“LA DICTADURA ES ALGO DIABÓLICO”
“Lo vi con mis propios ojos… Fue un genocidio generacional” son palabras de Francisco publicadas en “La Prensa” de ayer, 20 de marzo, con motivo del lanzamiento de su autobiografía: “Vida. Mi historia a través de la Historia”.
Allí, se refiere al caso de una mujer, Esther que había sido su jefa cuando joven trabajaba en un laboratorio y que durante el Proceso fue detenida, torturada y lanzada desde un avión.
Esther, nos aclara, era una comunista de verdad, atea pero respetuosa y todavía le duele porque “quizá no hice lo suficiente por ella”.
Eran tiempos trágicos y durante el gobierno de Isabel Perón fueron asesinados el profesor Jordán Bruno Genta y mis queridos amigos Carlos Alberto Sacheri y Ernesto Piantoni.
Caída Isabel, tuve el honor, por encargo del secretario técnico Julio González, de devolver los fondos reservados de la presidencia. Ese gesto, de rara honestidad en la Argentina, le costó a mi amigo y ex compañero de estudios, cuatro años de cárcel en la inhóspita cárcel de Magdalena, para acabar sobreseído el 4 de febrero de 1981 con un fallo que concluye así: “cabe destacar que un acto de indiscutible honestidad posibilitó el inicio de las presentes actuaciones… por ello resuelvo revocar el auto de prisión preventiva y sobreseer la presente causa, declarando que su formación en modo alguno perjudica el buen nombre y honor”.
Continuó la guerra desbocada, que enfrentó al gobierno militar con la guerrilla. Los generales como Buasso y Mujica que intentaron ju dializar la guerra fueron pasados a retiro.
Dentro del caos se produce un atentado contra un comedor policial que afecta a numerosos inocentes seguido inmediatamente como represalia por el asesinato de los sacerdotes y seminaristas de San Patricio.
Un sobrino mío que era monaguillo fue apremiado y castigado con golpes que lo dejaron medio sordo y le preguntaban ¿qué piensas? como si alguna vez hubiera pensado algo. Pese a tener un tío ministro de la Corte Suprema, le negaron su detención, aunque apareció un par de días después.
La situación era tremendamente injusta y junto con otros profesores y algunos magistrados la enfrentamos con energía.
Hasta que llegó para nosotros la oportunidad de hacer resonar la protesta en un curso organizado por la Corte Suprema d Mendoza, estando a nuestro cargo la conferencia inaugural titulada “Filosofía de la función judicial” e hicimos lo que Bergoglio no se animó a hacer: denunciar en el mediodía del Proceso la injusticia de la guerra “sucia”.
Incluso citamos a un español Rafael Sánchez Mazas, quien, en tiempos de la Revolución Española, estampó en letras la recta doctrina: “Antes que la victoria sin honra, preferimos la derrota”.
En esa oportunidad fuimos portavoces de muchos representes del nacionalismo criollo como Francisco Bosch, Gerardo Palacios Hardy, Augusto Padilla, Marcial Castro Castillo, con el aporte de su libro “Fuerzas Armadas, ética y represión” Nuevo Orden, Buenos Aires, 1979, Enrique Díaz Araujo y tantos más,, que exigimos el combate siempre a cara descubierta como se hizo en Tucumán, juicios sumarios, responsabilidad del jefe del operativo y el castigo proporcional al delito cometido, incluso la pena de muerte.
De nuestro lado, problemas de conciencia, del otro destruir, asolar, matar para acabar con nuestra libertad e instaurar un régimen como el cubano.
¿Dónde, en qué lugar está lo diabólico? ¿Está en Fernández Cutiellos que muere en defensa del cuartel donde lo asesinaron o en quienes invadieron el lugar matando a sus defensores?
Conteste papa Francisco, diga la verdad y no siga mintiendo, hasta que tenga que comparecer al juicio de Dios.
Tenga un mínimo de coherencia: si Ud. cambió el Catecismo para acabar con la pena de muerte, ¿cómo puede hacerse tanto tiempo el otario ante esos campos de concentración existentes en su patria donde sufren, vegetan y mueren todos los días sus prisioneros, verdaderos muertos civiles, para quienes está negada la justicia pues se encuentran marginados de las leyes y sus beneficios aun para los culpables y de cuya situación, como les dijo a los directivos de Justicia y Concordia hace años que se estaba ocupando.?
Que Dios lo ilumine y lo mueva, en el crepúsculo de su vida temporal, a ocuparse de ayudar a restaurar la justicia básica en su patria.
Buenos Aires, marzo 21 de 2024.
Bernardino Montejano.
Lo verdaderamente diabólico es la mentira.Y todo aquello que sobre la mentira se construye.
Y la prueba del nueve de tal aserto son los hechos:Las democracias al uso en occidente, están desterrando de los pueblos que las soportan tanto a Dios como a todas sus Leyes(Natural y Revelada).Por tomar un único botón de muestra,los millones de abortos provocados que no sólo se autorizan,sino que además se promueven y se subvencionan.
Dicho lo cual,es excusado abundar el el tema.
Eso no lo iba a arreglar Milei?
Dictaduras hay muchas y muy diversas. Las comunistas las peores, con gran diferencia. La que vivió Bergoglio, fue militar, limitada, y como reacción a una revolución comunista. Las de China, URSS, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, … tienen vocación de eternidad y son totalitarias. Este papa ya sabemos de que pie cojea.
No pretendo faltar el respeto al Papa, porque es mi obligación respetarlo, pero quedaría mucho mejor en silencio sin mostrar su ignorancia sobre tantos temas.
En este caso da su versión de algo pero es una visión parcial sin profundizar en las causas y en los efectos. Es un especialista en meterse en muchos charcos y al final nosotros pagamos esos disparates.
Viéndolo bien aunque no lo diga, siempre critica sus propias taras: por algo lo llaman «el Papa dictador» . Un psicólogo (cristiano) para el pobre Francisco.