El desquiciado catolicismo barcelonés

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El cardenal Martínez Sistach dice que el celibato puede reformarse ... No es normal que el cardenal arzobispo de Barcelona prohíba, con toda razón, una conferencia de Tamayo y que la revista de la diócesis Catalunya Cristiana, publique una extensa entrevista con la persona vetada por el arzobispo. http://germinansgerminabit.blogspot.com.es/2015/02/catalunya-cristiana-publica-una.html Germinans lo atribuye a que ya en los días de descuento de Sistach su entorno progresista no es que le haya perdido la confianza, que nunca la tuvo en él, sino que dándole ya por amortizado ha roto el pacto del respétame y te respetaré. Pacto que resume los años sistachianos. No niego que haya no poco de lo que señala la web catalana pero ese pacto  nunca ocultó la deriva progresista del entorno del cardenal y apenas se limitó a no agredirle directamente como había hecho con Carles.  La entrega por el cardenal de la diócesis a ese sector no detuvo para nada la marcha sin el menor freno del arzobispado hacia el abismo. Y si algún freno hubo no se debió a autolimitaciones del progrecatalanismo ni a directrices arzobispales sino a tres factores distintos y distantes. La naturaleza, que está barriendo, por imperativo de la edad, las filas contestatarias, bien por el pase al otro mundo o por la jubilación, los sacerdotes jóvenes que, aunque escasos, participan mucho menos de ese contubernio impúdico entre religión y política. Y por último el buen sentido de una parte de la Iglesia que acude a ella en busca de religión y no de política. Porque quien quiere ésta, del signo que sea, la encuentra mucho mejor en otros lugares. Hoy comunistas o independentistas ya no necesitan los templos donde tuvieron tanto cobijo. Tan suicida cobijo. Y al prescindir de los mismos por no necesitarlos ya en absoluto se han sacudido la harina de las patas y las muestran en su estado natural: negrísimas para con la Iglesia. Se va Sistach, posiblemente el obispo más aventajado en eso de nadar y guardar la ropa, sin haber quedado personalmente mal y con la diócesis todavía más destruida que como la recibió. Siempre he sostenido que eclesialmente era conservador y  políticamente primaba poco el Sistach sobre el Martínez. El ponerse de perfil ante todo le dio tranquilidad personal mientras que a la diócesis: qué Dios la ampare. El último episodio, lamentable, de Catalunya Cristiana no me parece que responda  tanto a un cortar amarras con un arzobispo que se va, y que nunca fue declaradamente de los suyos, sino a la deriva propia del progresismo a quien el cardenal entregó la publicación. Como los más importantes cargos y templos de la diócesis. La bofetada a Sistach no responde tanto al deseo de dársela como al resultado normal de la naturaleza. Es lo del alacrán y la rana. El insecto venenoso no odia al batracio. Simplemente hace lo que es natural en él, clavarle el aguijón. Y para un progresista, en la elección entre Sistach y Tamayo es evidente en el resultado: Tamayo. Mientras que del otro lado, alguien como yo que no paso por sistachiano sino más bien por todo lo contrario, tampoco tengo la menor duda: ¿entre Tamayo y Sistach?, Sistach.  Aunque tampoco debemos olvidar que al responsable de la publicación que hoy le da cancha a Tamayo y parece dejar a los pies de los caballos a Sistach fue Sistach.  

Comentarios
0 comentarios en “El desquiciado catolicismo barcelonés
  1. Je, je, parece que al Papa Francisco no le agrada la evangelización estando sentados y a través de la «computadora» pues hay que ponerse «en camino para ver el rostro de Dios». Como si las neuronas no sirvieran para nada y los músculos fueran independientes del sistema nervioso central. Con todo el respeto SS., hay que ahondar más.

  2. Tampoco es para tanto en los tiempos postconciliaristas, postconciliaristas que no es igual que postconciliares que todos hubiéramos esperado y asumido.
    De Sistach a Osoro no hay distancia ni diferencia. Acoger a todos , obispos de todos, en promiscuididad, permisividad e inclusividad que va a ser ratificada en la próxima sesión del Sínodo-MiniConcilio del próximo ocuybre tras el paso de Francisco por el Congreso de Estados Unidos y la ONU. Es que el mundo está enfermo y la catolicidad en descomposición. ¿Pesimista? Pues sea. Pero se está en plena confusión entre coexistencia pacífica y cohabitación indiferenciada.

  3. Los polvos nacionalistas de una iglesia(no merece las mayúsculas)separatista y no católica trae estos lodos,don Francisco. El problema es grave. El dios menor(¡y tan menor!)Pujol puesto en el lugar del Señor. Es una blasfemia que trae estas consecuencias.

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