| 09 diciembre, 2016
Existe un tipo por cierto portal, cuyo nombre no recuerdo ahora mismo, que lleva años cociendo a aspirantes a obispos dejándolos hacer en su salsa preferida.
En esa perola los mueve con el palo, les da la vuelta entera, hasta conseguir que estén en su punto para servir el plato, donde los posibles candidatos ya achicharrados no sirven ni para asustar a los fantasmas de la mente del cocinero mencionado.
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Además, el culinario no acierta nunca, porque siempre toca de oído.
Pero como tiene cierta disminución auditiva, donde le dicen digo interpreta diego.
Triste destino de ese cocinero, que se las da de ser el primero, sin obtener ningún premio michelín.
