| 25 mayo, 2016
Lamentablemente continúa este cierre incesante de casas religiosas que terminará dejando A España sin monjas. O con poquísimas congregaciones que se ha librado de este desastre o que se han visto poco afectadas por él.
Cierto que no pocas de las que cierran eran observantes de su regla y vestían hábito. También a muchas de ellasles ha llegado la falta de vocaciones y no es el hábito seguridad de tenerlas pero las que crecen son habitadas todas y todas las secularizadas se mueren.
Hemos empezado una fase de cierre de conventos, que va a dejar España con poquísimas comunidades contemplativas. Y la solución no está en traer jóvenes de otros continentes.
En el caso de los religiosos y religiosas de vida activa, la ruina es inminente. La mayoría de los superiores sólo ve la causa de los problemas fuera de la Orden, pero el enemigo está en el interior: secularización, mundanidad, falta de vida espiritual seria, heterodoxia, abandono del hábito y de la clausura…
No son sólo los católicos en general que somos indiferentes, sino que la CONFER es incapaz de ver la realidad. Como botón de muestra, sólo hay que hojear su revista para ver la línea única que llevan.
Incluso en Diócesis que no están faltas de vocaciones sacerdotales, como Toledo o Córdoba, las comunidades religiosas femeninas atraviesan una crisis durísima, que las está llevando a cerrar conventos centenarios.