Mafalda es la protagonista y el último personaje de Quino. Ya están todos, las generaciones más jóvenes que me leéis, y os doy las gracias, ya conocéis a todos los personajes. Ahora a reírnos.
Como ya adelantó Infovaticana, Rodrigo Pinedo Texidor ha abandonado la dirección de los medios de comunicación de la Archidiócesis de Madrid; el niño, del que algunos se preguntaban cuando llegó si había hecho ya la primera comunión, ha sido devuelto, hecho un hombre, a su regazo.
Vino con el título básico de periodista por parte de la Universidad San Pablo CEU, título alcanzado por cualquier estudiante de familia bien. Fíjense que incluso lo obtuvo el actual secretario de la Provincia Eclesiástica, que de la mano de don Fidel todo lo alcanzaba. Vamos que nada de títulos en la Universidad pública y mucho menos de una Universidad de las periferias.
El caso es que al ex director lo devolvemos a su casa con un Máster bajo el brazo en otra privada, el IESE, perteneciente esta vez al OPUS DEI. Un orgullo debe ser para sus íntimos, ver cómo la Iglesia que peregrina en Madrid, gratis et amore, ha regalado a la criaturita un Máster valorado en 55.000 eurazos. Con orgullo no me refiero al orgullo gay, que campanas suenan, me refiero al orgullo que uno siente cuando ha alcanzado una meta con sus medios y su esfuerzo.
Vamos señores que ustedes han pagado por decisión del Cardenal-Arzobispo de Madrid, Osoro el peregrino y con la participación del ecónomo diocesano José Luis Bravo Duro 50.000 euros, en especie, de sus bolsillos al señor Rodrigo Pinedo, bien sea por la X de por tantos bien por aportación voluntaria.
Me llama la atención que además, el niño, se embuche el título en el IESE, institución perteneciente al OPUS DEI que tanto critican los jesuitas, de donde bebe y se alimenta espiritualmente Rodrigo Pinedo. A mi el OPUS me gusta más que los Jesuitas, y mucho, lo reconozco; pero se ve que Rodrigo Pinedo no tiene escrúpulos de decir una cosa y hacer la contraria con tal de que esta le traiga beneficios. Es evidente que ha aprendido de la escuela de quien lo trajo a trabajar a la Archidiócesis, Osoro.
Ha dejado tirado a Osoro y se desmarca haciendo un escandaloso y desagradecido mutis por el foro. Lo hace en el peor momento de Osoro, cuando ya el desgobierno es total, cuando la sede se está rifando entre los posibles, justo ahora, no ha tenido ni la elegancia de saber esperar.
En estos breves años que lleva al frente de la dirección de los medios de nuestra Archidiócesis de Madrid este elemento ha propuesto y conseguido el despido a tres empleados de la Fundación San Agustín. Había empleados que pertenecían a la Archidiócesis y otros a la Fundación San Agustín, todos por deseo del director pertenecen ahora a la Fundación. El último en ser despedido ha sido Francisco Flores Domínguez, todos ellos han sido despedidos por iniciativa del niño. Esto ha supuesto indemnizaciones cuantiosas, que en otro gesto más de trasparencia se nos ocultan. ¿Quién paga?, la Fundación o el Arzobispado de Madrid, ya nos enteraremos. Lo que está claro es que el gasto se ha disparado entre los despidos y el Master del niño, otra medalla de vergüenza para Osoro.
Pero no se piensen que Rodrigo Pinedo se va del todo, deja la dirección, pero sigue en algunos de los cargos que ser director de los medios de comunicación de la Archidiócesis de Madrid conlleva. Vamos que se va a ir por fascículos o dicho de otra manera va a dejar la vaca seca.
Ya tenemos nuevo obispo electo en Alcalá de Henares, el Santo Padre, con buen criterio le ha dicho a Osoro, el metropolitano, que quiere continuidad. Que es necesario en España obispos, y alguno más hay, que defienda lo que Amoris Laetitia no ataca, a pesar de las interpretaciones de jesuitas como Pablo Guerrero S.J, que no es ni más ni menos que la doctrina de la Iglesia Católica. La misma que da garantías al obispo de Tarazona, y que éste anima a cumplir para no equivocarse.
Han jubilado a Reig Pla por edad, o eso dicen, viene uno más joven, discípulo en el auténtico Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia del anterior obispo de Alcalá. Listo e inteligente que no es lo mismo. De sana doctrina. Y llega meses antes de que a Osoro le den la patada, que será patada veraniega. Los Vidal siguen con la boca Bastante abierta; sí, su Francisco, nuestro Papa Francisco, al que le han celebrado en San Antón el 10º aniversario, ha nombrado obispo de Alcalá de Henares a don Antonio Prieto discípulo de don Juan Antonio Reig Pla. El Santo Padre quiere y desea continuidad, y da voz más alta si cabe al obispo emérito de Alcalá de Henares. ¡Qué buen criterio ha tenido esta vez el Santo Padre!
El daño colateral de este nombramiento ha caído en el actual administrador apostólico y obispo auxiliar de Madrid, de Osoro; don Jesús Vidal.
El Pobre tras meses de Administrador Apostólico, dejándose la vida como si fuese el Obispo titular; ha sido desplazado por deseo del Santo Padre, porque ha sido él; le ha echado otra vez para atrás, en lugar de tener previsto para él al menos otra de las sedes que hay vacantes, le deja de simple Obispo Auxiliar de Madrid.
La consecuencia de esta falta de caridad, ha sido que al jovenzuelo y novato Obispo le haya salido un herpes en el oído, el famoso Síndrome de Ramsay Hunt. Las secuelas que puede dejarle esta enfermedad va desde la parálisis muscular crónica, pérdida de audición y pérdida de visión. Deseamos que don Jesús Vidal se recupere al 100%.
Lo que es evidente es que el disgusto que le ha producido esta noticia, los nervios que ha pasado, la humillación a la que se ha visto sometido y la dependencia que vuelve a tener de Osoro; todo ello le ha producido una somatización de la ansiedad, el estrés y la tristeza o depresión que le ha causado este herpes al saber la noticia.
Estos nuevos Obispos, que habrían sido grandes sacerdotes, experimentan en carne propia como es la Iglesia, Santa y pecadora en sus hijos, también los Obispos, incluso el de Roma. Don Jesús justificará todo, dirá y si me apuran perjurara que “no ha sido por eso”; pero todos sabemos, quizá todos menos él que causa-efecto están relacionados.
Osoro dirá lo de siempre, “yo no sabía nada”. En esta ocasión hasta me lo creo, porque eso es lo que él pinta en Madrid y en Roma, nada.
La misa crismal ha sido una gozada, el presbiterio de la Archidiócesis de Madrid sabemos muy bien de la importancia de esta misa y nos volcamos para renovar nuestras promesas sacerdotales. Madrid tiene un gran presbiterio, Osoro en su última misa crismal como Arzobispo de Madrid lo ha podido comprobar no sólo por el número de asistentes sino por el fervor de los mismos. Que torpe hay que ser para no haberse dado cuenta antes.
La comida fraterna en el seminario también a rebosar, tuvieron que improvisar comedores, lleno hasta la bandera. Rouco se paseaba de mesa en mesa exultante, con una sonrisa de oreja a oreja, mientras Osoro hablaba con los cuatro de siempre. Se notaba que hay ganas de volver a empezar, ambiente de fiesta fraterna, la Resurrección está cerca ¡Aleluya, Aleluya!
Osoro sabe que es el final y al pobre se le ve triste, yo lo digo de verdad rezo por él cada día, para bien Santo Padre, para bien. Para el bien suyo y el de nuestra Archidiócesis madrileña. Porque así él descansa, puede revisar tranquilamente esa cabecita y porque así la Iglesia que peregrina en Madrid volverá a expresar con gozo y comunión la fe recibida. Uno recoge lo que siembra. Y como a Osoro le falta fe no es capaz de reconocer la esperanza en el Resucitado. Desde aquel 25 octubre de 2014 la Archidiócesis entró en un Viernes de Dolores que parecía permanente pero la Resurrección de Cristo ha vencido a la muerte, y nos da una nueva Vida.
¡¡¡vaya repaso!!!
Pues como llegue a ser arzobispo De Las Heras, las Archidiocesis puede quedar en un largo larguísimo Sábado Santo. Esperemos que venga algún cordobés. Córdoba, sede de Osio, se ha convertido en garantía de buena doctrina. Y ya sabemos de dónde proviene Córdoba, ¿verdad que sí? De aquel obispo que adviritió de lo que le esperaba a España con la vigente Constitución. Y se quedo corto. Los experimentos con gaseosa.
Don Jesús Vidal es hombre de la casa, de buena doctrina, no como otros auxiliares, no merece este trato.