El cardenal Müller pone en su sitio al presidente de la Conferencia Episcopal alemana

Bätzing y Müller Bätzing y Müller
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El obispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, arremetió en una reciente entrevista contra el cardenal Müller quien se distanció de la declaración de los obispos germanos contra el partido Alternativa por Alemania.

El cardenal Müller es un cardenal emérito que ya no tiene trabajo. Toma posición sobre muchos acontecimientos en todo el mundo. A veces, demasiado apresuradamente», dijo el obispo de Limburgo.

El ex prefecto de Doctrina de la Fe ha salido al paso de esas declaraciones en una nota remitida a varios medios de comunicación, entre ellos InfoVaticana. En esa nota, Müller lamenta que «con tono burlón» Georg Bätzing «intentó poner en perspectiva mi crítica a la declaración de la Conferencia Episcopal Alemana sobre el extremismo político en Alemania».

«Cualquiera que sepa un poco de teología católica debe saber que los cardenales de la Iglesia Romana no se convierten en “eméritos”, sino que sólo pierden el derecho a elegir al Papa cuando cumplen 80 años, pero siguen siendo asesores y empleados del Papa», le ha explicado el cardenal al obispo de Limburgo.

Además, Müller expone que «un obispo que dirige una diócesis o que ocupa un cargo eclesiástico temporal (por ejemplo, nuncio apostólico, prefecto de un dicasterio en la Curia Romana) puede convertirse en emérito en el sentido del derecho canónico. En virtud de su ordenación sacramental, un obispo, hasta su muerte, comparte la misión de la Iglesia de predicar la Palabra de Dios, celebrar la Eucaristía y los demás sacramentos y participar en el gobierno de la Iglesia, por ejemplo en un sínodo romano o un concilio ecuménico».

Críticas a la declaración de la Conferencia Episcopal alemana contra Alternativa por Alemania

En referencia a la declaración de la Conferencia Episcopal de Alemania que cargó con inusual dureza contra el partido Alternativa por Alemania, Müller asegura que «esto muestra una vez más el punto ciego de la “Iglesia alemana”, que no es idéntica a la Iglesia católica en Alemania: la política y el evangelio están mezclados. Quien ignora obstinadamente el llamamiento del Papa a una nueva evangelización de Alemania, seguramente no recuperará la autoridad que ha perdido en materia de fe incursionando en la campaña electoral alemana».

El cardenal alemán señala que «la Conferencia Episcopal no es un instrumento del Estado, sino una institución de la Iglesia universal, dirigida por el Papa como sucesor de Pedro». Müller afirma que «la Iglesia sólo espera que el Estado garantice la libertad religiosa pública y privada. Respeta la relativa autonomía de un Estado constitucional democrático y las realidades terrenas como el Estado, la justicia, el arte, la ciencia».

Por otro lado, argumenta que «si es necesario» la Iglesia tiene «la autoridad profética para poner en su lugar el ejercicio del poder por parte del Estado cuando se exceden los límites del totalitarismo y el burocratismo desalmado y cuando se ignoran los derechos humanos fundamentales».

«Los cristianos deben participar en el discurso público con su experiencia profesional debido a su convicción en la dignidad humana inalienable, mientras que la Iglesia institucional debe comportarse neutralmente hacia los partidos políticos. Tienen que intentar ganarse la confianza de sus propios votantes sin la ayuda de la Iglesia», defiende el cardenal germano.

No obstante, Gerhard Müller explica que los obispos pueden exigir que todos los políticos se centren en el bien común. «Precisamente de ellos se puede esperar un compromiso con los derechos humanos fundamentales, que sirven de medida y criterio para toda acción estatal. Es su deber defender la dignidad humana y el derecho inalienable a la vida desde la concepción hasta la muerte natural (contra el infanticidio, la degradación de mujeres y niños en el negocio multimillonario de la maternidad subrogada, la eutanasia de los ancianos y los enfermos)».