| 24 abril, 2024
En la fotografia el Beato Manuel Borrás. obispo auxiliar de Tarragona, asesinado sin que nadie pida perdón. Ni por los obispos de Lérida y Barcelona, también asesinados. Ni por el de Teruel, que también fue asesinado en Cataluña. Ni por los miles de sacerdotes, religiosos y católicos también asesinados. El incluso unas cuantas monjas.
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Es tan brutal la cosa que uno tiene que pensar que son tontos del antifonario, eso sí, con balcones, cornucopias, baldaquino y demás, que uno no puede por menos pedir a Dios que les de un poco de entendimiento, con un poco basta, que no conviene abusar pidiendo milagros.
En fin, que desgracia tienen esos pobres discapacitados psíquicos.
Menos mal que sale alguien con argumentos y datos para rebatir al par de miserables de Tarragona, el majadero del obispo y el sectario de su compinche. Vaya par de dos desagradecidos, ingratos y retorcidos eclesiásticos que pueden provocar que muchos más del pueblo católico sigan sin poner la equis o sigan pensando mal acerca de esta ralea de canallas que le hacen el caldo gordo desde dentro a todos los enemigos de la Iglesia. Mientras haya gentuza de este en la CEE, la Iglesia española no recuperará su perdido prestigio, y digo prestigio porque estaría muerta, desaparecida en combate y finiquitada si el Caudillo de los Ejércitos, S.E. el Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado, no hubiera encabezado el triunfante Movimiento Nacional que declarándose católico consiguió derrotar al comunismo, a la masonería y a los asesinos del Frente Popular, esos mismos a los que defienden ese miserable del obispo y su guardaespaldas. Gracias al triunfo de los españoles alzados el 18 de julio, la Iglesia española permaneció en nuestro suelo. Lo demás es basura, como el obispo y su matón.
Amén
Teulón contemporiza con ese par de bellacos –Águila Chavero (catalanísimos los apellidos del vicario separatista) y su arzobispo Planellas– a los que simplemente aconseja no meterse a historiadores. Cuando lo que han hecho es plantarse en un acto de exaltación COMUNISTA (la falsa bandera republicana llevaba plantada una gran estrella roja) a hacer «autocrítica» marxista y pedir perdón usurpando el nombre de la Iglesia.
Encima el portal oficialista ReL tapa la boca a sus propios lectores impidiéndoles comentar. Pobre Iglesia, ni fría ni caliente…
Sería demoledor para ambos si tuvieran sólo un gramo de dignidad, pero de ella carecen por entero el prelado y su acólito.