Lecturas CLXV: leído con y desde el corazón

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Fernando Benito Fernández de la Cigoña: Paraíso Descifrado.Editorial Adarve, Madrid, 2021, 117pgs. 

Es un libro de poesía y lo ha escrito uno de mis nietos. Evidentemente no soy un crítico imparcial y el tema puede parecer ajeno al Blog. Sin embargo creo que el libro no solo me gusta por ser de mi nieto Fernando sino también porque sus versos me parecen muy buenos y además están escritos por un católico comprometido y se nota. 

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El libro está dedicado “A mis abuelos” de los que solo le quedan dos, los maternos. Y no necesito decir que encontrarnos la dedicatoria nos encantó y nos emocionó aunque, inesperada, no nos sorprendió pues tenemos unos nietos extraordinarios, por los que que todos los días damos gracias a Dios y Fernando incluso destaca. Y todos nos quieren muchísimo.

Yo publiqué mi primer libro con 43 años, a Fernando se lo han publicado a los veinte. Y un libro de poesía que me parece más complicado. Estudia brillantemente Matemáticas, en septiembre comenzará el tercer año y práctica deporte, corre y tiene ya cuatro Compostelas. Iba a decir que me supera en todo pero no sería cierto porque en mus solo va por buen camino pero todavía le falta. 

Son varias las poesías que reflejan un hondo sentimiento religioso; os dejo la que encabeza la serie como muestra de ello. No está en el Blog por afecto aunque también y mucho.

 

¿Dónde escondes tus manos

en mis tiempos dilatados de silencio

y hambre y silencio?

¿Dónde están ahora tus manos,

forja de la libertad?

¿Dónde tu calor,

horizonte de la esperanza?

Abrázame, sostenme 

en tu brillo inmarcesible,

moldéame,

no me sueltes

nunca, nunca me encierre yo huido del paraíso.

Y más aún

nunca me huyas,

habita mi carne

aunque tantas veces huela aquí a podredumbre,

aunque yo te ignore y olvide

a ti

mi huésped, permanece en mí,

conmigo

para que un día pueda recordarte,

para que nunca

desde aquel futuro suelte mi mandíbula tu nombre.

Comentarios
13 comentarios en “Lecturas CLXV: leído con y desde el corazón
  1. A nuestra edad (solo tengo dos días más que Ud.), al menos para mí, y creo que para todos los abuelos, son una gran alegría
    Yo solamente tengo dos, un niño de 7 y una niña de 3, pero son mi alegría, Eso de que el niño te diga ”… cuanto sabes abuelo”…, vale oro.
    Enhorabuena y me parece muy bien que lo de a conocer.
    P:D (Hoy en Toledo cumple 104 años, quien con toda seguridad fue profesor de su hijo el militar, en la Academia de Infantería.)

  2. Enhorabuena Pacopepe por este y por todos tus nietos. Los nietos son la alegrias de las casa, los que como tú tenemos muchos lo sabemos bien. La poesía preciosa. Los del mus dale tiempo. Un abrazo

    1. Pues tiene a quién parecerse
      -y no sólo a san Fernando-,
      tan joven se va estrenando,
      como muy bien puede verse.
      Y escribiendo a vuela pluma
      lo que del alma le mana,
      sobre los folios desgrana
      lo que por dentro le suma.
      Sentimientos e intuiciones
      que,porque son barruntados,
      necesitan ser cantados
      desde sus tiernos balcones…
      Y que en versos, cual saetas,
      del alma salen lanzados;
      y son-por azar- clavados
      en prosistas y en poetas…
      Dice muy bien Baudelaire
      que poeta es «el que canta»;
      y saca por su garganta
      lo que se siente
      al querer:
      Ya amores del mes de abril;
      ya ideales sostenidos;
      ya sueños que se han perdido;
      ya constatar algo vil…
      Y ese cantar que se escapa
      del alma,y que está tan dentro,
      llega a ser esencia y centro
      del que,al cantar,se destapa…

  3. Bienvenido sea el vate
    que a su abuelo enternece,
    porque, sin duda, parece
    dedicado al buen combate.
    ¡Asciende y remonta el vuelo!
    reza a Dios, defiende a España
    y no ceses en las mañas
    de honrar tus buenos abuelos.

  4. Me alegro de que tenga usted un nieto tan inteligente. Sorprende que, siendo tan joven, lleve un apelativo tan infrecuente (compuesto y con un Benito; no están ya de moda ni los compuestos y de San Benito no se acuerda ya nadie cuando tiene un hijo).

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