1) La naturaleza y los animales son buenas, pero están sometidas al hombre. Cito el Génesis:
26 Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo.
28 Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra».
29 Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento.
2) Efectivamente lo bueno hemos de cuidarlo, pero sin perder la perspectiva de que es para nuestro bien. Al enfrentarnos a la naturaleza hemos de tener una actitud de respeto pero sabiendo que nosotros estamos por encima de ella. Frente al beneficio de un árbol y el de un hombre, no solo prima el del hombre sino que es obligación que éste haga uso del árbol si es necesario.
3) Jesús era carpintero, pescó y comió cordero.
4) Quienes han sido personas de campo, a diferencia de los urbanitas ecologistas, saben que es necesario plantar árboles pero también talarlos; cuidar animales pero también sacrificarlos; muerte y vida.
5) Un criterio justo acerca de la naturaleza ha de moverse por criterios cristianos y no someterse a otros intereses o propagandas, por buenas que parezcan. Si no, tarde o temprano, acabaremos manipulados.
6) La mayor parte de la propaganda ecologista es el brazo ejecutor de intereses de izquierda. Eso no quiere decir que en muchos aspectos no tengan razón, sino que no nos hemos de someter a sus postulados sino a los nuestros.
7) ¿Y por qué ese maridaje entre movimientos ecologistas y la izquierda? Pues porque desde una perspectiva aparentemente buena y neutra pueden atacar a los enemigos de la izquierda: Atacan a ciertos países, a determinadas empresas, a ciertos sistemas de producción, a las principales energías de naciones fuertes (gas, petróleo, energía nuclear…), etc. Y todo lo hacen poniendo a la izquierda la máscara amable del ecologismo.
8) ¿Qué otras consecuencias tiene el ecologismo extremo? Rebajar la dignidad del hombre al situarlo por debajo o a igual nivel que los animales y que la naturaleza. Además se crean morales alternativas a la cristiana. Esto se busca hasta en los aspectos más insignificantes de la vida, no ya porque se pretenda un fin muy concreto con una nueva teoría, sino para que el faro moral de la sociedad deje de ser Cristo. Ladino pero efectivo sistema que hace que el mundo tenga un Señor que no es el de siempre. Y ya se sabe: lo que no viene de Cristo viene de…
Verita Setvita. Considero muy buenas tus reflexiones sobre ecología y magnificamente desarrolladas.
Aporto un dato importante y que creo viene muy a cuento con tu post.
El Rvdo.Padre Juan Carlos Sanahuja fundador de Noticias globales, en una entrevista y sobre el ecologismo, respondió con rotundidad.
Pregunta:
Habla usted mucho del ecologismo. ¿Cuál es la amenaza del ecologismo en la antropología modernista?
«Para la ONU y otras organizaciones, el ecologismo es un buen sucedáneo. Por ejemplo, no se le puede decir a la gente que no existen los 10 Mandamientos sin sustituirlos por algo. Con la presión de los medios de comunicación pueden inculcarle que una persona que cuida de no arrojar papeles en la calle, diferencia la basura o se alimenta de determinada manera se hace solidaria con el mundo, con las generaciones futuras, en definitiva, que está cuidando la Tierra, que en su lenguaje quiere decir está justificado. Y así, la tierra ocupa el lugar de Dios.
No quiero decir que no tenga importancia cuidar el mundo en el que vivimos. Tiene importancia. Pero primero están los Mandamientos de la Ley de Dios.»