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Del uso inapropiado de la palabra niño

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Resultado de imagen de dejad que los niños se acerquen a mi

Un luctuosísimo suceso acabó el martes con la vida de dos jóvenes de diecisiete años en Madrid. No con la de dos niños como están diciendo los medios. ¿No tiene eso la menor connotación religiosa salvo la de encomendar a Dios las almas de esos jóvenes cosa que os ruego a todos que hagáis? Yo creo que alguna sí.

Creo que tengo alguna experiencia al respecto además de la propia que aunque lejana no está olvidada. A los diecisiete años estaba estudiando la carrera en Madrid, lejos de mi familia, siendo total responsable de mis actos y hasta del escaso dinero que mi familia me enviaba. De niño, nada. De mis cinco hijos mi recuerdo es más próximo. A esa edad todos estaban en la Universidad salvo el pequeño que se preparaba para su ingreso en la Academia General Militar. Pepa, la tercera, que nació en diciembre y además llevaba un año adelantada en los estudios, hoy es licenciada en Física y en Exactas y profesora de Instituto por oposición, con poquísimos años era ya universitaria. De mis nietos, Margarita es ya, desde hace un par de meses, mayor de edad, Antonio llegará a los diecisiete en julio, Fernando tiene ya dieciséis y desde hace un par de años mantiene un Blog sobre informática, con lectores, obra exclusivamente suya, que hizo él sin sugerencia ni ayuda de nadie, y Carmen, con quince años cumplidos en febrero, es una joven completísima, interesada por todo salvo en la comida, la primera con excelencia en su curso americano, pese a ir un año adelantada sobre sus compañeros, toca además el violín en una orquesta juvenil de cierto nombre y es una deportista no voy a decir que sobresaliente porque a eso no llega pero no mediocre. De niños no tienen nada. Viene un quinto rompiendo, Kostka, ese es más chulo que un ocho. Con catorce años en diciembre, se hace notar donde pisa. En las últimas Navidades una profesora pidió a su clase un dibujo sobre ellas. Él lo entregó a instante. La hoja de papel en blanco. Como la profesora, pasmada, le dijera: ¿Y eso que es? Le respondió: Una gran bola de nieve.

Luego vienen ya Rodrigo, las Mellis, Casilda y Ana o Ana y Casilda, tanto monta, Javier, Nicolás y Ramón. Esos son todavía niños aunque Rodrigo esté próximo a dejar de serlo. Todos, los ya no niños y los niños, con notas extraordinarias o muy buenas. Kostka y Rodrigo han hecho poesías impropias de su edad. A mí se me cae la baba con ellos, me quieren mucho y yo a ellos. Todos católicos y algunos incluso militantes. Hace una semana el pequeño, Ramón, de cuatro años, se quedó a dormir en casa porque sus padres tenían una cena. Mi mujer, al acostarle, le dijo ahora a rezar y empezó: Niñito Jesús… Él le respondió: Mejor la oración que Jesús nos enseñó y que le gusta más. Y comenzó: Padre Nuestro que estás en el cielo… Y al concluir añadió: Y ahora otra a la Virgen: Dios te salve María…

Volvamos a los niños en general. Una cosa es la disposición legal, la que sea, sobre la menor edad, variable en cada momento, la responsabilidad penal de los menores, la agravante que resulte de esa minoría, todo lo cual no tiene más valor que el de la ley positiva, sea el que sea, y otra el ser niños.

A los diecisiete años un joven puede ser un asesino, con plena responsabilidad moral aunque no la tenga penal, o una joven un putón desorejado. Y ahora también un joven. Pueden incluso abortar sin que sus padres se enteren protegidas por la legislación. El abuso sexual de los niños, que sean niños, o como si lo fueren pues su capacidad mental a los treinta años no es superior a un niño de cinco o siete, me parece particularmente asquerosa y merecedora de durísimas penas. Y si es un sacerdote, agravadas. En eso, tolerancia cero. A  la puta calle ya mismo como curas y a la cárcel como delincuentes. Y con graves condenas.

Pero si ya con dieciséis o diecisiete años esas relaciones fueron consentidas, remuneradas y hasta es posible que incluso provocadas, la cuestión me parece distinta. No en cuanto sacerdote, que a la calle también, pero sí penalmente. Eso no es pederastia. Eso son relaciones sacerdotalmente impresentables pero consentidas. Si hubo abuso de superioridad pues al caso primero. Calle y cárcel.

Niños son los niños. Aquellos que Jesús quería que se acercaran a Él. Y que me parecen un sagrado inviolable para todo sacerdote. Más les valiera que les ataran una piedra de molino al cuello…

Pero los jóvenes que se precipitaron de un ascensor al que se le cayó su plataforma no eran niños. Todas las responsabilidades que quepan, si caben, al titular del ascensor, a la empresa que lo inspeccionó, al responsable municipal o comunitario de la licencia… Los dos fallecidos, cuya muerte lamento muchísimo, fueron víctimas paro no niños.

Creo que se está abusando últimamente de la niñez. Como en aquel viejo chiste del sordo que se acerca a un tumulto callejero y pregunta por lo ocurrido.E l interpelado le contesta que una riña. El sordo insiste. Y el preguntado vuelve a decir que una riña. A la quinta o sexta interpelación ya alzando la voz responde: Una riña, una disputa. Y el sordo contesta: Ah, entonces no sería tan niña.

 

Comentarios
8 comentarios en “Del uso inapropiado de la palabra niño
  1. ¡Totalmente de acuerdo! Y también con Simplicio. Lo vivo diciendo. Lamentablemente nuestra sociedad dislocada y esquizofrénica no se percata de sus absurdos.
    En Argentina hace poco, con motivo de algunos delitos cometidos por un varón de 15 años, comenzaron una campaña que decía mas o menos «Si tiene edad para violar, robar o matar, tiene edad para ir a la cárcel» Sin embargo, y curiosamente, esa misma gente no llegan a la conclusión de que entonces tendrían que tener derecho a votar o a tener relaciones sexuales sin que sean «niños» :O

  2. Se trata de infantilizar a la sociedad. Sólo hay que ver el contenido de los anuncios. Yo creo que no es casual, a los niños se les engaña mejor que a los adultos.

  3. Creo que Simplicio acierta de lleno, nuevamente.

    Enhorabuena Simplicio.

    Esta disfunción del lenguaje es más vieja que la tos y ni siquiera creo que se la podamos achacar a los rojos y pijorojos pues en los tiempos en que España era Una, Grande y Libre, ya se podía leer en un mismo periódico y en dos noticias diferentes: 1)… las jóvenes ladronas de 15 años… 2) … la niña de 15 años recibió el premio…

    Cuantito a ninis y resto de amorfos es cierto que ahora España está plagada de inmaduros y adolescentes mentales, pero niños no son, que para el fornicio bien listos andan,

  4. De acuerdo con Simplicio. Ahora se llaman jóvenes a personas con más de 40 años y lo que es peor, frecuentemente infantilizados y actuando como adolescentes gamberretes. En parte creo que ello se debe a que por la tremenda caída de la natalidad, la sociedad ha envejecido y por otra parte hay un alto porcentaje de NINIS, que están a gusto sin trabajar viviendo a costa de sus padres o de las subvenciones y como okupas. Ello se ha extendido a políticos con actitudes de adolescentes maleducados y frecuentemente semianalfabetos con título o sin él, aunque incluso lleguen a profesores para desgracia de una nueva generación de alumnos.
    Mi enhorabuena por esa familia, no me extraña que al abuelo se le caiga la baba.

  5. Querido Blogger..esta usted lleno de bendiciones..tiene una familia preciosa y es un don que llega a la tercera generacion. Es muy claro que Dios esta con usted y El ya sabia lo mucho que usted como Laico defenderia su Iglesia.
    Le escribe una fiel seguidora aislada de su familia y lejos de la cultura catolica añorando lo que usted cuenta.
    Yo le debo dar gracias a Dios de las bendiciones que seguro son muchas..espero llegar a los 50 anos de fidelidad aunque este divorciada.
    Por lo de los jovenes que Dios consuele a sus familias y que nosotros amemos mas a la juventud pues ellos necesitan nuestro amor siempre.

  6. Muy cierto.
    Y con la juventud ocurre lo mismo. Ahora son jóvenes hasta los 40, por lo menos.
    Es relativamente frecuente leer la noticia: Un joven de 36 años fue atropellado anoche.
    Volviendo a los «niños» de 17, pienso en el que le pegó tal sopapo a Rajoy en Pontevedra que le rompió las gafas y casi le deja noqueado. O algunos menores como los que violaron y asesinaron con mucha crueldad a Sandra Palo, el Rafita y esos.
    Hay que recordar que el «uso de razón» lo establecía la Iglesia a los 7 años, no sé si seguirá haciéndolo.
    También me parece que muchísimos jóvenes de ahora están agilipuertados y encima conectados a los móviles como los enfermos de riñón a la diálisis.
    Recuerdo también a Rafael Gambra, que decía que eso de que los niños son inocentes es un cuento. Que niños bien pequeños dan muestras de crueldad, por ejemplo con otros niños más débiles, con animales y con las cosas. Y que por eso hay que educarlos.

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