Buenas noticias para la beatificación del P. Tiburcio Arnáiz SJ

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Un muy querido amigo me comunica lo siguiente:

«Una vez declarado Venerable el pasado mes de octubre el P. Arnáiz S.J. el 15 de diciembre, la Comisión de Médicos de la Santa Sede que debía estudiar la curación que se le atribuye como milagrosa al Padre, lo dio por aprobada. A Dios gracias, se ve muy cerca la Beatificación del Apóstol del Corazón de Jesús, del Apóstol de Málaga».

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Me alegra muchísimo la noticia. Dios quiera que llegue a buen y pronto fin.

Yes inevitable que piense en aquella Compañía que dio es España, en breve espacio de tiempo, santos que todo el mundo reconocía: el P. Rubio, el hermano Gárate. Y otros que están a la espera pero en el reconocimiento de muchos: Arnaiz, Tarín, García Nieto… Yo mismo, en días ya declinales, conocí jesuitas que me parecieron santos: el P. Caballero, el Hermano Hijosa, el P. Loring…

¿Y hoy? ¿Hay algún jesuita en España con fama de santo? Dios quiera que haya alguno pero a mí no me suena. Si no hubiera ninguno sería como para que se preocuparan. Algo, o mucho, habría dejado de funcionar.

Comentarios
2 comentarios en “Buenas noticias para la beatificación del P. Tiburcio Arnáiz SJ
  1. De acuerdo con «Pedro A». Todavía quedan algunos jesuitas dignos hijos de la Compañía fundada por San Ignacio, cuando ya la mayor parte no pertencen a ella sino es sólo por el nombre. Jesuitas de los que en los anuarios aparecen con su ocupación: «ora pro Ecclesia et Societate Iesu». Son pocos, y sólo el Señor sabe si llegarán a ver otros tiempos mejores. Pero ellos oran y ofrecen; buen quehacer.

  2. Querido Pacopepe: Claro que todavía quedan jesuitas de la «vieja escuela» a los que, por los frutos generados, se les puede atribuir santidad pues frecuentemente son ellos los que están alimentando desde la trastienda de mucho de lo bueno que todavía queda en nuestra España: los integrantes de la antigua Dirección Nacional del Apostolado de la Oración «disuelta» hacia 1995 son un buen ejemplo. El problema es ese, que son de la «vieja escuela» como bien apuntas.
    Por cierto que es tremendo el daño que se está ocasionando actualmente al «Apostolado de la Oración» con los nuevos rumbos que está tomando en los últimos dos o tres años, y que inevitablemente conducirán a su desaparición.

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