«Los esposos que van a la Iglesia son más felices y se divorcian menos»

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Los esposos que van a la iglesia son más felices y se divorcian menos

No es una receta absoluta pero creo que encierra bastante verdad. Os lo dice uno que la ha seguido y que este año celebrará, Dios mediante,  sus bodas de oro matrimoniales. En una familia integrada y feliz.

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La gracia de Dios es poderosa pero hay que estar dispuestos, pese a nuestros pecados, a recibirla. Y ella hace fácil, generalmente, una vida satisfactoria. Con contento de todos. Padres, hijos, nietos, familiares, amigos…

Una vida en la Iglesia, con frecuencia sacramental, y el de la Confesión también es un sacramento, suele dar unos resultados mucho mejores que la que se vive al margen de Dios. Mucho más feliz.

Pero en esto, como en todo, cada cual se hace de su capa un sayo. Aunque muchísimos sayos salgan penosos. Y las capas también si no se las cuida.

No malbaratéis una familia que está llamada a ser feliz, en lo que cabe en este valle de lágrimas, desde la ilusión compartida en la que se constituyó. Para eso ayuda muchísimo el vivir como Dios manda.

 

Comentarios
5 comentarios en “«Los esposos que van a la Iglesia son más felices y se divorcian menos»
  1. Muy buen artículo. Muy bien dicho, D. Francisco José. Felicidades adelantadas a usted y a su esposa por sus bodas de oro. A Teresa: Pido a Dios por usted, por su marido, por su matrimonio y su familia. Y por todos los matrimonios y familias; que Dios, en su infinita Misericordia, los guarde siempre.

  2. Estamos asistiendo a las terribles consecuencias que el divorcio en todo el mundo ha infligido a la familia, y por ende, a la sociedad y a la Iglesia misma.
    Llevará décadas rescatarla, tal vez, y eso a fuerza de lágrimas, sacrificios y oración.

  3. Estoy de acuerdo con el articulo.. yo estoy divorciada…pero antes de esto siempre ibamos mi esposo y yo juntos a Misa.. digamos que mi esposo tenia momentos de perder los nervios por cualquier detalle y maltratarnos psicologicamente por espacio de media hora o una hora y esto podia repetirse varias veces. Otros momentos era muy buena persona..
    Pues la Santa Misa nos sanaba…a la hora de la paz.. algo pasaba que mis heridas cicatrizaban y volvia la felicidad aunque despues podia destruirse por momentos..algo como Santa Monica.
    Pero una vez estaba tan enfadada que no me hinque en la consagracion ni di la paz y puedo decir que fue como un rechazo a la gracia que despues de esa Misa mi esposo me dijo que se queria divorciar y se volvio a rcasa a redactar un documento para anular el matrimonio y fue el terremoto que acabo con la ruptura.
    Yo sigo confiando en la Gracia y espero que Dios pueda reparar ese matrimonio.

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