Comando G

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El ordenador no existía, pero en las naves espaciales del futuro la gente no dejaba de tocar botones que se encendían y apagaban. Eso sí, apretaban con mucha concentración botones, ¡pero no había pantallas! Ved las películas de principios de los 70, no había pantallas de ningún tipo. Eso sí, las lucecitas no dejaban de encenderse y apagarse.
En el mundo de mi niñez, sólo había una película a la semana, el sábado por la noche. En las noticias, salía un locutor leyendo un papel y, alguna vez, una foto fija a la derecha. De vez en cuando, alguna filmación, casi siempre de archivo.
Un dulce de postre era algo que ocurría rarísima vez. Ni siquiera los domingos. De postre había fruta, alguna vez almendras o higos secos. Pero después llegó la Nocilla. La Nocilla cambió nuestra infancia.

Las únicas galletas que conocí en mi infancia eran las galletas María. Eso sí, muy de vez en cuando las madres nos compraban una torta, que era una cosa muy de Barbastro. Al final de la EGB comencé a comprar una vez a la semana dos Tigretones con mi paga semanal. Dos tigretones y un Don Miki, todas las semanas.
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