Escándalos romanos

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Oriolt comenta un libro de Vicenç Lozano que describe hechos realmente vergonzosos.

Que podrían explicar la renuncia de Benedicto XVI al sentirse incapaz de cortarlos.

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Y que deberían haber sido el objeto de la reforma que debió acometer Francisco y que tras ocho años todavía está por ver.

Lo peor es que toda esa basura moral hace veinte años todo el mundo la habría considerado vil calumnia de un enemigo de la Iglesia a la que no cabía prestar el menor crédito y hoy muchísimos la consideran posible cuando no ciertísima.

Toda esa mugre tiene que desaparecer de la Iglesia o el descalabro de la misma va a se monumental.

https://germinansgerminabit.blogspot.com/2021/03/las-revelaciones-de-vicenc-lozano.html#more

 

Comentarios
23 comentarios en “Escándalos romanos
  1. No sé si es cierto, pero como dice D. Fco José, hace 20 años ni me habría molestado en pensarlo. Creo que es una diferencia sutil, que ahora creamos o pensemos sobre algo que hace 20 años era impensable.

    Los enemigos no airean esas cosas, porque daría pie a que el Papa actuara de forma contundente y los autores se irían a la calle con desprestigio y sin protestas. Es mucho mejor que las cosas existan en secreto y la Iglesia se pudra por la cabeza.

    No sé si habrá bacanales, pero lo que sí hay son viajes, a costa del vaticano, supongo, un Vaticano en la ruina y nadie hace nada para evitarlo. Porque con los gastos de un viaje, innecesario, se paga un mes de nómina de cualquier trabajador del Vaticano. ¿Y para qué quiere viajar un cardenal jubilado?

    1. Vuelvo a recordar que el sacerdote Malachi Martin, en 1999, en el libro «El Último Papa» ya había denunciado algunos sucesos vaticanos, que se remontaban a 1963!!! Quienes aún no lo hayan leído, lo pueden buscar en la internet.

  2. Paco Pepe: una vez que parece se ha conjurado la amenaza de aquel perturbado, ¿no sería el momento de desactivar nuevamente la moderación de los comentarios? La moderación quita viveza al blog.

  3. Cris/: No le borré a usted ningún comentario ni encuentro en ellos motivo para borrarlos. Le falta a usted paciencia. La moderación no es automática. Tengo que volver al Blog y leer los comentarios pendientes. Y aunque lo hago con frecuencia no estoy permanentemente en el Blog.

  4. Concuerdo absolutamente con Pincho. Si esas «bacanales» cardenalicias fuesen ciertas, los enemigos de la Iglesia, que no son pocos, las habrían aireado hasta la extenuación.

    No parece riguroso ni confiable un autor que califica la página «Germinans Germinabit» de «nacionalcatólica» y a sus autores, de ultraconservadores.

    1. Yo pienso lo mismo que usted, uno puede ser corrupto pero no tonto, a quién se le puede ocurrir a la hora de montar una bacanal, invitar a un periodista. Por otra parte, si esto fuera verdad, como bien dice, estaría en los medios italianos, sin ahorrase cualquier truculencia.

  5. A diferencia de lo que afirma algún comentarista, Benedicto XVI (el Papa bávaro) simpatizaba con el independentismo catalán. Y Bertone también.
    Dicho esto, he leído la reseña de Germinans y lo que al parecer cuenta el libro me parece altamente inverosímil. Si tuviera visos de ser cierto, hace mucho tiempo que habría trascendido. No tiene sentido ser periodista, conocer cosas tan graves, guardar absoluto silencio durante 40 años y ahora de pronto despacharse con un libro lleno de acusaciones tremendas de cosas gravísimas contra «cardenales», pero sin dar un solo nombre no vaya a ser que se pueda verificar nada. «Cardenales» que igual luego resulta que son simples monseñorines de curia, de esos que han ido saliendo del armario estos últimos años, como el depravado secretario de Cacapalmaria.
    A mí me parece que el libro en cuestión no es más que un triste intento de minar aún más todavía la poca confianza que les queda a los católicos en su jerarquía.

    1. Si leyeras todo lo que se ha publicado sobre ese famoso caso no dirías eso. Lo de que solo participó su secretario es la versión oficial.

  6. Es muy trágico. Recuerdo que Francisco afirmó que limpiaría los discasterios de lujos y de carrerismos eclesiásticos, por supuesto: AUSTERIDAD… Eso me alegró mucho. Pero pasaron los años…

  7. A mí no me parece riguroso ni me da confianza un autor que dice que los que la página «Germinans Germinabit» es «nacionalcatólica» y sus responsables, ultraconservadores. Y me sigue sorprendiendo que, de ser ciertas esas «bacanales» cardenalicias, no hayan sido aireadas hasta la extenuación por los enemigos de la Iglesia, que no son pocos.

  8. Recuerdo que en 2001 un compañero Sacerdote que estuvo unos días en Roma, me obsequió con un libro en italiano: I Millenari. No sé si se tradujo al castellano. Pero, todo lo que se dice se adelantaba. Protagonistas del desmadre eran Sodano, Sepe, -al que Benedicto XVI mandó de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, a Nápoles, con gran disgusto del interesado, Piero Marini -il uomo di suavi maniere- y el Secretario de Juan Pablo II, Don Estanislao, en lo relativo a tráfico de influencias. Nil novum sub sole.
    I millenari fueron un grupo de Sacerdotes romanos, cuya identidad se descubrió y sufrieron represalias. Bajo Juan Pablo II la Sede Apostólica fue ingobernable, pues al Pontificado del Papa Wojtila le corresponde un viaje por mes en los 25 años largos de ministerio. Entre el previaje, el viaje y el postviaje, estuvo casi todo el tiempo ausente. Cierto que no tuvo manías persecutorias contra nadie, y en medio de ese desconcierto hubo Cardenales de gran categoría moral y humana, como Ratzinger, Martínez Somalo, Moreira Neves, Ruini, Castrillón, que compensaron con mucho estos desajustes, sin temor a vendettas ni represalias. Ésta es la gran diferencia. Juan Pablo estaba a lo suyo, pero, no fue dañino para nadie y su ministerio a nivel doctrinal, fue espléndido. Respecto a lo de ahora…huelgan comentarios.

  9. Si se disminuye el número de cardenales curiales, se disminuyen las posibilidades de abusos de todo género. Y habría que eliminar cargos vía fusión. El gobierno del Estado Vaticano debería ser desempeñado por un simple obispo u arzobispo y ser compatible obligatoriamente con otro cargo, del tipo de arcipreste de San Juan de Letrán o Jefe del Patrimonio de la Sede Apostólica. Para esos cargos, mejor obispos que no sean italianos, pues los de esta nación son muy dados al ataque sexual por la retaguardia, como muy bien decía Quevedo en su tiempo. Y, por cierto: prohibición absoluta de vivir en Roma y a menos de cien kilómetros de ella a todos los purpurados eméritos y supresión de tarjetas de crédito a los altos dignatarios de la Iglesia (en general). Y que los eméritos no puedan ir a hacer «presión», como iba el Yanero, cada dos semanas a Roma: cada uno en su diócesis ayudando al nuevo prelado o en su casa rezando el rosario. Este vaivén de purpurados a Roma en plan «puente aéreo» se tiene que acabar.

  10. No he leído el libro pero en el artículo de Germinans he visto un comentario de Hermenegildo en el que se pregunta por qué nadie ha hablado de los escabrosos temas que se mencionan. Eso no es cierto. Hay libros a porrillo y muchos han hablado de escándalos de ese tipo.

  11. Yo no puedo creer todo lo que ahí se dice relativo a las orgías escandalosas de algunos cardenales. creo que «el humo de Satanás» está tras ellos.

  12. Decir asco es decir poco.
    La parte ocultada del tercer secreto de Fátima dice que por haberse convertido en la sede del anticristo, Roma será devastada, su catredal incendiada y la piedra de la Fe traslada a Fátima. Veremos si se cumple pero razones a Dios no le faltan.

  13. Por lo visto, y según lo que dicen los de Germinans sobre el libro en cuestión, el Papa no siente precisamente entusiasmo por el independentismo catalán (postura compartida con sus dos antecesores inmediatos, como sabemos).
    Y sí, muy triste lo que dice del Vaticano, que el Papa parece tan incapaz de reformar como sus antecesores. Quizá sería una buena idea que el Vaticano desapareciera como estado soberano y que el Papa se quedara como obispo de Roma y nada más (con primado de jurisdicción sobre los demás obispos, obviamente). Y que se suprimiera el Colegio cardenalicio por completo (cuya razón de ser ya no se entiende muy bien: hoy «ser cardenal» significa, además de tener derecho a participar en la elección de Papa, únicamente que no estás sometido a ningún obispo y que eres ciudadano del Vaticano) y que al Papa lo eligiera un Colegio Electoral (o algo así) compuesto por los obispos de las diócesis más importantes (y de forma que los países con más fieles tuvieran más representación).

  14. Lo he leído y me queda una sensación muy profunda de asco y casi de escándalo. ¡Qué corrupción moral! ¿Se olvidaron de la vocación a la santidad?

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