Lo que antes se llamaba reducción al estado laical.
Este es el texto del Bolletino:
«El Papa Francisco ha dimitido del estado clerical a Fernando Karadima Fariña, de la Archidiócesis de Santiago de Chile. El Santo Padre ha tomado esta decisión excepcional en conciencia y por el bien de la Iglesia.
El Santo Padre ha ejercido su “potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia” (Código de Derecho Canónico, canon 331), consciente de su servicio al pueblo de Dios como sucesor de San Pedro.
El decreto, firmado por el Papa el jueves 27 septiembre de 2018, entró en vigor automáticamente desde ese mismo momento, y comporta también la dispensa de todas las obligaciones clericales. Ha sido notificado a Karadima Fariña el viernes 28 de septiembre de 2018».
Nada que objetar a la medida aunque me parece adoptar el camino fácil para engañar al personal.
Karadima es un anciano de 88 años, retirado a una vida de oración y penitencia y con prohibición de ejercer públicamente ningún ministerio. La nueva situación supongo que al estar dispensado de todas las obligaciones clericales se le habrá terminado el retiro, la oración y la penitencia, al menos como obligaciones impuestas. Con lo que muchos pensarán que ha salido ganando.
La medida distrae, en cambio, de tomar otras con personas mucho más relevantes que Karadima acusados por lo menos de abiertos encubrimientos: Maradiaga, Wuerl, Errázuriz…
Y no se entiende que Karadima hay sido dimitido del estado clerical y McCarrick, culpable de los mismos delitos y seguramente en mayor número, siendo además mucho más grave que sean cometidos por un cardenal que por un simple sacerdote se libre de la dimisión.
Como si Francisco tratara mucho mejor a sus amigos que a los que no lo son.
Nadie pudo dimitirlo, ni el Papa con todo su poder, en todo caso lo habrá cesado, suspendido o destituido, pero dimitir es algo que sólo puede hacer el que ostenta el puesto. Cuando empezé a leer pensé que era Francisco quien renunció a su estado clerical… pero no, tan solo se equivocó al escoger las palabras.
Un simple chivo expiatorio para no cepillarse la basura verdaderamente importante, que infesta casi por completo el colegio cardenalicio (por acción o por omisión).
A buenas horas, mangas verdes. Primero lo protegió e insulto a las víctimas, llamándoles de todo menos guapos.
Así es su argentinidad.
Don Francisco, el ‘uncle’ Ted tiene PODERES OSCUROS que lo protejen.