Pierde por tanto sus derechos electorales quedando la cifra de votantes ante un eventual Cónclave en 120, el máximo que había fijado Pablo VI y al que nadie hace el menor caso.
Ningún cardenal cumplirá 8o años en lo que queda de 2o21 y el años próximo alcanzarán esa edad diez cardenales: el chileno Ezzati (7 de enero), el italiano Bassetti ( 7 de abril), el español Blázquez , todavía incomprensiblemente arzobispo de Valladolid(12 de abril), el mejicano Rivera (6 de junio), el salvadoreño Rosa , que creo que sigue de obispo auxiliar de San Salvador (5 de septiembre), el colombiano Salazar (22 de septiembre), el italiano Bertello (1 de octubre), el también italiano Ravasi, que sigue presidiendo el Pontificio Consejo para la Cultura (18 de octubre), el francés Vingt-Trois (7 de noviembre) y el hondureño Rodríguez Maradiaga, todavía, arzobispo de Tegucigalpa. (20 de diciembre).
No marearos: a la correlación de fuerzas que haya conseguido uno de los peores papas de la historia, querrán bautizarla como «acción del Espíritu Santo». Pero no cuela. Pueden cargarse la Iglesia de súbito (supino) o a plazos. Pero por ahí van los tiros.
Los que pierden el voto en 2022 oscilan, en general, entre la mediocridad y la perversión anticatólica pura y dura. Para mí, en especial, será día de gozo ver a Ravasi fuera de la lista de cardenales electores (y lo mismo a Rodríguez Honduriaga). Como en Roma hace mucho que se perdieron el sentido común y la lógica, no puedo asegurar que el actual arzobispo de Milán reciba el capelo en el próximo consistorio (tampoco Turín y Venecia lo tienen). Por cierto, si los acuerdos lateranenses siguen en pie (yo no lo sé), los diez prelados de las diez ciudades más importantes de Italia deben tener un purpurado al frente, si bien es cierto que las leyes, los pactos y los acuerdos le importan una higa a ese señor de Roma.
Estuvo a punto de ser designado Papa ya que ante la renuncia del Papa Benedicto XVI el 28 de febrero de 2013 Scola apareció como uno de los favoritos en la lista de papables para suceder a Ratzinger, en los medios de comunicación se le veía como un cardenal con amplias posibilidades de ser electo Papa y como un cardenal con prestigio e influencia en la curia romana. Tan segura tenían algunos la elección de Scola que la noche del 13 de marzo de 2013 cuando de la chimenea de la capilla sixtina salió la tradicional fumata blanca (señal de que se ha electo un Papa) la Conferencia episcopal italiana emitió un comunicado congratulándose por la elección de Scola, pero cuando el cardenal protodiácono Jean-Louis Tauran anunció que el elegido había sido el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio debieron retirar el comunicado.