| 19 abril, 2024
¡GRACIAS TRAPPES!
Comentaré hoy una buena noticia: en la localidad de Trappes, a 25 kilómetros de París,
que cuenta con un 70% de población musulmana, el catolicismo renace, crece, sus templos
desbordan, los jóvenes, sin respetos humanos muestran su fe.
Dice presente la vieja Francia, la que un día fue la hija primogénita de la Iglesia. Es la
Francia del bárbaro Clodoveo, bautizado por San Remigio, de quien recibe además el gran
mandato: “¡Fiero sicambro: quema lo que has adorado y adora lo que has quemado”! Porque
para él, tampoco existen las medias tintas; al escuchar el relato de la pasión y muerte de
Cristo, exclama con la inocencia de reciente converso: “Si yo hubiera estado allí con mis
francos”. No dudo lo que hubiera sucedido: hubieran rodado las cabezas de Anás y de Caifás,
de Herodes y de Pilato, pero, la misión redentora de Cristo, se hubiera frustrado. Era necesario
que se consumara el supremo Sacrificio, la entrega de su cuerpo y de su sangre para nuestra
redención.
Renace la Francia de San Luis y de Santa Juana de Arco, la de San Hilario y del cardenal
Pie, la de los misioneros que llevaron la fe cristiana a tantos países de África y de Asia donde
sembraron las semillas que hoy florecen y fructifican.
Renace la Francia de Pasteur y de Lavoisier, de Charles de Foucauld y de Péguy, de
Psichari y de Saint-Exupéry.
Esa Francia hoy desfigurada y degradada a través de Macron y sus muchos cómplices
salidos de la oscuridad de las logias, que no solo introducen el aborto en la constitución, sino
que son los abogados de su extensión a Europa, ese sustituto laico y laicista de lo que fuera la
Cristiandad.
Sin embargo, que los degenerados no canten victoria. La vieja Francia sigue viva y
resiste cada día más, con sus devociones y peregrinaciones cada vez más numerosas, con su
vida monástica llena de vocaciones como lo pude comprobar. no hace tanto, en mi
peregrinación con Patricio Randle por San José de Clairval, Santa María de la Garde, Randol,
Fongonbault y ya lo había comprobado antes en Le Barroux, en la abadía de Santa Magdalena,
como también en nuestra visita y estadía en el convento Santo Tomás de Aquino, de la
floreciente Fraternidad San Vicente Ferrier, de origen dominico, que acaba de construir su
espaciosa iglesia.
La vieja Francia, en la cual se demuelen iglesias y capillas o se transforman en hoteles o
centros comerciales, hoy se construye en la base de la Legión Extranjera, sin ninguna
contribución del Estado apóstata y bancada por los soldados, una espaciosa capilla que
reemplaza a la anterior que había quedado chica, que lleva el nombre de Charles de Foucauld
en agradecimiento al nuevo santo por sus cuidados a los heridos después de un combate que
enfrentó a 150 de ellos con 3000 marroquíes. Los legionarios de hoy siguen haciendo
honrando su divisa: honor y fidelidad.
Esta es la Francia ejemplar a quien debemos nuestro respeto y gratitud; le pedimos a
Dios, que mueva a nuestra Argentina decadente, a nuestro catolicismo anestesiado, a seguir
ese modelo y librar el buen combate.
Buenos Aires, abril 19 de 2024. Bernardino Montejano
Charlesde Foucauld, que siendo militar francés en Argelia se fue como espia a Marruecos para prerarar la colonización francesa del Magreb.
¡Vaya ejemplo de santidad!
Me dicen que lo marroquíes no lo pueden ver ni en pintura
Cardenal Ladaría Ferrer llegó a sus 80 años