Desde que me establecí en Burgos hace seis años, acudo al triduo pascual a La Aguilera, donde las hermanas de Iesu Communio lo celebran con numerosas jóvenes católicas comprometidas.
Este año no ha sido una excepción. Lo mejor es que cada vez son más las que se apuntan. No las he contado una a una, pero este año deben de haber acudido más de cincuenta jóvenes.
Queda claro pues, que hace mucho más ruido el árbol podrido del arrupismo que cae -¡no se puede parar la primavera en primavera!- que el bosque que crece…
Pero seguro que las autoridades competentes harán las oportunas correcciones, como cuando alguno comete el terrible sacrilegio de celebrar la misa en el Rito tradicional. ¿O no? Después de todo traditionis custodes pretender evitar los abusos en ambos sentidos.
A menos que a la dicha autoridad le falten los c*j*nes para corregir a un jesuita progre. Más de una vez se ha visto.
Y de los pobres chicos a los que pretenden catequizar con esas ñoñerías setenteras, que en su tiempo parecían modernas y que ya están bastante trasnochadas, vamos a ver cuántos siguen creyendo o practicando la fe dentro de cinco años.
Es el salvoconducto que tienen por ser pijos de colegio de curas o de monjas y subirse luego al goloso machito de la izquierda «social» de lo «público»: declarar que su vocación al comunismo señorito les viene precisamente de su educación elitista y beata. Porque, además, desde el Concilio Vaticano II, es una verdad incontestable.
En la ¡Jesús qué compañía! hay dos cosas a considerar: En este caso y en sabe Dios cuantos más hay una profanación descarada, tal vez sea eso lo que saben y ellos creen que lo hacen bien, entonces está el obispo para decirles que eso es un sacrilegio. Pero parece que el obispo no se entera.
La segunda es que los padres confían en la catequesis del colegio sin saber, porque seguramente ellos también fueron engañados, que eso es lo contrario al catolicismo y piensan que sus hijos reciben la formación adecuada.
Estos dos motivos son suficientes y sobran para que los obispos tomen decisiones adecuadas y si hay que echar a la mayoría de los compañeros, de no se sabe quién, pues se le echa, que para esta compañía, ninguna.
Me da mucha pena por los jóvenes que se preparan para la confirmación. No creo que lleguen a tener una buena formación dado el panorama de la foto de marras. Es muy doloroso e indignante. Y si, como dice algún comentarista, ninguna sería amonestación por parte superiores y /o de la CEE. Para qué si tampoco tienen mucha fe. También y, sin quitar importancia, no creo que haya TRANSUBSTANCIACION. Lo creo por dos motivos : la barra pan, además de ser una mofa irreverente (cachondeo no los justos) no es apta para la consagración del pan y el vino, no vale el «Don Simon». Ya lo de la estola colorines sobre jersey coloraoooo, son ganas de reírse de «Rita la cantaoraaa»… Este sinvergüenza debería estar en la calle y buscándose un trabajo pero como en su comunidad todos deben ir de locas folclóricas, pues a tragar!
Así imaginaba yo las ‘misas’ autorizadas en la terrorífica novela «1984» de George Orwell; o en «Fahrenheit 451» de Bradbury/Truffaut. ¡Y resulta que los jesuitas hace lustros que las dicen…!
Compruebo que es en Murcia. La última vez que fui a una misa de diario al gran templo jesuita de Santo Domingo, encontré muy poca gente (con lo que ha sido Santo Domingo). De fondo se oía el clamor violento de la manifa del 8 de marzo, y el jesuita oficiante de pronto se vino arriba y empezó a proclamar exaltado en mitad de la misa la redención feminista. Algunos nos levantamos y nos fuimos; yo jamás he vuelto allí.
Desde que me establecí en Burgos hace seis años, acudo al triduo pascual a La Aguilera, donde las hermanas de Iesu Communio lo celebran con numerosas jóvenes católicas comprometidas.
Este año no ha sido una excepción. Lo mejor es que cada vez son más las que se apuntan. No las he contado una a una, pero este año deben de haber acudido más de cincuenta jóvenes.
Queda claro pues, que hace mucho más ruido el árbol podrido del arrupismo que cae -¡no se puede parar la primavera en primavera!- que el bosque que crece…
Pero seguro que las autoridades competentes harán las oportunas correcciones, como cuando alguno comete el terrible sacrilegio de celebrar la misa en el Rito tradicional. ¿O no? Después de todo traditionis custodes pretender evitar los abusos en ambos sentidos.
A menos que a la dicha autoridad le falten los c*j*nes para corregir a un jesuita progre. Más de una vez se ha visto.
Y de los pobres chicos a los que pretenden catequizar con esas ñoñerías setenteras, que en su tiempo parecían modernas y que ya están bastante trasnochadas, vamos a ver cuántos siguen creyendo o practicando la fe dentro de cinco años.
«Soy una persona progresista de izquierdas gracias a cosas que aprendí en un colegio católico»
https://www.elindependiente.com/espana/2024/03/28/beatriz-borras-soy-una-persona-progresista-de-izquierdas-gracias-a-cosas-que-aprendi-en-un-colegio-catolico/
Es el salvoconducto que tienen por ser pijos de colegio de curas o de monjas y subirse luego al goloso machito de la izquierda «social» de lo «público»: declarar que su vocación al comunismo señorito les viene precisamente de su educación elitista y beata. Porque, además, desde el Concilio Vaticano II, es una verdad incontestable.
En la ¡Jesús qué compañía! hay dos cosas a considerar: En este caso y en sabe Dios cuantos más hay una profanación descarada, tal vez sea eso lo que saben y ellos creen que lo hacen bien, entonces está el obispo para decirles que eso es un sacrilegio. Pero parece que el obispo no se entera.
La segunda es que los padres confían en la catequesis del colegio sin saber, porque seguramente ellos también fueron engañados, que eso es lo contrario al catolicismo y piensan que sus hijos reciben la formación adecuada.
Estos dos motivos son suficientes y sobran para que los obispos tomen decisiones adecuadas y si hay que echar a la mayoría de los compañeros, de no se sabe quién, pues se le echa, que para esta compañía, ninguna.
«Prisión domiciliaria para dos jesuitas españoles acusados de encubrir numerosos abusos sexuales a menores en Bolivia hace 40 años»
«Marcos Recolons y Ramón Alaix, de 81 y 83 años, encubrieron los abusos que cometió hace 40 años el fallecido Alfonso Pedrajas»
https://www.elmundo.es/internacional/2024/03/29/66067e69fc6c83856a8b4574.html
Me da mucha pena por los jóvenes que se preparan para la confirmación. No creo que lleguen a tener una buena formación dado el panorama de la foto de marras. Es muy doloroso e indignante. Y si, como dice algún comentarista, ninguna sería amonestación por parte superiores y /o de la CEE. Para qué si tampoco tienen mucha fe. También y, sin quitar importancia, no creo que haya TRANSUBSTANCIACION. Lo creo por dos motivos : la barra pan, además de ser una mofa irreverente (cachondeo no los justos) no es apta para la consagración del pan y el vino, no vale el «Don Simon». Ya lo de la estola colorines sobre jersey coloraoooo, son ganas de reírse de «Rita la cantaoraaa»… Este sinvergüenza debería estar en la calle y buscándose un trabajo pero como en su comunidad todos deben ir de locas folclóricas, pues a tragar!
los pérfidos jesuitas son incorregibles, por ende nada que hacer.
Puajj. ¡Qué asco!
La mayoría de los jesuitas actuales no saben lo que es la Misa. Si no siquiera conocen al Jesús del que son «compañía».
Así imaginaba yo las ‘misas’ autorizadas en la terrorífica novela «1984» de George Orwell; o en «Fahrenheit 451» de Bradbury/Truffaut. ¡Y resulta que los jesuitas hace lustros que las dicen…!
Compruebo que es en Murcia. La última vez que fui a una misa de diario al gran templo jesuita de Santo Domingo, encontré muy poca gente (con lo que ha sido Santo Domingo). De fondo se oía el clamor violento de la manifa del 8 de marzo, y el jesuita oficiante de pronto se vino arriba y empezó a proclamar exaltado en mitad de la misa la redención feminista. Algunos nos levantamos y nos fuimos; yo jamás he vuelto allí.