| 09 septiembre, 2018
Este por dignidad tendría que irse o alguien por dignidad tendría que echarle.
https://gloria.tv/article/ux1jrTGyF4LX1cyuzjdQxaaBx
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Este por dignidad tendría que irse o alguien por dignidad tendría que echarle.
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En inglés, medios decentes no utilizan la palabra «shit» que no corresponde a una discusión de categoría sino «excrement» y en la televisón bloquearía est palabra.
La Sangre de Cristo
Fray Luke VanBerkum OP
10 de Septiembre de 2018
Hace algunas semanas, estaba contemplando a Jesús Crucificado. No es difícil imaginar el dolor que experimentó: Los clavos, las espinas y los flagelos desgarraron Tu alma de par en par.
Una venerable tradición dice que Jesús Se ofreció en la cruz para la expiación de los pecados, de nuestros pecados: Como Ser humano, pudo morir y, siendo Dios, le fue posible cruzar el abismo infranqueable del pecado entre nosotros y Dios.
En su naturaleza humana, Jesús realmente sufrió en la cruz a manos de los pecadores. Su cuerpo fue mutilado. El amor que tenía al Padre, estando clavado en la cruz fue tan superlativo, que sufrió no sólo este dolor físico, sino también un intenso dolor espiritual al saber cuánta gente rechazaría el amor gratuito de Dios.
Eterno en su naturaleza divina y viendo todo desde la eternidad, Jesús en la cruz conoció los pecados de todos en todas las épocas de la historia y derramó Su sangre -la de Dios- por la salvación del alma de los pecadores.
La sangre que derramó el Señor Jesús es fuente de misericordia para aquéllos cuyos pecados lo clavaron allí.
Desde el amor glorioso de Dios esta sangre también cura a todos aquéllos que han sido perjudicados por los pecados de los demás.
La sangre de Jesús recibida por los fieles en la Misa sana y eleva los corazones rotos devolviéndoles la paz y la alegría espiritual.
Con Su Corazón desgarrado, la vida de Jesús se vierte en el recipiente de nuestro corazón, haciendo que todo sea nuevo.
Mientras continuaba mirando al Crucificado, noté algo. En lugar de concentrarme en el dolor y el sufrimiento, los clavos y las espinas, noté algo inesperado: Una sonrisa. La sonrisa de Jesús.
El Señor estaba sonriendo a Santa Catalina de Siena, mientras élla desplazaba una mano, sonriente también, hacia el costado traspasado del Salvador.
Me fue dado escuchar la oración de Sus labios: a Tí, Padre eterno, Te ofrezco una vez más Mi vida, desde mi pobreza, por Tu querida Esposa.
Junto a Santa Catalina, podemos hacer sonreír a Jesús al unir nuestro sufrimiento diario o nuestras mortificaciones intencionadamente ofrecidas, a las Suyas en la Cruz.
A través del Señor el sudor diario de nuestra frente se puede unir a Su preciosa Sangre, lo que a su vez puede curar el dolor de los demás, especialmente nuestros hermanos y hermanas que, en la Iglesia han sido perjudicados sin culpa propia.
Ojalá compartamos nuestra ofrenda de la comunión, con todo el Cuerpo Místico de Cristo: Será causa de gracia en la vida de aquéllos que han sido heridos y, al mismo tiempo trabajaremos para obtener la conversión profunda de nuestro corazón. Que nuestros corazones se sumerjan en la sangre salvadora del Señor Jesús.
Pero, Cómo se les ocurre a los frailes de esa abadia llamar a ese pervertido? La Orden Premostratense donde realmente se conserva es en la abadia de St Michael’s en la Diócesis de Orange en California.
Los horrores de un pontificado; o dos o tres o hasta cinco; obsesiones de reformistas . La «eucaristía» de los juanveintitrés en el salón de CCOO. Aberración colectivista. Los vaticanistas francisquitas se lo habían callado. Hasta que lo ha destapado un emocionado protagonista.
Recomiendo leer la entrevista de este domingo 9 de septiembre en EL MUNDO a una veterana seglar profesora de Teologia en varios Seminarios y Noviciados estadounidenses. De lo mejor que he leufo en mucho tiempo, precisamente no me lo esperaba en un diario donde «trabaja» José Msnuel Vidal, pero esta vez un 10 al que sea e encargado del suplemento dominical.
No encuentro la version digital, ¿el blogger o algun lector puede hacer un «link» y una reseña?
James Martin S.J. continúa pervirtiendo gente en Estados Unidos, esta ocasión a la Orden Premostratense en su abadía de Daylesford:
http://daylesfordabbey.org/wp-content/uploads/2018/07/JamesMartin_180719-1-1500×1000.jpg
Bueno, la expresión no dice «indigna» precisamente…
¿Dignidad, dice usted?No la venden en el supermercado.Indigna la madre, indigna la hija e indigna la manta que las cobija.Y todos sabemos quién es la madre, quién la hija y quién la manta.
¿Cómo lo van a echar, si este cardenal pertenece a la cuadrilla que puso a Francisco tras echar a patadas a Benedicto XVI?