Máximo Pérez, SJ: «…Me escribió en su Corazón». Vida Popular de Bernardo F. de Hoyos. Monte Carmelo, Burgos, 2009, 77 pgs.
El jesuita Máximo Pérez escribió una amplia biografía del P. Hoyos, de 378 pgs. que ahora concentra en este librito que pone a la figura del introductor de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en España al alcance de todos.
Antiguo alumno que soy de los jesuitas, desde Ingreso a Preuniversitario, ambos incluidos, confieso que apenas tenía una vaguísima idea de este hijo de San Ignacio. Y eso que en mis años de colegio había unos libritos excelentes, folletos amplios más bien, con las vidas de los santos de la Compañía y devoré todos. Pero el P. Hoyos no había llegado a los altares, ha sido beatificado muy recientemente, y no existía en la colección.
Sabía que era jesuita, propagador de la devoción al Sagrado Corazón y lo del Reinaré en España. Creo que nada más. Pero es que no había mucho más y de ello da cumplida cuenta el breve resumen del P. Máximo Pérez. Con decir que murió a los 24 años, recién ordenado sacerdote, está dicho casi todo. Sin embargo, en tan breve tiempo, piadosísimo, cautivado por la devoción al Corazón de Cristo, con notables experiencias místicas, contagió a la Compañía de Jesús española, que vivía al margen de lo que en otras naciones era ya tan jesuítico, hasta hacer de ello rasgo esencialísmo de su apostolado.
Y a él se debe, pues plantó una semilla que cayó en óptima tierra, la Compañía de entonces, que España fuera en poquísimo tiempo realidad de la promesa de que reinaría en España el Sagrado Corazón verdaderamente con más veneración que en otras partes. Nuestras iglesias se llenaron de imágenes del Corazón Sacratísimo de Jesús, pueblos y ciudades rivalizaron por situar en sus cimas su representación, en las puertas de muchísimas casas estaba Él y entronizado en el interior de las mismas con la ceremonia correspondientes, y ahí está, como lo estuvo en la de mis mayores, en la mía de Madrid, mi inolvidable P. Alba fue el entronizador, y en la que venimos de vacaciones, heredada de mis padres, también está la que debieron entronizar en su día mis abuelos. Bajo ella estoy escribiendo este artículo. Y también en muchos pechos españoles había el «detente» junto al escapulario carmelitano. En la medallita del mío en el reverso, o en el anverso, está su imagen. Verdaderamente puedo decir que el Corazón de Jesús está conmigo.
El mes de junio era el del Sagrado Corazón que rivalizaba, la palabra no es afortunada, mejor continuaba, el mes de las flores dedicado a María. Que en muchas casas se vivía con devoción. Qué hermosa homilía la que pronunciaste, querido Jorge, hace un par de meses en un pueblo manchego que celebraba el Sagrado Corazón. Estuviste bordado. Y nos recordaste que eso lo llevabas muy en el alma pues en ella lo tenía tu madre y te lo ha transmitido. Luego la procesión por las calles con la imagen portada por unos chicos, algunos todavía niños, que se sentían orgullosísimos de cargar sobre sus espaldas el peso notable del Sagrado Corazón.
Y qué decir de aquella revista benemérita, el Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús que llegaba a cientos de miles de hogares españoles. Con una tirada que debía aproximarse, si no los superaba, de un millón de ejemplares. El Cerro de los Ángeles, Alfonso XIII y Franco, el P. Rubio, el P. Caballero, el Apostolado de la Oración, la novena… Y el odio de la antiIglesia. Fusilado y dinamitado en el Cerro. Corazón Santo, Tú reinarás…
Hoy el Sagrado Corazón de Jesús parece olvidado. Y así nos va. Incluso por la Compañía de Jesús. Y así le va. Tal vez se necesite un nuevo P. Hoyos que devuelva lo que nunca debimos dejar perder. Reina, reina en España, Sagrado Corazón… Y España sería otra y mucho mejor.
Recomendaría, aunque bien sé que es recomendación inútil, que en los colegios jesuitas se volvieran a editar y recomendar aquellas hermosísimas biografías de sus santos. Que tanto bien hicieron. Y que suscitarían vocaciones jesuíticas. Porque esos atraen voluntades juveniles. Me temo, diría más bien que estoy seguro, que los alumnos de sus colegios de hoy no tienen ni idea de quien fue Ignacio, Javier, Borja, Brito, Campión, los mártires de las Azores, los del Japón, el P. Rubio… ¿Qué venden hoy? Y no pregunto por los resultados porque esos son apabullantes en la nada.
He visto también en la biografía algo que me ha llamad0 la atención. La temprana edad en la que fue ordenado Hoyos. En mis días los jesuitas llegan al sacerdocio con más de treinta años y eso los que entran jóvenes en el noviciado. Se ve que a comienzos del siglo XVIII tenían otra regla. Tal vez algún conocedor de ello nos pueda ilustrar al respecto. Y hay algo que queda evidentísimo y que son los designios misteriosos de la voluntad divina. Una desconocida salesa, que creo que salesa era Santa Margarita María, Claudio de la Colombière, el P.Hoyos… Mimbres humanamente imposibles para hacer un cesto importante. Pues, ¡vaya cesto!
Él lo puede todo. Así que, pese a tanta nube negra, Tú reinarás, oh Rey bendito, pues Tú dijiste reinaré.
Dolores Aleixandre escribió en su columna «Sillita baja» un artículo llamado ‘Solemnidad’, en el cual condena las imágenes tradicionales de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Esas «entrañas», «horribles»… Búsquelo si lo desea. Se quedará tan estupefacto como yo me quedé.
No sé dónde consta la condena de Dolores Aleixandre a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, pero una provincial de su orden hace una bellísima reflexión, basándose en los puntos de oración que dio en cierta ocasión Dolores Aleixandre: http://rscjantillas.org/el_corazon_de_jes_s_s.baranda_rscj.pdf
Y esto escribe la «perversa» Dolores el día del Sagrado Corazón de 2.009:
«El Dia Del Sagrado Corazón De Jesus
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G.L: La devoción al Sagrado corazón de Jesús puede parecerle a muchos formar parte de una piedad anticuada o vinculadas a prácticas con las que la gente hoy puede no sentirse identificada.
D:A: El corazón es el núcleo central de las personas, el lugar donde se toman decisiones, el lugar donde uno se vincula a los afectos profundos. El Corazón para el Antiguo Testamento no es el lugar de los sentimientos pasajeros.
Pío XII escribió una encíclica hermosa referida al Corazón de Cristo y se llamaba así: “Sacareis agua”, para volver al origen de esta devoción, para actualizarla, lavarla con el agua viva de aquello que se le ha ido pegando.
“El secreto de la victoria está en el corazón” Cuanto más grande se tiene el corazón, más bombea. Muchas veces andamos buscando dónde está el misterio de las personas, cómo llegar al corazón de las cosas –decimos a veces-. Estamos rodeados de tantas realidades, imágenes, ofertas, caminos, ideas diferentes, que cuando queremos reunir esa búsqueda y orientarla, también en el caso de Dios, parece que necesitamos recurrir a esa palabra fuente, palabra arquetipo, palabra que brota de lo más hondo de la vida, de la existencia y que evocan un poco el centro, la unidad última de toda la realidad. Creo que la palabra “corazón” es una de esas “palabras-fuente”, por eso aparece tanto en el Antiguo Testamento.
El pueblo de la Antigua Alianza, para hablar del ser humano, ellos articulan toda su teoría utilizando el “corazón” para expresar la interioridad, el corazón se asoma hacia fuera con los ojos. La boca y los oídos son utilizados para expresar todo lo que es hablar, comunicarse. Y las manos y los pies para todo lo que es acción.
Esta “corporeidad” completa la apreciamos en la Parábola del samaritano: “vio y se conmovió”-ojos y corazón-, “se acercó” –con los pies- y “le curó”-con las manos-. En el fondo allí está la imagen misma de Jesús.
¿Dónde encontró Santa Margarita esa palabra? Tenemos que ir para eso al Antiguo Testamento, para saber dónde, cómo y cuando se utiliza esa palabra y qué se quiere decir con ella.
Vamos a ir recorriendo en el Antiguo Testamento distintas imágenes que hacen alusión al corazón, significaciones que tiene el corazón. En muchos lugares del Antiguo Testamento Dios hace alusión a “hacer recordatorio” de sus palabras. Utiliza muchos recursos para que la gente no se olvide de los mandamientos o de los consejos que el Señor hace, porque el Pueblo de Dios es un pueblo de memoria
Citas bíblicas: Prov 30,18; Deut 4,14; Prov 44,22; Prov 15,11; 1Sam 16,7; Sal 27,5; Ex 33,18; Deut 6,6; Prov 7,3
Prov 30,18: aquí encontramos la expresión “en lo hondo del mar”: esto es ‘en lo más profundo’. Igual es en expresiones de Jesús: cuando dice “guía mar adentro”: en una persona, es ir a lo profundo, conocerla desde el fondo.
Sal 27,5, Moisés dice “Dios me esconderá en lo escondido de su tienda”: repite el verbo esconder.
Ex 33,18; Dios le dice a Moisés “métete en la hendidura de la roca para esperar que yo pase”. En muchos lugares se hace alusión al “corazón” como “piedra”. Y solo desde ese lugar se puede ver y escuchar a Dios
Num 20, 3 está la expresión de golpear la piedra en el desierto para sacar agua
GL: Muchas veces hablamos de que determinadas situaciones o personas nos dan “dolor de cabeza”, y en realidad estamos hablando de “dolores del corazón”, que son dolores de discernimiento.
Deut 6,6: “las palabras que hoy te ordeno deben estar en en tu corazón”
Prov 7,3 “átalas a tus dedos, escríbelas en la tabla de tu corazón”, como diciendoles ‘solo repitiendo de memoria, no alcanza
Jeremías llega a decir “el pecado en Israel está grabado en su corazón con la punta de un diamante”, como diciendo ‘es tan duro ese corazón que solo con esa piedra más dura que es el diamante se puede grabar. Pero luego más adelante dice “El Señor escribirá en tu corazón”: más allá de su pesimismo , sabe que Dios puede grabar en nuestro corazón aunque sea duro.
Ezequiel 36,26 dice “les daré un corazón nuevo”
Jesús también habla del corazón duro: en Mc 16,14 “que torpes sois y que ‘esclerocardía’ teneis”: les dice que tienen el corazón endurecido. Estaba muy enojado Jesús, pero a pesar de eso partió con ellos el pan.
El hablar del sentimiento del corazón aludiendo a sentimentalismo nos ha alejado del Corazón de Jesús. Creo que la mejor imagen del corazón de Jesús es la de Jesús crucificado con su corazón traspasado por la lanza de donde brotan sangre y agua. Ese ya es el Cristo resucitado. Es un Cristo con una expresión de paz, con dulzura en la mirada, con una sonrisa en los labios.
El tema del agua, que recorre toda la Escritura: el agua de la creación, el agua que brota de la roca con Moisés, el agua del pozo de la samaritana, son todas alusiones tiene un trasfondo nupcial: la Iglesia como primera comunidad encontrándose con Jesús. Cuando Jesús dice “quien tenga sed que venga a Mi” . Juan lo recuerda cuando dice “de sus entrañas manarán ríos de agua viva.
Ese “agua viva que sale del corazón de Cristo” es la vida comunicada. Al entregar su vida, esa vida se desborda. Jesús es esa “roca golpeada” de la cual brota esta agua que es vida.
GL: ¿Por qué este corazón tiene que ser traspasado, roto, lastimado? ¿Cuál es la necesidad de esta herida en el corazón de Jesús?
DA: Una hermana de mi congregación decía que ‘hoy, en un mundo tan distraído nadie dirige la vida más que Aquel que de alguna manera está ‘traspasado’. ¿Por qué nos estremece hablar de algún santo, y más concretamente cuando estaban en vida, como Teresa de Calcuta? La gente siente que son personas ‘traspasadas’: tienen un corazón abierto, palpitando vida. No alguien endurecido, sino conmovido por el dolor, que es expresado por esa apertura: todo lo contrario a lo ‘encerrado’ por dureza o por miedo.
Esos ‘corazones encerrados? –como los de los discípulos en el cenáculo- están muchas veces en nosotros, cuando tenemos esa sensación de retener, guardar, acaparar. En cambio lo que se abre, se derrama, se deja despojar, es el gran signo de la humanidad.
Estamos como constituidos como un receptáculo vacío y ahí es donde Dios deposita desde el Génesis, su vida. En nosotros está entrar en ese ritmo de acoger y dar.
Cuando Juan narra el episodio del traspaso de la lanza de donde brotó sangre y agua, está expresando todo lo que fue la vida de Cristo: entregar, derramar, despojarse de sí para entregarse a otros. Y esa es la propuesta que tiene para nosotros.
TENEMOS QUE BUSCAR EL CORAZÓN DE JESÚS NO EN UNA IMAGEN, SINO EN UNA PROPUESTA.
Tomando el Evangelio de Marcos capítulo 1, después de la presentación de Juan, Jesús va al Jordán para ser bautizado, se abrieron los cielos y se oyó la voz de Dios que decía “Tú eres mi Hijo amado en quien me complazco” ¿Qué sentiría Jesús? ¿Qué se conmovería en el centro de su persona al saberse el Hijo amado del Padre? Se va al desierto para integrar interiormente y ser nutrido por esas palabras de su Padre, y cuando la ha integrado, esa corriente lo impulsa desde el fondo para juntarse con los otros y proclamar la Buena Noticia. Lo que nace de su corazón son Buenas Noticias: la noticia de que Dios está cerca nuestro. Y luego busca compañeros de camino para satisfacer su necesidad honda del corazón que quiere comunicarse.
Cuando Jesús ve ahora el dolor del mundo, es El el que libera o cura. Y ESA ES LA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS: RECORRER EL EVANGELIO BUSCANDO QUÉ HABRÍA EN LO MAS PROFUNDO, EN LO MÁS ESCONDIDO DE SU PERSONA.
GL. Volviendo a la imagen del barco que habías dado: ¡cuántas cosas que se nos han pegado que tenemos que rascar para que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús sea un evento transformador de nuestro propio corazón que haga de nuestro corazón un corazón más parecido al suyo: JESÚS, MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN: HAZ MI CORAZÓN SEMEJANTE AL TUYO.
Jesús, Sacerdote Eterno,
guardá estos siervos tuyos en el recinto santo de tu corazón donde nadie pueda hacerles daño
Corazón herido, corazón amigo
Corazón de Cristo Jesús, yo confío en vos.
LAS PROMESAS QUE LE DIO JESÚS A SANTA MARGARITA en 1673:
-Les daré todas las gracias para su estado de vida
-Les daré paz a las familias, consuelo en las penas, refugio a la hora de la muerte, abundantes bendiciones en sus emprendimientos a los pecadores un océano de misericordia, a las almas tibias las volveré fervorosas, a las almas fervorosas progresos en la perfección,
-Bendeciré las casas donde mi imagen sea venerada,
-Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
– Grabaré para siempre en mi corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción
– La excesiva misericordia de mi corazón concederá a quienes sigan la comunión del primer viernes de cada mes durante 9 meses ininterrumpidos la gracia de no morir sin ella: mi corazón divino será su refugio.»
No sé dónde consta la condena de Dolores Aleixandre a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, pero una provincial de su orden hace una bellísima reflexión, basándose en los puntos de oración que dio en ciertao casión Dolores Aleixandre: http://rscjantillas.org/el_corazon_de_jes_s_s.baranda_rscj.pdf
¿Pueden recomendarme algún libro de vidas de santos ?
Si repasan el blog, verán cómo se publicó una entrada sobre el Sagrado Corazón el pasado 24 de junio. Un par de personas y yo mismo escribimos comentarios con ejemplos de cómo bastantes parroquias jesuitas siguen con esta devoción, con triduos y procesiones.Incluso «Lateranense» nos recordaba cómo la procesión cada año iba a más en El Puerto de Santa María. Así que no puede decirse que los jesuitas lo hayan olvidado.
Es de Justicia decir, que fue en VALLADOLID, el 14 de mayo de 1733, cuando el Señor se le apareció al Padre Hoyos en lo que hoy es la Basílica del Santuario Nacional de la Gran Promesa «… y me dijo Jesús: REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES”.
http://www.archivalladolid.org/santuario/la_gran_promesa.htm
No estaría mal y es de justicia informar que fue en VALLADOLID el 14 de mayo de 1733 en lo que hoy es el Santuario Nacional de la Gran Promesa donde el Señor se le apareció al Padre Hoyos diciéndole: «REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES”.
http://www.archivalladolid.org/santuario/la_gran_promesa.htm
Dolores Aleixandre, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús y colaboradora habitual de varios medios religiosos españoles, escribió condenando la devoción principal de su propia congregación. Afirmaba que esas estampas e ilustraciones, que mostraban «una entraña glorificada», eran horribles. Tiene que ser curioso condenar la devoción a Santo Domingo de Guzmán y querer entrar en los dominicos al mismo tiempo.