| 23 julio, 2016
https://www.youtube.com/watch?v=bMGIE5zpMWM
(A partir del minuto 27.18)
En una entrevista a Canal 7 de Mendoza, el presidente de Argentina se justificó ante las versiones que hablan del rechazo del Papa hacia él por ser opositor a Kirchner:«Yo tengo una larga relación con el Papa, desde cuando era obispo de la Ciudad de Buenos Aires».
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Según él, «se confunde que» puedan comunicarse «con pocas palabras», con el hecho de que no tengan una «relación de respeto mutuo».«Él –el Papa– es parco y yo trato de abreviar, y eso confunde».
Macri señaló que el papa Francisco vendrá a Argentina, aunque aclaró que todavía no sabe si será en 2017. «Sí va a venir. No sé si el año que viene pero va a venir seguro antes que termine mi mandato«.
Macri debe ser un caballero y además diplomático. El Papa es Peronista y las políticas de Macri son más bien de corte liberal, por otro lado, necesarias después del desmadre de los Kichner.
Decir que el Papa es parco en palabras, en fin …… , será todo lo que se quiera pero parco en palabras es como decir que Agustina de Aragón no tenía valentía.
Para decir esa tontería haciendo que se respetan y se llevan bien mejor que no diga nada porque no cuela. El lenguaje de los signos habla por sí sólo. Otra cosa parece cuando se reunía con la estrambótica y recauchutada dama de la casa rosada que ha llevado a Argentina a la ruina tanto económica como moral. Si no puede ver a macri porque su fortuna procede de sobornos como se dice, ¿de dónde procede la de Cristinita? vamos del atraco a mano armada.
Macri es separado, casado en terceras nupcias con una mujer de origen islámico, que se muestra conversa al catolicismo, pero que convive en unión civil con un divorciado.
El Papa tiene un prejuicio contra Macri, pero no por su moral, sino por su dinero y actividad empresarial, donde es claro que su Padre hizo fortuna con lo que en Argentina se llama «coimear funcionarios» osea sobornando políticos.
En Argentina la corrupción es estructural y generalizada, no sólo en la política, sino también entre los empresarios, y entre los empleados que son de los más difíciles y leguleyos del mundo. Los sindicatos argentinos son superpoderosos, y a esto se suma la pobreza organizada en «ONGs populares» que son fuerza de choque para el político o sindicalista de turno.
En este mapa, demonizar a Macri es poner en un culpable, la culpa de todo un pais. El papa se equivoca otra vez, como en tantas de sus manifestaciones públicas, sobre todo cuando se mete en política.