Los religiosos según datos de 2018 (y 6)

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Me limito ahora a poner las pérdidas a 1 de enero de 2018 para poder apreciar el descenso de los últimos años al comparar esta lista con las anteriores, sólo añadiré que la situación de los que han perdido más del 60% puede considerarse desesperada; la de los que han perdido más del 50%, grave, y la de los que superan el 40%, preocupante.

Y con mi agradecimiento al amable lector Don José que nos anticipó interesantes datos al respecto

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78%: Clérigos de San Viator

75%: Jerónimos, Cistercienses de Estricta Observancia (Trapenses)

74%: La Salle

73%: Mercedarios Descalzos

70%: Marianistas

67%: Padres Maristas

63%: Maristas

61%: Hermanos del Sagrado Corazón

60%: Padreess Blancos

59%: Instituto Español San Francisco Javier para las Misiones Extranjeras, Hermanos de San Juan de Dios

57% Jesuitas, Menesianos

55%: Pasionistas

54%: Servitas

53%: Agustinos de la Asunción, Cartujos

51% Franciacanos, Oblatos de María Inmaculada

50%: Monfortinos, Mínimos

48%: Mercedarios

47%: Escolapios. Redentoristas, Espiritanos

46%; Benedictinos

44%: Dominicos

42%: Congregación de la Misión (Lazaristas)

41%: Misioneros del Sagrado Corazón

39%: Pavonianos

37%: Amigonianos

36%: Salesianos, Sacramentinos, Camaldulenses benedictinos

35%: Capuchinos, Agustinos recoletos

32%: Hijos de la Sagrada Familia

30%: Trinitarios

27%: Claretianos, Reparadores (Dehonianos), Sociedad de San Pablo, Camaldulenses de Monte Corona

21%: Camilos

19%: Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey

16%: Identes

15%: Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca), Guanelianos

14%: Carmelitas Calzados, Tercera Orden Regular de San Francisco

13%: Franciscanos Conventuales

6%: Combonianos

5%: Carmelitas Descalzos

2%: Cistercienses

Y a continuación lo que taba escrito de años anteriores:

A lo escrito años antes añado la lista de la pérdida de religiosos a 1 de enero de 2017. De la comparación de las tres listas se puede ver el progreso en la ruina de la mayoría. Sigue valiendo lo dicho para los que en las relaciones anteriores tienen un asterisco porque sus porcentajes de disminución son mayores al estar referenciados a 1973 cuando ya se había producido una desbandada de monjes, frailes y religiosos. Están marcados estos con un asterisco en las primeras listas que ya no he puesto en la última ppr darlos por reproducidos. Con la excepción de los carmelitas calzados que en la última lista no está referidos a 1973 sino a su número máximo en 1967

Esto había escrito hace un año. A continuación de ello pondré los datos de un año después. Con lo que se podrá comprobar si han empeorado o no. De aquellos que lleven un asterisco podemos asegurar que su situación es todavía peor pues tomamos como cifra máxima de miembros la de 1973 cuando ya se habían dejado en el camino unos cuantos.

En mis años de colegio había un cuadro de honor en el que figuraban los nombres de los escolares más brillantes. Con los religiosos cabe otro pero del deshonor. Porque ya me dirán como calificar esos resultados. Que reflejan la pérdida de sus efectivos respecto a los mejores que tuvieron. Es también el cuadro del posconcilio. Porque ese inmenso desastre, no cabe otro nombre, ha ocurrido en ese periodo. Yo me limito a retratarlo. Si salen así de feos no es culpa del fotógrafo. Es que están así de feos.

Clérigos de San Viator: -76%

La Salle: -70%

Jerónimos: -69%

Trapenses: -68%

Marianistas: -66%

Padres Maristas: -62% –

Maristas: -59%

Sagrados Corazones: -58%

Hermanos de San Juan de Dios: -56%

Padres Blancos: -56%

Asuncionistas: -55%

Menesianos: -54%

Hermanos del Sagrado Corazón: -54%

Jesuitas: -53%

Pasionistas: -53%

Instituto Español para las Misiones Extranjeras: -52%

Cartujos: -51%

Oblatos de María Inmaculada: -49%

Escolapios: -48%

Monfortinos: -48%

Franciscanos: -47%

Congregación de la Misión: -47%

Redentoristas: -46%

Sacramentinos: -46%

Espiritanos: -44%

Mínimos: -44%

Mercedarios: -43%

Benedictinos: -42%

Dominicos: -40%

Agustinos: -39%

Agustinos Recoletos: -39%

Misioneros del Sagrado Corazón: -36%

Paúles: -36%

Capuchinos: -33%

Salesianos: -33%

Carmelitas Calzados: -33%

Pavonianos: -32%

Trinitarios: -28%

Claretianos: -27%

Amigonianos: -25%

Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey: -25%

Sociedad de San Pablo: -17%

Camilos: -16% –

Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca):  -15%

Franciscanos Conventuales: -12%

Somascos: -7%

Hijos de la Sagrada Familia: -7%

Carmelitas Descalzos: -6%

Combonianos: -5%

Tercera Orden Regular de San Francisco: -2%

Fuera de este cuadro lamentable y vergonzoso para muchísimos hay algunos institutos religiosos que verdaderamente merecen figurar en un cuadro de honor. Y más con la que está cayendo. Son Cistercienses, Verbo Divino, Legionarios de Cristo, Trinitarios, Rogacionistas, Guanellianos, Palotinos, Heraldos del Evangelio, Teatinos, Opus Dei. Alguno, como los LC, con una disminución momentánea, mucho menor de la previsible y que no borra la extraordinaria expansión que conocieron. Habrá que esperar algunos años pero pienso que lo peor ya lo han pasado. Muy bien por todos estos pero en general son órdenes y congregaciones minoritarias y de escaso peso en la Iglesia salvo el Opus Dei. Visto ese cuadro es como para pensar los que habría hecho una empresa, un equipo de fútbol, un partido político, con directivos o entrenadores así. Los hubieran echado a todos. Pues con los religiosos no ocurre eso. Se ha impuesto como consigna el antes muertos que restaurados. Pues lo van a conseguir.

Estos son los porcentajes de disminución a 1 de enero de 2015. Y repetimos que los que llevan un asterisco en realidad son superiores pues están referidos a 1973 cuando ya habían perdido bastantes o unos cuantos efectivos

Clérigos de San Viator: -76%

Hermanos de La Salle*: -71%

Jerónimos: -69%

Marianistas: -66%

Sagrados Corazones: -65%

Maristas*: -60%

Padres Blancos*: -58%

Hermanos del Sagrado Corazón*: -57%

Hermanos de San Juan de Dios: -56%

Jesuitas; -54%

Menesianos*: -54%

Agustinos de la Asunción: -54%

Instituto Español para las Misiones Extranjeras*: -54%

Trapenses: -53%

Pasionistas: -53%

Cartujos: -52%

Franciscanos: -50%

Oblatos de María Inmaculada: -50%

Escolapios: -49%

Monfortinos*: -48%

Lazaristas: -47%

Sacramentinos: -47%

Mínimos: -47%

Servitas*: -47%

Redentoristas: -46%

Mercedarios: -45%

Espiritanos: -45%

Dominicos: -44%

Benedictinos: -43%

Agustinos:-43%

Agustinos Recoletos: -40%

Misioneros del Sagrado Corazón*: -37%

Paúles: -36%

Carmelitas Calzados: -35%

Salesianos: -34%

Capuchinos: -34%

Pavonianos: -33%

Amigonianos*: -27%

Claretianos: -26%

Reparadores*: -21%

Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey: -19%

Sociedad de San Pablo: -18%

Camilos: -17%

Hijos de la sagrada Familia*: -15%

Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca)*: -13%

Franciscanos Conventuales: -11%

Tercera Orden Regular de San Francisco*: -11%

Combonianos*: -6%

Carmelitas Descalzos: -5%

Superar el 60% de pérdidas me parece terminal. Y el 50% gravísimo. Más del 40% muy preocupante. Los que se mueven en porcentajes inferiores se podrían considerar privilegiados. Y no digamos ya los que no llegan ni al 10%.

Y esa era la situación al 1 de enero de 2015. Casi año y medio después no es aventurado suponerla todavía peor.

Estos son los datos al 1 de enero de 2017

Clérigos de San Viator: -78%

La Salle: .74%

Mercedarios Descalzos: -73%

Trapenses: -72%

Marianistas: -69%

Padres Maristas: .66%

-Maristas: -62%

Hermanos del Sagrado Corazón: -60%

Padres Blancos: -59%

Hermanos de San Jun de Dios e Instituto Español San Francisco Francisco Javier para las Misiones Extranjeras: -58%

Servitas: -57%

Jesuitas: -56%

Pasionistas y Menesianos: .55%

Agustinos de la Asunción y Servitas: -54%

Cartujos: -52%

Camaldulenses: -52%

Franciscanos: -51%

Monfortinos: -50%

Espiritanos y Mínimos: -48%

Redentoristas, Escolapios y Mercedarios: -47%

Benedictinos: -45%

Dominicos: -44%

Agustinos y Teatinos: -43%

Congregación de la Misión (Lazaristas): -41%

Misioneros del Sagrado Corazón: -40%

Pavonianos:-37%

Amigonianos: -36%

Salesianos, Sacramentinos y Carmelitas Calzados: ´35%

Capuchinos: -34%

Hijos de la Sagrada Familia: -30%

Sociedad San Pablo: -26%

Reparadores (Dehonianos): -25%

Cistercienses: -23%

Camilos: -21%

Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey: -19%

Identes: -16%

Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca). -15%Guanelianos: -14%

Franciscanos Conventuales: -13%

Tercera Orden Regular de San Francisco: -11%

Combonianos y Carmelitas Descalzos: -5%

Tienen un incremento en ocasiones muy notable aunque puedan tener años de baja con respecto al anterior, Somascos, Verbo Divino, Legionarios de Cristo, Rogacionistas, Palotinos, Heraldos del Evangelio, Opus Dei, Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote

 

 

 

 

 

 

Comentarios
5 comentarios en “Los religiosos según datos de 2018 (y 6)
  1. Reclamando un arte de morir en el siglo XXI

    Fray Columba Thomas OP
    19 de Junio de 2019

    Cuando hablamos del ars Moriendi, o «arte de morir», fnos referinos a un texto medieval de gran popularidad e influjo, destinado a preparar a los fieles para bien morir.
    Apareció un buen por orden de Concilio de Constanza, entre 1414 y 1418, y aunque su autor es anónimo, algunos eruditos dicen que se trataba de un Fraile Dominico.

    No es sorprendente que la Iglesia se centre en temas relacionados con la muerte en esa época.
    Una de las preocupaciones pastorales de mayor relieve, en la Iglesia del bajo medievo, era preparar el alma para la muerte, lo que implicaba salvarla de la condenación y abreviar su estancia en el purgatorio. Suponer que este enfoque de la muerte fue impulsado principalmente por los efectos de la peste negra es probablemente una simplificación excesiva.
    Parece, más bien, una característica fundamental de la piedad medieval, resultado de una intensa fe en la realidad de la vida después de la muerte y en la eficacia salvífica de los sacramentos.
    Por lo tanto, una de las preocupaciones principales era asegurar la asistencia de un sacerdote a la hora de la muerte.
    Pero el impacto de la peste negra, incluida la pérdida del clero que ayudaba a los moribundos, acentuó la necesidad de formas adicionales de preparación.
    Así surgió el Ars Moriendi, un vademecum para la pastoral, destinado a la atención de los moribundas y de
    sus allegados.
    Con el paso de los siglos algunos bioéticos modernos han buscado inspiración en el Ars Moriendi medieval para hablar sobre el enfoque contemporáneo de la muerte.
    Reconocen que los pacientes que se acercan al final de su vida, a menudo se sienten abrumados por la complejidad de la atención médica y pierden la oportunidad de prepararse bien para la muerte.
    Un Ars Moriendi de hoy en día serviría como correctivo a la muerte predominantemente médica y tecnológicamente impulsada.
    Mientras que los bioéticos generalmente han tratado de usar el texto medieval como inspiración para un enfoque que se adapte a una amplia variedad de sistemas de creencias, religiosas y seculares, parece vital que se mantenga en tal empeño la intención religiosa expresada.
    De hecho, ciertas ideas del texto medieval pueden ser una adición útil a los enfoques pastorales contemporáneos del final de la vida.

    Una simple mirada al Ars Moriendi medieval puede ser suficiente para extraer algunas de estas ideas. Como enfatiza el texto, los moribundos se enfrentan casi siempre a tentaciones que amenazan con robarles la salvación, incluida la tentación contra la fe, la desesperación y el orgullo que conduce a la autocomplacencia.
    Cuando se enfrentan a estas tentaciones, estas personas deben darse cuenta de la importancia de morir en la fe de Cristo y en unión con la Iglesia para alcanzar la salvación, que es la verdadera felicidad.
    Esto incluye la recepción de los sacramentos, repetidas profesiones de fe, exámenes de conciencia y oración.

    Por supuesto, los sacramentos son el principal medio por el cual los fieles pueden alcanzar la salvación. Sin embargo, uno puede resistir a la gracia ofrecida en los sacramentos, por lo que estas prácticas son importantes para ayudar a disponernos a recibir los sacramentos de manera eficaz.
    Por esto, no basta con garantizar la visita de un sacerdote y la recepción de los sacramentos. Se deben hacer esfuerzos para consolar a los moribundos para que la muerte en sí no sea temida, a la luz del acto salvífico de Cristo, y por ello es mejor despertarlos de la autocomplacencia que permitir que se alejen de Dios animados por los consuelos.

    Estas ideas del Ars Moriendi medieval pueden ser clave para reclamar un arte de morir para el siglo XXI. Preocupa que en el enfoque pastoral de hoy día para los católicos que se acercan al final de la vida se presuma que la recepción de los sacramentos casi garantice la salvación.
    Por lo general, se pone poco énfasis en la necesidad de un examen de conciencia regular, actos de fe, esperanza y caridad.
    Hay que prevenir al moribundo respecto a las tentaciones comunes contra el amor de Dios.
    Se precisa consolar a la persona moribunda y a los seres queridos, no necesariamente para superar el miedo a la muerte, sino para eliminar lo que obstaculiza la salvación. Es la hora de la verdad y del olvido de los respetos humanos.
    Necesitamos ciertamente un Ars Moriendi moderno. El texto medieval deja en claro que la realidad del juicio después de la muerte y la esperanza de la salvación del alma deben tener prioridad sobre todo lo demás, incluidos los intentos de moverse mejor por las complejidades y limitaciones de la administración médica al final de la vida.

  2. Ya lo veo en el nº 5 de esta serie. Entonces, si los Legionarios de Cristo llegaron a ser 2273 en 2009 y ahora son 1501, en diez años han perdido 772 miembros, un 34%, la tercera parte. No es cualquier cosa.

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