Los Santos Niños Mártires de Tlaxcala

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Canonizarán el 15 de octubre a los Niños mártires de Tlaxcala

Uno muchas veces está devorado por el tiempo, deja para mañana el hablar de una noticia, al día siguiente vuelve a ocurrir lo mismo y el propósito se desvanece en el olvido.  Así me ocurrió con este artículo de mi queridísimo y admirado amigo Nemesio Rodríguez Lois que hoy me he vuelto a encontrar, varios meses después, haciendo limpieza de un correo siempre sobresaturado. Pues de hoy no pasa. Y aquí están hoy esos niños mejicanos, mártires y ya santos.

Olvido injusto y además maleducado por cuanto Nemesio tuvo la amabilidad de citarme en su escrito. Al parecer dije en algún sitio, supongo que refiriéndome al también niño mártir y santo, José Sánchez del Río, por quien tan enorme devoción y admiración tengo, qué maravilloso un país como Méjico en el que hasta los niños son santos. Sí recuerdo en cambio haber dicho en una conferencia, hablando de mi España visigoda, de la que la Nueva España es también heredera, algo muy similar: Maravillosa una nación en la que los obispos, tantos, fueron santos.

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No tenía ni idea de la existencia de estos tres santos niños que se unen a los ya gloriosos San Francisco, Santa Jacinta, San José Sánchez del Río… Hay en lista de espera, junto a otros, tres niñas españolas de vida tan corta como llena de inmenso amor a Cristo y a su Santísima Madre, de sufrimiento, de lo que privadamente podemos afirmar, de santidad. Dios permita, yo así se lo ruego, que la Iglesia reconozca tantas vidas verdaderamente admirables.

Mi maestro Eugenio Vegas, a quien tantísimo debo, repetía que no hay mejor lectura que las vidas de santos. Estoy en total acuerdo con él y dese mi insignificancia se lo recomiendo de todo corazón a mis lectores. En el convencimiento de que con ello sólo obtendrán beneficios y no sólo espirituales. Porque leyendo esas vidas se es mejor padre y madre, marido y mujer, hijo, joven, anciano, profesional, amigo, vecino, político… y enfermo.

Satisfecha, gozosamente por mi parte, la deuda que tenía con los tres Santos Niños Mártires de Taxcala, rogando a Nemesio que perdone mi olvido, seguro estoy que no me ha perdonado nada porque su corazón generoso y amigo no tomó en cuenta para nada el retraso. Y tal vez la lectura de vidas de santos, que ambos frecuentamos, haya marcado nuestras vidas, con tantas cosas comunes, y nuestra gran amistad.

Nuevos santos mexicanos

 

 

Comentarios
4 comentarios en “Los Santos Niños Mártires de Tlaxcala
  1. La lectura de la vida de santos hace bien a cualquiera. Da igual que el santo sea un monje de rigurosa vida contemplativa (p. ej. un S. Bernardo) y que el lector sea padre de familia numerosa. Esa -aparente- discordancia entre el personaje y quien lo lea no tiene ninguna transcendencia toda vez que, si bien es cierto que en la vida de un monje habrá aspectos que no podrá copiar un padre de familia, también lo es que hay otros que sí pueden servirle de inspiración divina para su santificación: p. ej., la obediencia, la humildad, la paciencia, el perdón generoso otorgado a un enemigo, y tantas otras cosas. Lo mismo se puede decir, mutatis mutandis, de un cartujo que lea la vida de un terremoto de actividad como S. Juan Bosco.

  2. Aro: Si haces click en el Nuevos santos final te sale el artículo. Libros sobre ellos los desconozco. Seguramente en Méjico los habrá. Sobre España hay uno o dos, de Javier Paredes. Uno seguro porque lo he leído y dejé constancia de él en el Blog, Tal vez fueran dos. Del que me acuerdo se llamaba Santos de pantalón corto o algo parecido. Impresionante.

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