De obispas, reingresos y otras hierbas andaluzas

Cuando todo un primer ministro británico afirma que hoy es un día histórico para su país demuestra que no tiene otros problemas más importantes en la sociedad que gobierna, o si los tiene los minima tanto que desea olvidarlos. El Reino Unido y la Comunión anglicana ha elegido hoy la primera mujer obispa que será ordenada en los días venideros. En el campo católico hoy se ha sentido envidía, porque los progres están deseando que las mujeres sean pronto ordenadas curas, y tras ese paso el siguiente: obispas, y tras ese cardenalas, y alguna sería una posible y futurible papisa con todo sus atributos del cargo. Triste destino de la Iglesia Católica, si con el paso de los años, por puro mimetismo, hubiere un papa que abriera la puerta sellada por San Juan Pablo II sobre la ordenación femenina dentro de la Iglesia Católica. Esa decisión sería la dinamitación interna de la Iglesia de Cristo. Como lo ha sido desde principios del siglo pasado en el interior de la Comunión anglicana el ingreso de mujeres en los servicios ordenados solamente a varones. El movimiento sufragista fue un motor de muchos caballos, así como el feminismo nihilista, aceleraron el cambio. Esta decisión estalló en una indefinición, en una división, y en una huída hacia el católicismo a muchos grupos de anglicanos, que fueron acogidos fraternalmente en los llamados Ordinariatos en el campo de la Iglesia Católica. El pontificado de Benedicto XVI propició mucho estos traslados e ingresos en la familia eclesial católica romana. La Comunión anglicana pierde seguidores a chorros. Mientras la Iglesia Católica aumenta progresivamente a pesar de las persecuciones sufridas en los países islamistas, y por la pérdida de la natalidad en los países de la vieja Europa, por ejemplo, donde España es la nación en que menos niños nacen por pareja. En este descenso, según datos publicados hace siete días, la provincia de Jaén está llegando a la inversión de la pirámide: este año han nacido menos niños que el número de los que se han ido a la otra orilla muriendo. El invierno demográfico coincide con el meterológico, en este proceso la emigración de jóvenes de una tierra donde el paro juvenil sube hasta el setenta por ciento coloca a Jaén en una lista negra llamada tierra de viejos. Por aquí, en esta tierra andaluza, la progresía no sueña con ordenaciones femeninas, están más preocupados por detener la fagocitación de una coleta metida en una tuerca que bambolea el viento que ahora mismo azota la ventana de la habitación donde estoy escribiendo. Tomás de la Torre Lendínez