| 18 mayo, 2020
Amigo, hijo de amigo, sobrino de amigos, amigo de mi hijos…
Dios nos cría y nosotros nos juntamos. Y seguramente quien nos junta es Él.
Suscribo totalmente su artículo.
Que me hace añorar, puñetero Covid19, unas gratísimas comidas en un inverosímil lugar con Luis, Pablo, el otro Pablo, Carmen, Oscar, Fernando si está, Mercedes… Dios quiera que esté próxima la próxima.
Pero esto no va de amigos sino del artículo de Luis.
Léanlo:
https://www.religionenlibertad.com/opinion/70286149/mal-precedente-ministerio-sanidad.html
Comparto y suscribo el artículo de Luis Zayas.
Y añado, cerrar iglesias es un error aún más grave que cerrar los centros de trabajo. La mascarilla debe ser obligatoria en todas partes y deben evitarse aglomeraciones por el riesgo de contagio, pero no está justificada la parálisis religiosa, como tampoco lo está la parálisis económica de España.
No hubiera entrado con tanta desenvoltura si Omella y Osoro no les hubieran entregado las llaves. Se adelantaron cerrando los templos. Proclamaron a diestro y siniestro que había que seguir lo que dictara la autoridad civil que «era el que sabía», literalmente. Aquí, Ebro arriba, Planellas declaraba que los médico estaban actuando de acuerdo con «criterios éticos», es decir, de acuerdo con el protocolo establecido por la Generalidad en el que se promovía la eutanasia activa de los mayores de ochenta años. No hubiera sucedido, repito, esa intromisión, si no se le hubieran entregado las llaves y, con ellas, el honor.