Artículo que debería preocupar al actual arzobispo monseñor Omella. El mandato de Turull ha sido siniestro. Urge acabar con él cuanto antes. El aragonés ha tenido ya tiempo sobrado para un primer conocimiento de lo que le encomendaron y por otra parte no le queda mucho al frente de la archidiócesis porque dentro de un mes y nueve días cumple 71 años. Tiene cuatro por delante más una prórroga siempre problemática. Que va a encontrar al Papa, si lo sigue siendo, ya con 84 años y si le da dos más con 86.
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Pues como para que Omella no se tome mucho tiempo más pensando lo que va a hacer.
Oriolt traía ayer a Germinans una muestra más del andar perezoso del arzobispo con el tema de los auxiliares que nunca llegan y de modo incomprensible. Tanto por ser Omella el «hombre del Papa» como por su condición de miembro de la Congregación para los obispos. Cosa que con Abilio es evidente que ha valido. A los nombres de los que no terminan de llegar, Bueno y Bacardit, poli bueno y poli malo tan socorridos en las películas, la demora hace que los rumores se multipliquen y Oriolt recogía tres nombres más de posibles candidatos que circulan por los mentideros eclesiales. Salvo el caso de Bacardit, que me parece la peor opción, aunque desgraciadamente es posible que la más segura, las otras serían mejores. De momento seguimos en la incomprensible espera se unos auxiliares que como siga demorándolos lo van a ser de su sucesor.
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Curiosamente los tres tapados de Oriolt aparecen con clergyman. Que ya es una novedad.
Seminario, auxiliares, sustitución de párrocos ya mayorcísimos y tan malos de ancianos como lo era de jóvenes, algún curial reliquia del paleolítico… El arzobispo ha sido bien acogido y entiendo que es en sus días inaugurales, una vez que ya ha conseguido un conocimiento de la archidiócesis, cuando mejor le acogerán los cambios que quiera hacer. Si es que quiere hacer alguno. Y supongo que será consciente que tiempo no le queda mucho. Entre cuatro y seis años.
No se ilusione tanto canali. Martinez Porcell tiene vertientes un poco oscuras.De aquel seminario toledano salio de todo. Algunos terminaron arrejuntados en una buhardilla siendo de familia bien y del Opus.
El Cardenal Carles Gordo recompuso el seminario y lo dejó muy bien. Lo primero que hizo Nostach fue cargarse ese tema.
Omella hace mucho que decidió lo que tenía que hacer: nada.Y en eso está: en no hacer nada y esperar.¿A qué?A ver si le llega el capelo cardenalicio y si pasan pronto estos años que le faltan para dimitir.Esperar que este señor haga algo es como esperar a que las ranas críen pelo.
Viendo las referencias del Dr. Martínez Porcell, su paso por el Seminario de Toledo y por el Angelicum, así como su ejecutoria en Barcelona, me congratulo de que en mi tierra, queden aún buenos, sabios y piadosos sacerdotes. Benedictus Deus.