Sobre la renuncia de Monseñor Aguer

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Vicente Montesinos

 

 

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Monseñor Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata

 

 

Para todos los que se frotan las manos ya, fuera y dentro de la Iglesia, esperando con ansia la renuncia de Monseñor Hector Aguer, Arzobispo de La Plata, y uno de los prelados de más sana doctrina, claridad y verdad que existen en el orbe; hace bien la Oficina de Prensa del mencionado Arzobispado, dirigida por nuestro incansable colaborador, el Padre Christian Viña, en aclarar, como siempre, con total transparencia y verdad, lo siguiente:

 

 

 

A propósito de versiones periodísticas aparecidas hoy, miércoles 9 de mayo, en medios platenses y nacionales, la Dirección de Prensa del Arzobispado de La Plata recuerda que en el canon 401 del Código de Derecho Canónico se ruega a los obispos que a los 75 años presenten al Sumo Pontífice la renuncia al cargo pastoral que desempeñan. Nuestro Arzobispo, Mons. Héctor Aguer, alcanzará esa edad el próximo día 24 de este mes; y cumplirá, como corresponde, con la mencionada indicación canónica.

Obviamente, es potestad exclusiva del Papa aceptar la renuncia cuando él lo decida.

Entre tanto, Mons. Aguer continúa realizando su trabajo habitual, sin alteraciones en la agenda que tiene establecida.

Padre Christian Viña
Dirección de Prensa

Arzobispado de La Plata

 

 

 

 

 

Evidentemente los enemigos de la Iglesia esperan que la renuncia de Monseñor Aguer sea aceptada; y ya la han dado por hecha; motivo por el cual ha salido, con toda oportunidad y necesariedad, este comunicado.

Y evidentemente también los católicos fieles a Cristo y a su Iglesia; y especialmente el atribulado pueblo fiel argentino, quien tiene en Aguer a uno de sus pocos baluartes de defensa en el despropósito que vivimos; esperan que la renuncia no sea tomada en cuenta, y que este fiel Pastor pueda seguir actuando como faro en la penumbra total que nos rodea. Y especialmente que la ocasión no sea usada para colarles un «Tucho».

La respuesta la tiene otro argentino. Jorge Mario Bergoglio.

¿Ustedes que creen que hará?

 

 

 

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Comentarios
27 comentarios en “Sobre la renuncia de Monseñor Aguer
  1. ESTIMADO ECHENIQUE:
    1.- No entro a valorar el caso de D. José Luis Aberasturi porque no conozco las razones exactas que le han llevado a tomar esa decisión. No sé si le ha sido meramente sugerida como oportuna o imperada por obediencia por alguna autoridad del Opus Dei. Esos motivos no los ha hecho públicos D. José Luis y, por tanto, nadie, salvo él, puede saberlos. Y, por supuesto, no me gusta que a nadie se le coarte la bendita libertad de los hijos de Dios que tanto nos repitió san Josemaría Escrivá.

    2.- Para no entrar en discusiones de fuentes, le ofrezco el correo de Mons. Livi para que pueda preguntarle directamente a él si su marcha de la Obra ha sido a raíz de la Correctio filialis. Lo conozco y sé que le responderá gustosamente:
    [email protected]

    Con mi afecto por vd., Echenique.

  2. Para Nicodemo. Tengo varias preguntas para vos:
    1ª. ¿ Porqué no quiere entrar en el caso del querido Don Jose Luis Aberásturi ? ¿ Acaso le parece bien tamaño atropello a la Verdad, a la ortodoxia, a un sacerdote que las encarna, cuando se le sigue dejando hablar al heterodoxo Mauro Einaudi, que no condena el pecado de homosexualidad ?
    2ª. ¿ Qué fuente maneja para sostener que el teólogo Antonio Livi abandonó el Opus Dei antes de este pontificado ? Mi única fuente, pues no he encontrado otras, coloca el abandono durante este pontificado, por lo que agradecería nos trajera la suya para contrastar.
    3ª. Me alegra el alma el próximo congreso en la facultad de teología de la Universidad de Navarra sobre las encíclicas Humanas Vitae y Veritatis Splendor, lo que quiere decir mucho a favor del Opus Dei en estos tiempos de misericorditis y mieditis paralizantes.http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=32225#formComentario

  3. Ojalá se quede. Desde lejos lo he admirado siempre.
    Una oración por uno de los mejores obispos de nuestra América Latina.

  4. Pues sabiendo que allá en al Argentina no eran muy amigos y que representa todo lo contrario, no puede permitirse el lujo de echarlo con cajas destempladas a dios días de renunciar y para que no digan que no es misericordioso, rencoroso y vengativo y que todavía de Papa se la tiene guardada pues hará unsomesfuerzos titánicos y lo prorrogará igual bastante tiempo.

  5. PARA ECHENIQUE

    No entro en el caso del querido D. José Luis Aberasturi, pero Mons. Livi dejó de pertenecer al Opus Dei hace ya muchos años, bastante antes del pontificado de Francisco, cuando, según los criterios que vd. emplea, nadie presionaba a nadie para que callase. Por favor, no lance tan ligeramente al aire afirmaciones que no responden a la verdad, no porque vd. quiera mentir, sino por falta de comprobación de los hechos.

  6. ¿No hay nadie en la jerarquía que quiera imitar el ejemplo de San Pablo?
    09/05/18 6:08 PM por Christopher A. Ferrara
    El 22 de abril de 2018, domingo del Buen Pastor, quince sacerdotes de diversas partes del mundo publicaron una carta abierta titulada Apelación pastoral a los obispos para una reafirmación apostólica del Evangelio. Entre los firmantes figura el comentarista de EWTN padre Gerald Murray, doctor en derecho canónico, cuya apariciones en dicho canal de televisión junto con Raymond Arroyo y Robert Royal han sido decisivas para alertar a la Iglesia en general de las dimensiones que está cobrando la catástrofe generada por el presente pontificado.

    La apelación pastoral ruega a los obispos de todo el mundo que reiteren la enseñanza del Evangelio por encima de los errores que constituyen el leit-motiv teológico de un pontificado que no se puede calificar sino de cataclismo bergogliano:

    Como sacerdotes ordenados para ayudar en el cuidado pastoral del pueblo de Dios, escribimos para solicitar su ayuda al tratar con un enfoque equivocado de la vida cristiana que encontramos con frecuencia y que perjudica gravemente a quienes se dejan engañar por él. Creemos que gran parte del daño podría sanarse o mitigarse si Ud. reafirmase las enseñanzas de Cristo y corrigiese esos errores con la plena autoridad de su oficio apostólico. (…)

    En su forma básica, el enfoque erróneo afirma que a aquellos que cometen actos objetivamente malos y que se juzgan subjetivamente libres de culpabilidad se les debe permitir recibir la Sagrada Comunión. En una forma más desarrollada, niega que ciertos comportamientos sean siempre malos y afirma que en algunas circunstancias son el bien más realista que se puede lograr, o, de hecho son simplemente buenos.

    Una versión más extrema declara que esos comportamientos pueden ser aprobados o propuestos por Dios. La vida de Cristo y sus enseñanzas morales se presentan así como ideales abstractos que deben ajustarse para acoplarse a nuestras circunstancias más que como realidades ya sintonizadas para liberarnos del pecado y el mal en cada situación. Aunque este enfoque pretende ser un desarrollo nuevo y legítimo, sus principios siempre han sido reconocidos por la Iglesia como contrarios al Evangelio.

    Esto es una alusión diáfana al capítulo 8 de Amoris laetitia, cuya increíble tentativa de bautizar el mal de la ética situacional se resume en el famoso punto 303. Dicho párrafo, que en sí es y será un baldón en la historia del Papado hasta el final de los tiempos, tiene la osadía de declarar que Dios puede llamar al pecador a persistir en su desviación de un precepto negativo de la ley natural porque es lo mejor que puede hacer en su caso particular. Es decir, la ética de situación:

    A partir del reconocimiento del peso de los condicionamientos concretos, podemos agregar que la conciencia de las personas debe ser mejor incorporada en la praxis de la Iglesia en algunas situaciones que no realizan objetivamente nuestra concepción del matrimonio. (…) Esa conciencia puede reconocer no sólo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismos está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo.

    Cualquier católico objetivo que esté atento a la catástrofe bergogliana sabe que, en esencia, lo que han hecho esos quince sacerdotes es suplicar a los obispos del mundo que defiendan la verdad de Cristo frente a los errores de Bergoglio.

    Resulta ineludible preguntar: ¿de qué sirve seguir manteniendo la postura retórica de que los errores a los que los prelados han sido llamados a oponerse proceden de alguna fuente misteriosa o desconocida, como si inesperadamente hubieran surgido a borbotones por entre las grietas del terreno? Todo el mundo sabe que la difusión de tales errores proviene directamente de la voluntad de Bergoglio, que los promueve infatigablemente desde el día de su elección. A pesar de ello, la Apelación pastoral, escrita como si no hubiese Papa, va dirigida únicamente a los obispos del mundo:

    Por eso le pedimos que considere la posibilidad de ejercer su plena autoridad apostólica a través de una reafirmación formal del Evangelio y de la corrección de estos errores. Esto ofrecería a toda la Iglesia un testimonio apostólico excepcionalmente capaz de sostener y guiar al clero y los laicos en las tareas urgentes de ayudar a aquellos que han sido perjudicados y de desarrollar iniciativas pastorales auténticas para llegar a todo el mundo.

    Es preciso decir que aquí hay una estudiada falta de franqueza. ¿Con qué derecho piden los firmantes a los obispos hagan uso de su «plena autoridad apostólica» a nivel local para condenar los mencionados errores si saben de sobra que Bergoglio, invocando el Magisterio auténtico, ha aprobado precisamente esos errores haciendo uso de su plena autoridad apostólica, la cual, en caso de ejercerla, obligaría a la totalidad de la Iglesia universal? ¿Se sirve a la causa de la verdad y la justicia en la Iglesia pidiendo la oposición de los obispos a la voluntad del Papa sin mencionar a éste en momento alguno? Con todo respeto a los distinguidos firmantes, ¿su empeño de evitar decir lo obvio no tiende incluso a convertir su apelación en una especie de broma?

    Cuando San Pablo fue a Antioquía y se topó con el error del primer pontífice de negarse a comer con los gentiles invocando la antigua ley y poniendo con ello en peligro la misión universal de la Iglesia, no escribió una epístola pidiéndoles a los gálatas que reafirmaran la universalidad del mandato divino sin enfrentarse al Papa mismo, que en persona estaba contemporizando de un modo que podía tener consecuencias fatales. Todo lo contrario: escribió una epístola en la que cuenta que se enfrentó a San Pedro «cara a cara, por ser digno de reprensión» (Gal. 2, 11). De esta manera, el Apóstol de los Gentiles dejó constancia de la verdad divina revelada sobre lo que debe hacer la Iglesia cuando un papa se descarría.

    No habrá oposición eficaz para corregir los errores de Bergoglio mientras no se presente directamente a la Iglesia como una oposición a los errores bergoglianos. De lo contrario, Francisco seguirá arrasando mientras la jerarquía no hace otra cosa que lamentarse de las ruinosas consecuencias. A imitación del ejemplo de San Pablo, los sacerdotes y obispos que se preocupen por la misión de la Iglesia deben resistir al Papa en su cara, porque la culpa es de él. Hasta entonces, ninguna reunión ni solicitud será más eficaz que una terapéutica para curar una enfermedad mortal que sólo prestase atención a los síntomas desentendiéndose de la causa.

  7. Quien tiene que renunciar ya, pero ya, es el mismo Francisco porque no sólo no está cumpliendo con el mandato de Jesucristo de confirmar en la Fe sino que está demoliendo la Iglesia Católica llevándola, conforme a l plan de la mafia de san gallen, al desierto luterano, como ha señalado el gran teólogo Antonio Livi, quien se ha visto obligado a dejar el Opus Dei para no ser misericordiado como el gran Aberásturi, a quien algunos recordaremos todos los días para vergüenza de quien le impuso la sanción de callar sin motivación alguna.

  8. Nombrará al infame del Trucho en el minuto 1 de haber aceptado la renuncia del dignísimo mons. Aguer… El Trucho, experto en teología apostólica: la teología osculatoria de Judas Iscariote… a la semana siguiente, en un consistorio aplazado ex profeso, lo hará cardenal al miserable del Trucho… y continuarán alegremente las labores de demolición de la Santa Iglesia…

  9. «Y especialmente que la ocasión no sea usada para colarles un “Tucho”.»

    Pues el problema es que YA se rumorea que va a nombrar, no A UN Trucho, sino AL Trucho como sucesor. Al principio se hablaba que le darían Tucumán, pero ya hablan de La Plata. Si lo hace, sería una maldad inaudita, se superaría:

    «Tucho Fernández sería nuevo arzobispo de La Plata Señalamos hace pocos días su renuncia como rector de la Universidad Ca…»
    https://secretummeummihi.blogspot.com/2018/04/tucho-fernandez-seria-nuevo-arzobispo.html

  10. Ya sabemos lo que va a hacer el representante de la mafia de San Gallen: aceptación de la renuncia de Mons Aguer en menos de 24 horas y nombramiento del Trucho en su lugar, para que destroce el trabajo realizado por Aguer en su diócesis.

  11. Este Papa es imprevisible; lo mismo le acepta la renuncia al Arzobispo Aguer el mismo día que cumpla los 75 años que lo prorroga dos años más, como hizo con el muy tradicional Obispo de Chur, en Suiza.

    1. Pues esperemos, Hermenegildo, que su imprevisibilidad, en este caso, favorezca a que Monseñor Aguer siga su excepcional obra. Lo dudo, pero estaría encantado de equivocarme. Dios te bendiga

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