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JEREMÍAS, LOS OBISPOS QUE SOPORTAMOS Y UN GRANDE MONSEÑOR LAISE

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In memoriam: Monseñor Juan Rodolfo Laise (1926-2019) - Adelante la Fe

JEREMÍAS, LOS OBISPOS QUE SOPORTAMOS Y UN GRANDE MONSEÑOR LAISE

Hoy, Domingo de Ramos, la Liturgia de las Horas nos regala un texto del profeta Jeremías que parece dirigido a los obispos argentinos actuales: “¡Ay de los pastores que dispersan y extravían mi rebaño! Vosotros dispersáis mis ovejas, las expulsasteis, no hicisteis cuenta de ellas… Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas… Les daré pastores que las pastoreen: no temerán, ni se espantarán, ni se perderán”.

Hoy, los cristianos argentinos, vivimos como ovejas sin pastor, dispersos, extraviados, confundidos. Una prueba más que “muchos pastores asolaron mi viña”, muchos, pero inútiles, muchos, pero ningún centinela que vigile y custodie ese rebaño.

Sin embargo, esto no fue siempre así y como recordamos hace poco al cardenal Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia, ciudad de los cuatro doctores, cuna de los glosadores, ciudad de Rolandino, cuna del derecho notarial, hoy queremos recordar a un gran obispo argentino, Juan Rodolfo Laise y su obra en San Luis, que hoy otros intentan destruir.

Este santo capuchino llegó a San Luis y encontró una iglesia moribunda. Pero su respuesta no fue una queja inútil, sino el comienzo de una empresa que abarcó toda su gestión y la de sus sucesores Jorge Lona y Pedro Martínez Perea. Hasta que el último fue misericordeado y sustituido por Gabriel Barba, una especie de Zecca para San Luis.

Laise tomó posesión del obispado el 6 de julio de 1971 con una iglesia en ruinas y una tarea: su restauración, tarea a la cual dedicó sus veintitrés años de episcopado.

Cuando llegó había un seminarista y pocos sacerdotes, dos ancianos y solo cinco oriundos de San Luis. Por eso era urgente fundar el Seminario Diocesano y en febrero de 1980 se funda el mismo bajo la protección de San Miguel Arcángel; cuatro años más tarde ya queda chico y se amplía.

La formación doctrinal tiene como fundamento las Sagradas Escrituras y el magisterio de la Iglesia y el núcleo de la enseñanza lo constituía la doctrina de Santo Tomás de Aquino. Ese Seminario ha dado muchos frutos en las gestiones de Laise, Lona y Matínez Perea.

Laise funda el Instituto Mater Dei, cuyas monjas se siguen extendiendo dentro y fuera de la Argentina y constituyen una embajada de fe, cultura, música sagrada, en cada lugar donde se instalan. Algún problema deben haber tenido con “Atila” Barba porque este año su aniversario y los nuevos votos debieron festejarse en la diócesis de San Bernardo en Chile.

Pero también se instalaron en el Suyuque las benedictinas de Santa Escolástica y las también contemplativas Hijas de San Bruno, Mercedarias de Córdoba, Nuestra Señora del Carmen y Nuestra Señora de la Contemplación, las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, las Hijas del Divino Redentor y los Terciarios Capuchinos.

Algunas congregaciones se fueron con viento fresco molestando lo menos posible. Es imposible enumerar las nuevas parroquias (19) y los nuevos templos (37) inaugurados durante la gestión de este gran obispo.

Pero además monseñor Laise fue el único obispo argentino que se opuso a la comunión en la mano, escribió un libro cerca del tema y en una reunión del que llamaba “Zoológico episcopal”, rechazó la mediación del arzobispo Aguer que le pedía la aceptara para no romper la unidad del episcopado, con estas palabras: soy el obispo y en mi diócesis mando yo.

Esto duró hasta la llegada de Barba, quien no solo derogó el decreto de Laise, sino que para exhibir su mala entraña hizo leer un texto de la misa por un transexual.

Honor y gratitud al gran obispo; desprecio por quien pretende acabar con su obra y la de sus sucesores.

Buenos Aires, marzo 25 de 2024

Bernardino Montejano

Comentarios
3 comentarios en “JEREMÍAS, LOS OBISPOS QUE SOPORTAMOS Y UN GRANDE MONSEÑOR LAISE
  1. “¡Hay de los pastores que dispersan y extravían mi rebaño! ……
    Habría que escribir: “ Ay de los pastores , , , “
    Y disculpen la pedantería.

  2. Así es, mi querido Bernardino, y para mayor injuria a Cristo, la Virgen y la Iglesia Católica en San Luis, el transexual que leyó una de las peticiones de la llamada «Oración de los fieles» era conocido por su nombre «de guerra» prostibulario, nada más ni nada menos que de «Francia», y esa lectura fue en el día de San Luis de Francia, patrono de la diócesis.

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