No voy a negar, porque es evidente, que hay razones, y no escasas, que justifican el disgusto y hasta la protesta pero el sedevacantismo no es ninguna solución.
Con el sedevacantismo no hay Iglesia. Y si las de Belorado o Viganó eligiesen un Papa, menos. Eso sería un esperpento a quien no seguiría nadie. Bueno, siempre habria unas docenas de pirados que se apuntarían.
Si Viganó ha llegado a pedir a Williamson la reordenación episcopal, por pensar que no ha sido obispo nunca o dudar fundadísimamente de su condición episcopal es que está como una cabra eclesialmente. Si no era obispo hasta que el disidente de la Fraternidad lefebvristas le consagró, cosa que me resisto a creer que sea cierta, la urgencia de un psiquiatra se impone. ¡Y con 83 años!
Viganó cumplía un papel importante denuciando, y era un arzobispo católico, graves posiciones de Francisco. Con razón o sin ella pero ahí estaban. Y no pocos compartían varias o bastantes de sus razones. Yo mismo, unas cuantas de ellas.
Pero pasar a más me parece impresentable.
Viganó juega fuerte supongo porque tiene temor de Dios. El dios de Bergoglio es el Cristo Superstar, dale que va.
Hay que rezar por Mons. Viganò.
¿De verdad es Viganò el gran problema que tiene la Iglesia actualmente? Es lo que parece por la atención que le están prestando no pocos medios.
Es un problema bastante grande el de Viganó, que no es un cualquiera. Torpedean con su falta de fidelidad la defensa de las Escrituras, la Tradición y el Magisterio que es más necesaria que nunca. Situaciones de este perfil pueden llevar a medidas vaticanas más drásticas contra las partes más sanas de la Iglesia (no tiene por qué…) y, sobre todo, que muchos fieles identifiquen como tradilocos a los que más claramente se oponen a errores como Fiducia Supplicans, etc. Desde luego, es preferible la manera en que Sarah, Munilla, Burke, etc se oponen que a la forma en que Viganó lo hace. Y no me diga que el camino sinodal alemán es peor y más grave y la confusión amazónica también, eso lo doy por hecho.
quienes torpedean con su falta de fidelidad la defensa de las escrituras, la tradición y el magisterio son don bergoglio y sus lacayos aduladores como el trucho fernandez, el pornógrafo del vaticano.
Si está en su sano juicio, él sabrá lo que hace y dice que ya es mayorcito. Y si no está en su sano juicio, que Dios se lo restaure pronto.