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Entre Scilla y Caribdis: Schönborn o Forte

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No voy a decir que Lasciate ogni speranza porque mientras no estemos en el infierno la esperanza siempre cabe. Pero si la desdichada alternativa cupiera, mejor el austriaco. O menos malo. Ambos pésimos,

http://secretummeummihi.blogspot.com.es/2016/09/rumor-curial-aparece-otro-nombre-de.html

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20 comentarios en “Entre Scilla y Caribdis: Schönborn o Forte
  1. EL AMOR DOLIENTE
    15 de Septiembre de 2016
    Fray Juan Marcos Solitario OP

    ¿El amor nos exige a veces que suframos?
    Hoy conmemoramos la Fiesta de la Dolorosa, la Mater Septem Dolorum -Madre de los siete dolores-, conmovedoramente representada por artistas como Miguel Ángel y Pergolisi.
    La Iglesia propone dos posibles lecturas del Evangelio de la vida de Jesus en la memoria litúrgica de hoy: la presentación del Niño Jesús en el templo después de Su circuncisión (Lc 2, 33-35) y la conversación entre Jesús, Su Madre y el discípulo amado, el día de Su crucifixión y muerte, durante Su atroz agonía. (Jn 19: 25-27). Los dos pasajes nos muestran que el amor más puro que conoció la humanidad estaba abierto a un profundo dolor. También nos ayudan a volver a evaluar la forma en que amamos a Dios y al prójimo.
    María se dedicó a Su hijo Jesús como sólo una Madre «llena de gracia» podía hacerlo. Sin embargo, el amor de María no Le protegió de las crueldades del mundo «real». Así se desprende de los dos pasajes citados. Consideremos la profecía pronunciada por el anciano Simeón pocos días después de Su nacimiento: «Una espada de dolor atravesará tu alma» (Lc 2,35). Desde el momento de la concepción milagrosa de Jesús, María tuvo la alegría de ser testigo de que en Su Hijo brillaba la luz de Dios en Su propia familia. Con el inicio del ministerio público de Cristo, María vio cómo brillaba con poderosos destellos esta luz en todos los lugares por donde pasó Jesús: los ciegos recuperaron la vista, los tullidos se levantaron y se acercaron, los muertos volvieron a la vida, y a los pobres se les concedió la dignidad debida (Mt 11: 4-5).
    Pero no todos reaccionarían con entusiasmo ante Jesús. Su ministerio puso de manifiesto «los pensamientos de muchos corazones.» (Lc 2,35).
    Algunos, entregados al pecado, prefirieron la oscuridad a la luz (Jn 3:19).
    En consecuencia, María sufrió cuando Jesús fue tratado con la crítica y el desprecio que Le condujo a Su pasión y muerte.
    Su amor, estimulado por la fe sobrenatural, la impulsó a a ponerse de pie junto a la Cruz, cosa que sólo uno de los los llamados Amigos de Su Hijo, haría. Y es allí, en la Cruz, que se la entrega como Madre al discípulo que permaneció con Él. (Jn 19: 26-27).
    Cada cristiano está invitado al mismo sufrimiento profundo que deriva de la fidelidad a Jesús.
    En la actualidad las fuerzas del mal se desencadenan con inusitada furia, contra los que se entregan a Aquél que nos trae la vida y la luz. La letra de la Secuencia «Stabat Mater» estimula los latidos de nuestro corazón a dar testimonio de una firmeza inquebrantable.
    Oh Santa Madre! fuente del amor! Toca mi espíritu desde arriba, haz que mi corazón, al unísono con el Tuyo, sienta la fuerza de Tu dolor, para que pueda llorar Contigo. Haz que arda mi corazón, de amor a Cristo mi Dios, para que pueda en todo complacerle. Haz que mi alma arda, brille y se funda con el Amor de Cristo, mi Señor.
    La Cruz de Jesús conlleva un sinnúmero de penas. Allí muere por la Redención de la humanidad y nos ofrece el don de Su querida Madre.
    Si recibimos este regalo con el corazón abierto y dispuesto, compartiremos la tristeza y el gozo que subsigue. A medida que se vaya verificando en nosotros la condición de hijos adoptivos de María, Ella nos enseñará que en esta vida, el amor puro siempre debe sufrir.
    A través de este amor, los ciegos reciben la vista, a los lisiados se les permite caminar, los muertos resucitan, y los pobres son evangelizados.
    Los corazones cristianos, entregados a tal amor descansarán completamente, sólo en el tiempo futuro cuando todo esté iluminado por la luz de Dios.

  2. Estaba sentenciado a la defenestración el cardenal Müller precisamente por Católico y defensor de la Doctrina de la FE y Moral Católicas. Que además se sintió concernido por la deriva marxista-lhemana de la conferencia episcopal teutona a la que le cantó las de la ley. Eso tiene consecuencias: a remover, se supone que con el visto bueno del Consejo de Administración G9 reunido bajo la presidencia de Francisco con la ausencia de un obispo africano «por razones pastorales». ¡ Bravo monseñor Monsengwo si su inasistencia se debe a querer ser buen pastor sabiendo los candidatos para ocupar las responsabilidades de Müller aunque le recambien el nombre a la Congregación y a no hacerse corresponsable colegiado de la elección entre Schönborn y Forte, el Forte misericordiosísimo implacable que en pleno Sínodo, además de cancerbero dentado del mismo, se dejó decir aquello de que los homosexuales sodomitas tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana.
    Pues si los sodomitas tienen eso que tienen puede uno imaginarse todo lo que tiene Forte tras esas lentes de misericordiosísimo implacable.
    Por algo Francisco en días pasados clamaba contra las divisiones en la Iglesia y en pro de la unión de iguales. Estos que vienen tienen mucho que ofrecer, muchísimo siempre de heteropraxis que supone de una manera u otra heterodoxia en la Doctrina Moral Católica. Aunque en la iglesia inclusiva interconfesional la heteropraxis-heterodoxia por no ya católica es lo suyo, en las ofertas distorsionadoras e incluso al margen del único Evangelio de Jesucristo que tantos perturbadores tratan de releer y hasta reescribir. ¡Eu- Angelios que es BUENA OFERTA! Y no hay otra ni siquiera papal.
    Así que a encomendarse a San Juan de Sahagún en ocasión semejante ante la amenaza física de inminente embestida de un verraco contra su persona inerme, como nosotros ahora ante este toraco descomunal que van a soltar para que nos acometa con un par de cuernos veletos que llegan desde el Puente Romano pasando por la Puerta de Aníbal de medio lado, hasta la Catedral Vieja de Salamanca. San Juan de Sahagún paró al toro berrendo en seco con una palabra ¡Tentenecio!.
    Y mientras tanto preparase para seguir siendo solo CATÓLICOS con nuestros sacerdotes-liturgos de Jesucristo,por mucho que duela a los heréticos que nos quieren atados a sus procesos desacralizadores.
    Somos libres «quia liberati» en la Verdad-Yo soy la Verdad.
    Repudiamos a los demás liberadores mercenarios, de hoy, ayer o de mañana.
    ¡Tentenecio!

  3. Entre escribas y Fariseos, Dios se hizo hombre y nos redimió.

    Entre secularizados y racionalistas sectarios, como los que hoy copan las jerarquías, y accionan por el NOM, orquestando los planes del maligno, CRISTO VENCERÁ TAMBIÉN, PORQUE EN LA CRUZ YA HA VENCIDO.

    NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES NOS HAGA COMPRENDER EL MENSAJE DE LAS BIENAVENTURANZAS.

  4. Amigo Canali, me imagino que tiene usted datos que le permiten echar su cuarto a espadas a favor del austriaco. Hubo un tiempo en que a mí me produjo esa primera impresión: formado en Le Saulchoir, profesor en Friburgo de Suiza, teólogo dominico a la postre. Pero empezaron a menudear determinadas noticias, como las relativas al poder homosexual en Austria y la protección (al menos aparente) que recibieron del cardenal. Luego coincidió con el episodio del New York Times (por cierto Juan Pablo II reconoció que la teoría de la evolución era algo más que una mera teoría para reseñar su carácter de factum). Era una actitud la suya un pelín rastrera para granjearse el favor excepcional de Benedicto XVI, quien poco antes había reunido en Castelgandolfo a varios biólogos para hablar de la evolución. No voy a abundar en el tema, pero si quiere puedo avanzarle más información sobre el asunto. Llegó su sorprendente defensa del «lenguaje» de la Amoris laetitia con explicaciones ulteriores, que nada aclaran y sí confunden. El austriaco no es de la raza de Nicholas, que tanto bien hizo desde Friburgo. A mi parecer es un cartilaginoso de cuidado (doctrinal).

  5. canali_ esta algo desinformado, el cardenal schonborn se ha pronunciado claramente a favor de la estabilidad de las parejas gays y de la comunión para los que viven en adulterio.

  6. Aarvend: ni siquiera Taltavull ha dado una explicación sociológica razonable, ya que Cristo no fue ajusticiado por oponerse a ningún sistema, sino por proclamarse Hijo de Dios. De hecho, Él pidió respeto al sistema romano: «dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César».

  7. El Cardenal Schönborn, aparte ciertas veleidades, es una de las mentes más preclaras de la Iglesia. Además tiene sentido de la autoridad, del Magisterio y sobre todo sabe estar y actuar apostólicamente.
    Ciertamente en algunos temas parece estar a veces en la frontera, pero creo que en ese momento de confusión doctrinal y moral, estaría muy a la altura de las circunstancias en la Curia .

  8. si bergoglio nombrase al prohomosexual bruno forte como nuevo prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, eso evidenciaría sin lugar a dudas la voluntad de bergoglio por querer demoler cuanto antes la fe católica.

  9. Mejor el austriaco.Ya es cardenal y de su odiosa presencia en el sacro colegio no nos vamos a librar.El otro sería un voto más para los demoledores de la Iglesia.Al menos, unos cuantos ya perdieron su voto: Mahony, Abril, Lehmann, Levada, Bertone, Amigo, Kasper, etc. y muy pronto cuatro de los peores (Damasceno, Backis, Martínez y Nicora).

  10. el problema con el cardenal judas schonborn y monseñora forte es que ambos defienden la (…) idea de las parejas gays dentro de la iglesia. en conclusión, ambos están al servicio del lobby gay.

  11. Lo cierto es que S. Juan Pablo II confió en la altura intelectual y calidad humana del P. Schönborn, tuvo un recto comportamiento en el triste caso de su predecesor en la sede de Viena y ha sido teólogo de confianza de Benedicto XVI y Francisco. Una frase en una presentación oficial, ya se que para un celoso inquisidor (aunque no fuera inteligente) habría bastado para una condena, aun tratándose de un dominico (como se hizo con Carranza), pero en honor a la verdad hay que considerar que el un hombre piadoso, inteligente y que vive en el siglo XXI y conoce los problemas de la Iglesia en este siglo.

  12. Atarazanas: si todo lo malo de Schönborn fuera escribir un artículo contra la indemostrada teoría darwinista… Aparte de otras «picias» anteriores de este cardenal, recientemente fue más grave su afirmación, en la rueda de prensa de presentación de la «Amoris laetitia», para justificar la administración de la sagrada Comunión a los adúlteros -sus padres lo eran, dicho sea de paso-, de que este documento supone una ruptura, una evolución de la doctrina…, idea que fue condenada explícita y solemnemente -con anatema incluido- en los cánones del Concilio Vaticano I (Constitución dogmática «Filius Dei» sobre la Fe Católica, y especialmente el Canon III del capítulo IV «Sobre la fe y la razón»). Más detalles aquí:

    http://catholicvs.blogspot.com.es/2016/04/exhortacion-apostolica-post-sinodal.html

  13. Sería un nombramiento pésimo el del cardenal de Viena. Su defensa de la Amoris Laetitia, a lo que se avino en un acto de puñalada trapera contra Muller, por mñás que se lo pidiera Francisco, fue un fiassco doctrinal. Hay muchas páginas obscuras en la vida del austríaco. En su vida pública, me refiero. Su vida privada no me toca enjuiciarla. Hay un episodio vergonzoso que pondría en un brete al dicasterio en cuestión. Escribió un artículo en New York Times contra la evolución darwinista. Recibió críticas duras, entre ellas la del director de la Specola Vaticana. A este le costó el puesto. No tardamos luego en enterarnos de que era un artículo pagado. Si no hubiera sido por los dólares soltados aquel bodrio no hubiera pasado por la criba de calidad del período neoyorquino. Cierto es que estos apaños no son insólitos en determinados aledañios del pontífice actual.BNozs hemos enterado –hoy es difícil mantener nada oculto–, que la pregunta de la monja pidiendo el diaconado femenino había sido elaborada por esos círculos francisquitas.

    Me parecería, en resumen, un torpedo contra línea de flotación de la vigilancia de la integridad de la fe y la moral. Malos tiempos.

  14. Mejor Schönborn. Le quedan poco más de cuatro años para presentar la renuncia por edad y ya es cardenal. Sin embargo, el nombramiento de Corte supondría un voto más para lo peor en el próximo cónclave.

    Pienso que el Papa optará por el Arzobispo de Viena por no ser tan radical y porque está más en la edad que le gusta a Francisco para sus nombramientos.

  15. El amor conyugal y la cruz

    14 de Septiembre de 2016
    Fray Joseph Martin Hagan OP
     

    Mirando por encima las fotografías de la reciente boda de mi hermana, me llamó la atención el gran Crucifijo que presidía el altar, entre ella y mi cuñado. Quedó claro que el consentimiento se efectuó ante el Señor Crucificado. En medio de las flores, encajes y sonrisas radiantes, pusieron la imagen de un Hombre desnudo, abandonado por Sus amigos y muriendo tras una dolorosa agonía.
    Sin embargo, allí estaba, colgando de la Cruz, entre ellos y uniéndolos en el santo matrimonio. Pero luego pensé de nuevo: ¿Está la cruz fuera de lugar en una boda? ¿Qué tiene que ver el crucifijo con el matrimonio?
    Hoy la Iglesia celebra la Exaltación de la Santa Cruz. Evocamos el día en que el Emperador Heraclio, tras haber derrotado a Cosroas, Rey de los Persas, rescató la Santa Cruz, que había robado la monarquía sasánida. Ésta es la Vera Cruz, que dos siglos antes, había encontrado Santa Elena, Madre del Emperador Constantino, en Jerusalén.
    El emperador Heraclio inició el Via Crucis, cargando la Cruz. A la salida de Jerusalén, ante el camino del Calvario, el emperador quedó inmovilizado. Por más que lo intentaba no podía moverse. Se le acercó el Patriarca Zacarías y le dijo: cambia tu lujosa indumentaria imperial por el hábito de penitente. Sólo así podrás imitar en algo la pobreza y humildad del Señor. Éste fue el primer día de la Exaltación de la Santa Cruz. Los creyentes comenzaron muy pronto a venerar el leño santo.
    En todo estado de vida cristiano también podemos encontrar la presencia espiritual de la Cruz salvadora. Sin embargo, la mayoría de nosotros, somos lentos cuando se trata de ver nuestras cruces personales y aún más lentos para venerarlas.
    Como en el matrimonio, la Cruz realiza la unión, no sólo la del hombre y la mujer, sino la del Esposo Divino, Jesucristo, con su Esposa, la Iglesia. Esta unión de la Cruz revela tanto la grandeza como la miseria: el amor infinito de Dios y la depravación total del pecado.
    La lección a extraer es la siguiente: por terribles que nuestros pecados puedan ser, el amor de Dios es infinitamente mayor. Nuestros peores pecados no son sino una gota de agua en comparación con el horno de fuego del Corazón de Jesucristo (Santa Teresa de Lisieux, «Últimas conversaciones»).
    Aquí, en esta intersección entre la grandeza y la miseria, ¿cuál es la respuesta de Jesucristo? Simplemente clama: «Tengo sed.» (Jn 19,28). Al ver a la humanidad en su peor momento, proclama su deseo infinito de disfrutar de la intimidad de nuestros corazones. No se limita a ofrecer el perdón: Jesús ofrece una participación en Su propia vida.
    San Pablo une todo esto: la muerte de Cristo en la Cruz es el modelo del matrimonio cristiano. El hombre y la mujer se unen entre sí por el amor del autosacrificio, mueren a sí mismos para la salvación de los demás, al igual que Cristo hizo por la Iglesia (Ef 5).
    Como la Cruz, la vida matrimonial revela tanto las alegrías como las luchas de la vida humana. En su mejor momento las parejas disfrutan de una amistad de amor incondicional y recíproca.
    Pero, las parejas también luchan. Para algunos, se trata de la elección diaria de perdonar en varias ocasiones y aceptar los defectos recíprocos. Para otros, al contrario, se evidencia la deriva que lleva a la infidelidad e incluso al divorcio.
    En medio de estas luchas, podemos mirar a la Cruz como un signo de esperanza. Cristo ha contemplado lo peor de nosotros y ha respondido con el perdón, la curación y el amor. En esta lucha, las parejas cristianas no están solas. Cristo está en medio de ellos. «Él nos amó primero.» (1 Jn 3:19). Perdonamos porque Él nos perdonó en primer lugar. Seguimos siendo fieles porque Él es eternamente fiel.
    Pero Cristo no es sólo un modelo de amor, sino la fuente y el motor del amor. Por la gracia del sacramento del matrimonio, Cristo trabaja a través de las parejas, en voz baja, casi imperceptible, perdonando, curando y uniendo. Y cuando el amor humano no encuentra el vino de Caná, Cristo ofrece el vino de la elección del amor inefable de Dios: derramó Su sangre por nosotros en la Cruz (Jn 2).
    Porque así como el Crucifijo se sitúa entre los novios cuando formularon su consentimiento, el Señor Crucificado se interpone entre y dentro del marido y la mujer en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y la enfermedad, derramando la plenitud de Su amor en y a través de los cónyuges.
    Venid, exultemus!

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