| 17 noviembre, 2016
El artículo de Germinans los dice todo:
http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2016/11/gimenez-valls-ordena-al-primer.html
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El catalanismo no es que se muera, ha fallecido ya. Ahora en manos de colombianos, africanos y rumanos. Tan catalanes como yo sería azerbeyano si tuviera que ir a vivir allí. Tres sacerdotes nativos en los últimos diez años y uno de ellos ya ha cumplido los setenta y dos. ¿Cuántos se han muerto en esa década? Pues como para seguir eclesialmente con esteladas. Y el nuevo ordenado tiene ya 49 años. Ningún jovenzuelo. Llega al sacerdocio con un cuarto de siglo más de lo que era habitual.
Descansa en paz. Diocesis!
De todos modos la raíz del problema no es tanto que la iglesia en Cataluña sea muy catalana, que lo es, sino que no sea apenas católica, como en casi todo el resto de España, aunque la iglesia catalana se lleve la palma.
Lérida, desde el punto de vista religioso irá mal, pero ello no es inconveniente para que tanto el museo de Lérida como el MNAC retengan los frescos de Sijena sin devolverlos al monasterio en Aragón. Este asunto tiene sarcasmo:
Primero fuerzas de milicianos formalmente dependientes de la Generalidad en julio de 1936, incendian, arrasan y saquean el monasterio de Sijena del que habían huido las monjas para librarse de ser asesinadas.
Mese después la Generalidad y el museo de Lérida se apoderan de una u otra forma de lo que queda (los magníficos frescos) y los mantienen en su poder durante 80 años; pues encima para mayor burla dicen que para conservarlos.
Solución bastante simple: cójase un cura catalán de pura cepa que hable perfectamente dicha lengua y sea fidelísimo a la doctrina; nómbresele coadjutor de Lérida con plenos poderes y derecho sucesorio; ciérrese el seminario y envíese a Toledo a estudiar a los futuros sacerdotes; y déjese pasar el tiempo, para que los curas actuales mueran y vayan siendo sustituidos por gente fiable.Lo demás vendrá por añadidura.
Echenique: El Man que usted menciona no es el comentarista habitual sino un troll que comparece todos los días con diversos nicks , entre ellos los de varios comentaristas e incluso con mi nombre. Le borro siempre. No hay que darle importancia alguna,
Man, no se trata de pugna entre seyeras y rojigualdas sino entre Jesucristo, con su Iglesia Universal, y los localismos cerrados a todo lo que no pase por su canuto, incluído Jesucristo, que es demasiado grande.
Al señor sin nombre, me parece que ha caído usted en su trampa. Contraponer Cataluña a España. O a estado español, que es lo que dicen los indocumentados. Aquí se habla de Francia, que por cierto se ha quejado formalmente de la intromisión en sus asuntos del Parlamento autónomo de la Ciudadela de Barcelona, pero la palabra España está proscrita, incluida en las emiskiones radiofónicas diocesanas de Radio Estel, en las expresiones de curas, monjas, religiosos y obispos secesionistas.
Aquí oirá usted a sacerdotes que asocian, en tiempo de Semana Santa, la dominación romana de Palestina con lo que ellos llaman dominación española de Cataluña.
Aquí oirá usted al decano de la facultad de Teología defender actos totalitarios porque él hace lo que el pueblo (facción separatista) qjuiere, no segñn normas objetivas de moral.
Aquí, en Cataluña el problema es la doctrina, la ausencia de doctrina, sustituida por mantras que repiten lo mismo en el monasterio de Montserrat que en la catedrak de Solsona.
Y al ser bandería, la gente abandona, con mucha frecuencia dando portazos sonoros.
Como decñia una amiga de la Univdersidad Católica de Chile: no sabía yo que en el siglo XX hubiera en España tribus.
Les hubiera ido mejor si hubieran predicado a Cristo, no al nacionalismo