean las ficcionespor causa de deleite cercanas a la verdad”.
La manícula es del glosador del per. Se ve que la tinta es la misma, que anota encima: “Hic dicit Oratius quod — quando loquitur superflue omnibus fastidit et ideo — debet bene loquere et breviter.” Y bajo la manícula: “Dicit ergo Oratius quia ille non simul tractat —— omnem laudem.” Los guiones van por lo que se me escapa, por las abreviaturas o lo castigado del pergamino. Que no está mal para tener unos seiscientos años.

A ver si este lector se anima a leer mi Obra Férrea.  Este tipo de lectores son los que son un placer para los autores. No pocas veces, el lector vale más que el autor. Y el comentario del lector vale más que la obra del escritor. Lo digo con toda sinceridad. A veces, como el texto del pergamino reza, tengo la tentación (y no sé si es tentación) de lo que dice Horacio: Loquitur superflue ómnibus fastidit.

Me gustaría pensar que no acabaré como un escritor-replicante, contemplando que mis obras se pierden como lágrimas en la lluvia.Al menos, vosotros me habéis disfrutado por un momento durante un tiempo durante un siglo que es éste.
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