Plan de emergencia contra el terrorismo

Todos los grupos terroristas que ha habido en Europa antes de los calificados «islámicos» han sido amparados y financiados por gente de los países occidentales con la connivencia de las autoridades de esos mismos países o de sus vecinos. El islam es para el terrorismo internacional lo que la eta fue para España durante tantos años, las brigadas rojas para Italia o los narcoterroristas en Colombia. Qué mejor que un grupo o dictadura terrorista para desestabilizar un país con el fin de que entre en guerra, -se autodestruya- y proporcione, indirectamente, suculentos beneficios a quienes la propiciaron.
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En estos momentos alguien juega a dos manos con una única baraja, la mano del laicismo más agresivo y la del integrismo fundamentalista, como en épocas recientes lo hizo con el nacionalismo excluyente, el comunismo ateo o el capitalismo carnicero. Se promueven leyes que atentan de forma directa contra la razón o ley natural y al mismo tiempo, tras no encontrar respuesta violenta en el cristianismo, se habilita la idea de un cierto integrismo islámico que amenaza «esos valores que nosotros mismos nos hemos dado». Y que los supuestos terroristas en suelo occidental «han recibido» pues han nacido y se han educado en occidente.
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Por acciones violentas de mucho menor calibre han estallado guerras devastadoras en el pasado. La guerra, como la paz, es algo que se busca y se desarrolla a lo largo del tiempo para ser finalmente asociado a un evento particularmente sangriento y doloroso que de pie a embarcarse en una conflicto armado. La falta de reconocimiento internacional, la exposición pública de las carencias de una etnia o grupo social, la incapacidad para asumir su lugar en la historia son, en último término, el origen de las guerras y del latrocinio a gran escala.
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Así que la pregunta que uno debe hacerse tiene más que ver con la decadencia de ciertas culturas, construidas sobre la mentira y por ello fracasadas, que con religiones que han conducido a los pueblos en paz durante siglos. ¿Envidia de los países islámicos a los occidentales? La misma que la que pueden tener los griegos de los daneses; ninguna. Y es que, como dijo aquél, «no hay cosa más grave para un continente que la pérdida de su Fe». De algún modo hay que suplir la intranscendencia de las naciones.
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No es muy distinta la dinámica autodestructiva que impera en los países islámicos, donde se ejerce verdaderamente la violencia fundamentalista contra las minorías cristianas, que la que acontece en los antiguos países cristianos de occidente en los que llevaron, o han llevado, al ostracismo y la marginación, por no hablar del asesinato, a personajes de la talla de Lejeune, Moro, Kennedy, De la Cierva por citar sólo algunos y no los más importantes.

Quizás el Único plan sea atacar a la nefasta monarquia Saudita y a los emiratos que financian en la oscuridad a estos engendros, pero ni Trump se anima a esto… El Papa no está lejos cuando habla de Fabricantes de Armas, yo le agregaría y otros poderosos intereses económicos y sectarios…