| 02 junio, 2019
En la parroquia de San Isidro de Leganés. Celebrada por el obispo de Getafe Don Ginés García Beltrán con varios sacerdotes. Cosa rara en una misa, todos bastante jóvenes.
Bastante fieles y de todas las edades. Desde ancianos hasta niños.
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E coro muy reducido, Cuatro mujeres y dos hombres. Mayores todos. Muy aceptable y nada tachunda chunda. Cada vez parece que se ve, y se oye, menos ese horror.
La homilía del obispo excelente. Y no necesitó leerla.
Mucha comunión en la boca.
Me pareció hermoso el sagrario. Y la Virgen. Arcaizante el primeo y moderna la segunda.
El obispo se retiró bendiciendo a sus fieles.
Una hermosa misa.
Juanito:
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Remo Giazzotto, efectivamente. Él siempre insistió en que el «Adagio» se basaba en unos compases de Albinoni, pero los estudiosos jamás han encontrado ese supuesto original (hasta donde yo sé; si lo han hecho hace poco, no lo sé). El caso es que la obra ha caído en un desprestigio total. Cuando yo empecé a ir a conciertos, en los sesenta, se tocaba muchísimo. Ahora en cambio, nadie la toca: yo no creo haberla oído en concierto en los últimos veintitantos años.
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Tiene usted razón. parecíamos estar discutiendo cuando en realidad estamos casi totalmente de acuerdo. Por fortuna.
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Gracias, don Francisco, por sus habituales exageraciones.
Ni que decir tiene que estoy muy d acuerdo con Hermenegildo y no digamos ya con las intervenciones magistrales de Don Antonio Lasierrra.
También es cierto que no sabemos de que modo puede uno llegar a Dios o Dios llegar a uno. Pero creo que no debemos hacer uso de lo extraordinario si es particularmente feo o impropio de la relación con Dios. Si alguien alguna vez descubrió a Dios desde un estercolero no deberíamos multiplicar los estercoleros para relacionarnos con Dios. O si hubiera alguien que haya encontrado a Dios desde un programa que al parecer consiste en andar casi en cueros por una playa y malvivir pasando hambre comiendo cangrejos no es para que nos pasen los vídeos en las homilías de las misas.
Todavía recuerdo en un Jueves Santo de hace cuatro o seis años un Ubi caritas guitarrero, machacón, repetido veinte o treinta veces que a lo único que invitaba era a irse a casa.
Antonio Lasierra:
Muchas gracias por su entrada del 3 de junio a las 11’41 pm. Es usted un caballero.
En realidad usted y yo en este asunto de la música, estamos de acuerdo en un 98 – 99 %
Efectivamente yo sé que el llamado adagio de Albinoni, no es de Albinoni sino de un italiano de 1945 que no sé si se apellidaba Giazotto o algo así.
Estoy de acuerdo con usted en que es una verdadera lástima que no se haya animado a oír , amar , sacar jugo , vivir , identificarse ………. con enormes genios como son Haendel , Bach , Mozart, Vivaldi , Beethoven, Telleman y otros 5- 6 más.
Es lamentable la promoción por radios y televisiones de canciones y músicas de pésima calidad.
La Iglesia quizá también tenga algo de culpa en que ese gran tesoro de la humanidad, la erróneamente llamada música clásica, haya sido arrinconado.
Hermenegildo: ¿ sabemos con seguridad si Dios se vale o no, en alguna ocasión, de música machacona, repetitiva y horrenda, para acercar al Evangelio a alguien nada culto, ni sensible ni poseedor de delicadeza intelectual ?
Yo creo que Dios usa cientos o miles de vías para llegar al corazón de los humanos.
E insisto en que un analfabeto guaraní hijo, nieto y biznieto de indios de religiones primitivas y que realiza desde los 11 años solamente trabajos que requieren fuerza física ….. no ve las cosas como un catedrático de la Universidad que habla a la perfección 4 idiomas y que ya oía a sus bisabuelos Notarios y Letrados del Consejo de Estado , a sus abuelos con dos carreras universitarias e íntimos amigos de Ortega y Gasset y del Dr. Marañón y a sus padres políglotas que leen a Racine y Molière y que tienen tres doctorados
Juanito: es imposible que nadie llegue a la trascendencia por medio de una música mundana, ramplona y nada trascendente.
Por lo demás, suscribo la opinión de D. Antonio Lasierra sobre la música sacra.
Lamento profundamente haberle disgustado y le pido perdón si le ofendido, cosa que en absoluto ha sido mi intención. Reconozco que he usado la palabra sedicente, no en el sentido irónico que le atribuye el DRAE, sino de modo más etimológicamente ceñido: como «que dice de si mismo». Y lo único que he querido significar es que me sorprende que quienes se dicen amigos de la buena música sean tan poco combativos con las birrias musicales hoy dominantes (si la música actual ayuda o no a relacionarse con lo divino, en eso no me meto: cada cual sabrá; yo solo hablo de música). Ello aparte, celebro que usted no solo se diga melómano sino que lo diga mereciendo de verdad tal título (no como el sedicente del DRAE). Y por sus gustos musicales, lo merece. Espero, eso sí, que cuando cita en cabeza a Albinoni, no se refiera al almibarado y cansino «Adagio». Que, como sin duda usted sabrá, no es de Albinoni sino un fraude escrito en 1945.
Don Antonio Lasierra:
¿ Por qué me ofende usted llamándome SEDICENTE o sea mentiroso e hipócrita ?
No creo que tenga que traer a mi domicilio un Notario para demostrarle a nadie , mediante acta extendida por un fedatario público,
que oigo con frecuencia las cantatas 120, 140 , 36 y 66 de Bach y MUCHOS de los oratorios de Haendel. Y que en el lector de compact disc de mi coche solo hay música de Haendel ….aunque para mí Bach es el más sublime sin ninguna duda.
No me gusta nada la música elemental , machacona y simplona.
NADA
Pero pienso que hay gente que quizá mediante esa vía encuentre una unión con la trascendencia.
La manera de llegar a Dios no es una sola . Supongo que la manera de sentir de un analfabeto de un país subdesarrollado , no será la misma que la de un profesor de filosofía de la universidad de Oxford.
Pero los dos pueden ser buenos y dignos hijos de Dios y cada uno puede tener una vía musical de comunicación con el Señor.
Sorprendentes discusión y petición de explicaciones a don Francisco. Lo de «tachunda chunda» está clarísimo. Se llame así, o «chunta chunta» o de cualquier modo coloquial, alude obviamente a temas (en el sentido estrictmente musical) breves, sencillos, facilones, aprehensibles por los más insensibles; a una armonía elemental; a un patrón rítmico machacón e invariable; a una tímbrica sin sutilezas. Es lo contrario de la belleza elevada; del misterio, de la unción. Es como aquellas canciones de los sesenta que se decían «festivaleras»: pensadas y hechas para «enganchar» en tres minutos y a la primera audición. Y por tanto, simplicísimas, elementales, machaconas, bellas solo para los que desconocen por completo las alturas de la música clásica (término erróneo y equívoco pero consagrado por el uso) y en particular de la música específicamente religiosa: católica, pero también protestante y ortodoxa.
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Sorprendente también que sedicentes aficionados a la música clásica sean tan irenistas, apaciguadores y laxos con la música litúrgica actual. Porque, siempre en mi irrelevante opinión, lo que la Iglesia Católica ha hecho con la música litúrgica roza el genocidio cultural. La Iglesia poseía uno de los mayores tesoros artísticos que la humanidad haya concebido: el canto gregoriano, la polifonía del XVI, la tremenda cantidad de oratorios del Barroco, ¡Bach!, ¡Handel!, ¡Mozart!», la música para órgano -desde los orígenes medievales hasta las joyas de la moderna escuela francesa pasando por Mendelssohn, Liszt, César Frank-, y multitud de obras religiosas del XX. Incluso fuera de la Iglesia se hacía grandñísima música religiosa pero no litúrgicas, como los réquiems de Verdi, Brahms y Britten entre muchos otros. Y, con desprecio olímpico de la constitución «Sacrosantum concilium», el posconcilio ha tirado todo eso por la borda, llenado las iglesias de pura bazofia, privado a las gentes del conocimiento y familiaridad con lo que debía ser conocido, apreciado y conservado por todas las gentes, e incurrido muchas veces en auténticos disparates. En funerales he oído cosas tan intempestivas como «E lucevan le stelle» de Tosca, que es, el propio texto del aria lo dice bien clarito, canto de un ateo sin esperanza, o, muchas veces, «El cant dels ocells», canción catalana popular convertida por Casals en símbolo de la resistencia antifranquista, algo que a toda luz nada tiene que ver con misa y religión).
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En fin, que lo de la música en las iglesias es un desastre; un atentado a la cultura; una pérdida de nuestros referentes seculares; una entrega al feísmo; un rechazo a la cultura; una búsqueda demagógica de la facilidad… todo ello amparado por la supuesta cercanía a los fieles. Pero los hechos son difícilmente disimulables. Cuando las iglesias acogían las cimas de la cultura musical, estaban llenas. Hoy, para escuchar música zangolotina y de ínfima calidad, da mala gana acudir.
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No hace falta que me acusen de talibán en el asunto. Lo soy. Lo confieso. Y a mucha honra.
Manuel
Yo también pienso que si un tipo de música ayuda a alguien a pensar en una frase del Evangelio o a pensar en Dios ……pues bienvenida sea esa música.
Mis gustos en música son Albinoni , Mozart , Bach y Haendel, Beethoven , …..pero me parece que no puedo quejarme si en una misa unos chicos de 20 años cantan algo de poca calidad musical. Si quiero oír música buena la oigo yo en mi casa o en una sala de conciertos.
En todo caso la música de una misa es algo muy poco importante y si uno no quiere nada estridente es muy fácil encontrar misas en que no se canta nada de nada.
En muchas misas ya se sabe de antemano qué música se va a oír . Si a uno no le gusta la música de una determinada iglesia , lo más probable es que tres calles más arriba o más abajo haya otra iglesia en donde no se cante nada o solo el Sanctus o el Padrenuestro.
Por cierto ¿ A qué se le etiqueta de » chunda «?
Por favor D. Francisco José que manía le tiene usted a lo «tachunda chunda» ¿ no ha pensado usted que hay fieles que sí le ayuda esta forma de cantar en el templo? pues respételos. No tiene usted la verdad, toda la verdad.
me parece muy bien que a usted le disguste tanto el tachunda chunda, como a otros nos puedes parecer mal su intransigencia.
Don Ginés es un gran candidato para Toledo. Si lo nombran arzobispo primado, Getafe sería la diócesis adecuada para Monseñor Martínez Camino. El antiguo secarral de Silverio Lanza es hoy cabeza de una diócesis con juventud, con antiguas ciudades dormitorio que ahora son atractivas por su oferta cultural, sus universidades y sus hospitales, y creo que sin zonas en vías de despoblación. Getafe es hoy una de las mejores diócesis de España, premio para un obispo culto y urbanita.
Obispo joven y con buenas maneras…
Si pudiera me lotraia a Zaragoza
Que la Misa la concelebraran varios sacerdotes jóvenes no tiene nada de particular; en Getafe hay mucho clero joven.
Tan así, que están enviando sacerdotes a otras diócesis donde hay que cubrir vacantes o ayudas. Por ejemplo, a la Basílica y Parroquia de los Milagros de El Puerto de Santa María ha llegado uno que se ordenó en octubre pasado; pero toma de tal manera en serio su labor, litúrgica y apostólica, que parece que llevara 20 años. Dios bendiga al seminario de Getafe.
Nota: no me refiero al que veranea en la misma ciudad y dice misa en el dicho templo mientras anda por aquí. Que también es digna de apreciar su labor. Es uno «fijo».
El número de seminaristas de Getafe ha caído mucho últimamente, pero la Diócesis conserva mucho clero joven de cuando el Seminario era más numeroso.
bajo la «torva» mirada, quise decir. Perdón.
D. Ginés, una vez pasado este terrible pontificado, será un obispo sensacional: hoy trabaja con una cadena en los pies y baja la «torva» mirada de Osoro, que ve como le come el terreno, sin pretenderlo, en Madrid. ¿Cuántos hay como él en el episcopado? De eso depende el futuro de la Iglesia en España.