¿Acaso no se aprobaron, gracias a su mediación/intervención las Constituciones de las Carmelitas Descalzas de 1990, el 8 diciembre de ese año? Con gran alegría, por cierto, de los Carmelos de Madre Maravillas, como así reflejó la Priora del Cerro en su felicitación navideña de ese año, en la que pedía oraciones y gratitud hacia el Cardenal Martínez Somalo. Sainz de Barranda se la quiso «colar» a las Maravillosas, y por inteligencia de unas o por descuido de otros, la mano de Dios se mostró propicia con las hijas de Teresa de Jesús seguidoras de Madre Maravillas. Cuando JP II anunció el 1 de octubre (vaya fecha para aprobar Constituciones Descalzas «descafeinadas») del 91 que se aprobarían las Constituciones de las Descalzas «según el espíritu del Concilio», en el Cerro y en otros tantos monasterios de Carmelitas Descalzas, mientras rezaban el oficio de Santa Teresita del Niño Jesús, ejemplo de Carmelita Descalza fiel a la Regla de Santa Teresa de Jesús, resonó un profundo suspiro. Cada monasterio elegiría su norma de vida, con dos opciones claras. 30 años después, vemos los resultados de unas y de otras Constituciones. Si en algo de aquello tuvo que ver Martínez Somalo, Dios se lo pague, y la Santa Madre Teresa de Jesús y Santa Maravillas de Jesús intercedan ante el Justo Juez por el alma del cardenal.