PIBES CHORROS

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PIBES CHORROS

En “La Prensa” del 30 de abril apareció un artículo de Monseñor Héctor Aguer titulado: “Pibes chorros: sin familia, sin escuela, sin Iglesia”. El resultado es que casi todos los días, aparecen en los diarios delitos cometidos por menores que roban y asesinan “con una frescura asombrosa”

Para Aguer, la primera de las causas de esta locura se encuentra en la destrucción de la familia. Cuando en 1986 publicamos nuestro libro “Familia y Nación histórica”, la destrucción de la familia, en el plano de las leyes estaba en la mitad del camino.

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El primer paso fue el ataque a la patria potestad y en el debate de 1985, la poco agraciada oficialista Gómez Miranda la calificó como “vetusto, injusto e ignominioso concepto” y su colega el diputado Terrile, exclamó: “Nunca más el concepto de pater familiae. Este concepto, propio de la familia estructurada verticalmente, no tiene nada en común con la familia democrática”.

Se destruye la jerarquía necesaria para que la familia funcione y se promueven los concubinatos, pues como argumentaba el diputado Salduna “el grueso de tales uniones de hecho conforman en realidad familias donde la moral, la ética y el ejemplo brindan aportes sólidos para la sociedad”. Tan sólidos como esa pareja de chilenos que visitaron a un escribano de Tierra el Fuego hace tiempo y le pidieron redactar un contrato de concubinato. El notario les dijo que no se podía, que no era legal y les preguntó por qué lo querían. La pareja fue sincera: venimos de Chile queremos pasar un par de años y ganar unos pesos. Durante ese tiempo, calentarnos porque hace mucho y después volver a Chile cada uno con lo suyo. La solución fue un contrato de sociedad accidental, buena solución jurídica.

Después vino el divorcio. Después la reforma del Código Civil que consagra diversos tipos de familia. Después el putimonio.

Y así llegamos al nuevo Código Civil que legaliza la anarquía al consagrar “la libertad de los cónyuges en la construcción, vida y ruptura matrimonial” según Lorenzetti, pero que desconoce esto para quienes quieren casarse para toda la vida, construir la casa sobre roca y no sobre arena. Recomendamos aquí el libro de nuestro querido amigo oriental el P. Horacio Bojorge S.J. “La casa sobre roca, Lumen, Buenos Aires, 2005).

En casas construidas sobre arena o sea sin un contorno estable viven los “pibes chorros” y su escuela es generalmente la calle.

La familia ya no educa y en muchos lugares, la Escuela sin Dios, en lugar de templo, es guarida. Tenemos el “caso de Rosario, la capital narco, con pibes convertidos en soldaditos al servicio de la orga”.

Señala Aguer: “los menores que cometen delitos suelen ser desertores de las escuelas” que al menos algo los disciplinaban, los ayudaban a pesar de las limitaciones del laicismo a distinguir el bien del mal, a valorar la vida, a respetar los bienes ajenos.

La tercera causa es la ausencia de la Iglesia en un país descristianizado. Tenemos obispos ajenos a los problemas concretos con el de los pibes chorros, porque es más fácil divagar, invitar a la amistad social, al amor y a la alegría, criticar los errores del gobierno actual, que los tiene, mientras ocultan la delincuencia generalizada del anterior.

Como expresa Alessandro Maggiolini para Italia “es necesario reflexionar en la falta de educación religiosa y humana que está en la espalda de estos jóvenes, cuando no se admite más una ley moral y eliminado Dios, se cancela del propio código ético el respeto por el otro”. Bien aplicable a la Argentina.

Finaliza Aguer su artículo aludiendo al camino, arduo y costoso, de la solución verdadera: que exista familia y que ella eduque, que en la escuela se enseñe sin ideologías o sea sin adoctrinamiento y que la Iglesia recupere su lugar entre la gente y haga a los hombres cristianos de verdad.

Buenos Aires, mayo 2 de 2024. Bernardino Montejano

Comentarios
1 comentarios en “PIBES CHORROS
  1. Muy bien artículo y consideración la del arzobispo Héctor Agüero.Lastima que esas reflexiones no las tenga en mente y corazón ese sr.vestidito de blanco…

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