El ex director de medios de la Archidiócesis de Madrid, Rodrigo Pinedo, finalmente se fue, aunque no se ha ido del todo, sin devolver un céntimo; le salió rentable al muchacho su paso profesional por la Archidiócesis de Madrid, ocho años con una nómina que para una criatura sin cargas, que dicen ahora, vamos para alguien sin familia, resulta una nómina de escándalo en la Iglesia, uno más de los de Osoro. Sumen a esa paga mensual el ya famoso Master que no pagó la fundación San Agustín, sino el Arzobispado de Madrid; y el resultado les dará otra ruina económica que deja Osoro. Confiemos en que el nuevo fichaje no nos suponga otro Master de regalo, sólo porque lo diga el sinodal peregrino.
Nombrar ecónomo diocesano a José Luis Bravo Duro no fue acertado, es algo que comentamos la inmensa mayoría del clero, incluso los vicarios. Esto, no en pocas ocasiones, es tema de conversación entre nosotros, junto con el pésimo funcionamiento del departamento de obras de la Archidiócesis de Madrid gestionado por otro crío que debe ser cesado en cuanto pueda hacerlo el nuevo Arzobispo. El ecónomo fue quien ejecutó el pago del master al ex-director de medios, bajó su responsabilidad de ecónomo; hecho que confirma junto a otros el desacierto de su nombramiento, por no citar otros desmanes como el costoso “anillo” de telefónica que sólo supuso encarecer nuestras facturas parroquiales. Mientras a los demás se nos decía que no podíamos contratar a nadie directamente desde la parroquia, sino que había que contar con el ok del vicario, y éste a su vez con el ok del ecónomo; éste despilfarraba el dinero de los fieles sin ningún otro criterio que el de dar gusto a Osoro. Eso sí, si necesitas apoyo económico de la administración diocesana para un arreglito o para algo más serio que suceda en tú parroquia, la respuesta de José Luis Bravo siempre es que “no hay dinero”. Si nos librásemos de su sueldo, que no es pequeño, habría un gasto menos y un poco de dinero más.
Este laico, ex-seminarista, supo hacerse un hueco en la curia diocesana y con carita de Hija de la Caridad, respaldado por el Vicario General, frustrado aspirante a Obispo, Avelino Revilla; pisando sobre el árbol caído de nuestro anterior Vicario de economía Fernando Martínez, cogió impulso e hizo palanca para alcanzar sustituirle en el puesto, pero con galones de ecónomo raso. José Luis Bravo es, junto con Osoro, el responsable de que la situación económica de nuestra Archidiócesis de Madrid preocupe aquí y en Roma.
Las irregularidades que se han cometido desde el despacho del ecónomo diocesano de la Archidiócesis de Madrid son numerosas. Entre ellas el pago de facturas a un bufete por todos conocidos, cuando las cuentas de las fundaciones civiles no se podían tocar por orden judicial. Este hecho, que cuando menos es irregular, fue consentido y ejecutado por el ecónomo diocesano. Si las Fundaciones afectadas ni siquiera son canónicas, sino civiles, ¿en concepto de qué servicios abonó el Arzobispado de Madrid esa facturación?, porque por sólo defender a los clérigos, Fausto Marín incluido, no se paga ese dineral, aunque el Arzobispado de Madrid esté abonando un porcentaje en concepto de esta defensa, ese porcentaje es el más pequeño de los tres, por lo que no correspondería con lo que hemos visto publicado. Y lo que más extraña es que la auditoría permanente que se ha contratado en el Arzobispado de Madrid no haya dicho nada de esto, o quizá lo ha dicho y se la ha pedido que mire para otro lado.
Ahora que estamos en plena Campaña de la Declaración de Hacienda, puede que sea ésta quien pida los balances del Arzobispado de Madrid para aclarar algunos movimientos y preguntar por el IVA de los mismos. Sería la última perla que nos dejaría Osoro y su pésimo ecónomo. Esperemos que nuestros fieles, a pesar de todo, sigan poniendo la X en la casilla de “aportación a la Iglesia Católica” y la de “Otros fines sociales”, lo vamos a necesitar.
La lujosa reforma del pisazo de Osoro se está retrasando, lo que se pensaba hacer en pocos meses se está dilatando demasiado en el tiempo y hay mucho nerviosismo en la Curia Diocesana.
A pesar del secretismo que intenta imperar, se sabe que la octogenaria secretaria de Osoro, la que sigue usando tipex en la pantalla del ordenador, no hace más que meter prisa al Departamento de Obras, porque no la entregan el piso de lujo reformado para poder ella empezar a decorarlo, ¡menudo gusto el de Osoro!
Los retrasos se deben a que no se está haciendo un sencillo lavado de cara, sino una reforma integral, digna de un príncipe de la Iglesia como es Osoro. Se está realizando una instalación nueva de tuberías ya que al ser un edificio noble y antiguo no se ha querido correr el riesgo de que Osoro pudiera tener en el futuro algún escape e inundar a los vecinos. Se está reformando todo el sistema eléctrico de la vivienda, automatizando el sistema, en lo posible, de forma domótica. La cocina se ha tirado entera para alicatar y solar con materiales más nobles y ya están encargados los muebles nuevos, incluyendo la isla de mármol en el centro, ya que será una cocina de estilo moderno. Los baños se han resituado dentro de la vivienda al descubrir bajantes que antes no se usaban, lo que ha permitido añadir un baño más y un aseo para invitados respecto de lo que ya existía; todos los baños van a estar solados y alicatados en mármol, y se han instalado sanitarios nuevos añadiendo el bidé en todas las habitaciones. También se ha instalado ya todo el parquet nuevo, incluso en las zonas donde se han desplazado varios tabiques a pesar de no haber pedido permiso de obra. Se ha habilitado un dormitorio completo, al lado de la cocina para la señora que cuidará de Osoro, con baño completo excepto bidé y sin materiales nobles ya que a diferencia de los baños de la habitación principal, la habitación de invitados y el aseo, esta es para uso del personal de servicio. Un gesto muy feo de un pastor con poco olor a oveja y mucho olor a colonia barata.
Este dormitorio, el de la señora que lo cuidará, se quiere dejar previsto ante el posible avance de la enfermedad, que obligará a que haya turnos de personal para cuidarlo.
La fecha en la que dejará de ser Arzobispo de Madrid se echa encima y el piso de lujo está sin terminar de arreglar. Osoro teme verse de nuevo viviendo unos meses en la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Aravaca junto a su anciana secretaria. Ambos meten prisa para no verse en esa situación y que el nuevo Arzobispo pueda tener tentaciones de dejarlos allí para siempre.
El obispo auxiliar, José Cobo se va a quedar compuesto y sin novia. En el último año se estaba colocando en una postura de perfil clásico frente a los sacerdotes, sabedor de que el clero de la Archidiócesis de Madrid, en su inmensa mayoría, no somos del mal estilo del tipo de clero con el que él se relacionaba ya antes de ser elegido por Osoro como obispo auxiliar suyo, sino que somos de un estilo de sacerdote que cree en el ministerio sacerdotal fiel a la Iglesia y su magisterio, como no puede ser de otra manera.
No olvidemos que este que hoy es obispo auxiliar de Madrid, cuando era un soldado raso como yo, hablaba en público en contra de la sucesión apostólica y vestía de cualquier manera; sí, como lo leen, hablaba en contra de lo que él no por gracia de Dios, sino por empeño de Osoro, es ahora, sucesor de los apóstoles.
Este trepa madrileño que como un camaleón cambia de color para conseguir sin escrúpulos sus objetivos ha sido capaz hasta de conseguir que mi amigo Jorge Guadalix, le sacase un artículo alabándolo. Lo que no sabe Jorge, o quizá sí, es que nada más salir de la visita pastoral a la sierra norte, antes de que Cobo se incorporarse a la autovía que le traería a la capital, ya lo estaba poniendo verde por teléfono. Pero Jorge sabe muy bien con quien se bate la plata.
Cobo ha utilizado a Osoro, pero le va a salir mal; no es Aranista, su parto episcopal fue no deseado, con fórceps y con un sólo informe a favor, el de Osoro; y además él lo sabe. Y eso, en el mundo episcopal se paga. La Archidiócesis de Madrid no podría aguantar, ni pastoral ni económicamente, que su nuevo Arzobispo estuviese de nuevo en los juzgados dentro de unos años. Por tanto, Cobo no será Arzobispo de Madrid, y será obispo, si lo es, de lo que sobre, porque las grandes plazas ya se están repartiendo y sólo quedaran migajas que ya me parece mucho para semejante obispin.
No se quien ha hecho mal, ni quien. Pero este artículo sí se que es muy tendencioso. Da pena leerlo.
Menos mal que puso obispin y no obis-pillo
Si todo lo que esta haciendo OSORO esa para garantizarse una atención en su vejez, podría hacerlo en un piso barato del extrarradio y sin necesidad de enmarmolar la casa. Se pueden hacer reformas muy dignas sin emplear ciertos materiales.
No le veo mucho sentido a ocupar un lugar en el Centro de Madrid, y especialmente si piensa que va a tener una vejez enfermedad que le obligue a ser atendido. Para eso da igual estar en el centro o en las afueras. No me parece muy evangélico. Y sobre todo el hombre propone y Dios dispone. Si mañana le da un alzehimer severo igual acaba teniendo que irse a una residencia. Y lo de vivir con su secretaria me parece raro aunque no pase nada.
Ni un céntimo de mis impuestos a la Iglesia despilfarradora y menos a estos obispos y clero basura
El clero basura no existe. Existen sacerdotes coherentes y los hay incoherentes, que son los menos en Madrid.