El obispo de Mondoñedo-Ferrol pone al mismo nivel a los inmigrantes ilegales y a los turistas extranjeros

Fernando García Cadiñanos Fernando García Cadiñanos
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El obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, acaba de asumir la presidencia de la Subcomisión para las Migraciones y Movilidad Humana dentro de la Conferencia Episcopal Española.

Sobre este nuevo encargo y la cuestión migratoria habla en una entrevista para Diario de Burgos. García Cadiñanos cita el nuevo documento aprobado por la Conferencia Episcopal que lleva por título ‘Comunidades acogedoras y misioneras’ y que según el obispo parte de dos derechos que, a juicio de la Iglesia, deben ser conjugados: «el de no tener que emigrar y el de migrar, que están establecidos en la Doctrina Social de la Iglesia pero también en el derecho internacional y que es bueno que se conjuguen adecuadamente, de la manera que las autoridades establezcan pero con los verbos que a nosotros nos gusta utilizar: acoger, proteger los derechos humanos, promover la inclusión e integrar para que esas personas participen en todos los ámbitos».

El obispo de origen burgalés también habla sobre la reciente iniciativa legislativa popular que busca promover una regulación extraordinaria y que ya ha sido aplaudida por el arzobispo Luis Argüello. Para Fernando García Cadiñanos, «nos estamos encontrando con cientos de personas desplazadas y migrantes en un limbo jurídico y que pudiendo trabajar no trabajan. Hay un desencaje entre la realidad y las leyes, que deberían acomodarse más a la realidad».

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Además, el obispo de Mondoñedo-Ferrol critica que «existe un discurso demasiado lejano y temeroso que preserva en exceso falsas identidades y que tendría que revisarse para servir más a las personas». Ahondando sobre esta cuestión, García Cadiñanos defiende que «tenemos que desterrar toda visión de la migración en clave de problema, de delincuencia y de irregularidad«. «Es cierto que se nos presenta el reto de la evangelización de Europa con la pluralidad que tiene la propia identidad europea, que tampoco hoy es católica en su expresión por las nuevas generaciones. El reto de la evangelización no viene provocado por grupos migrantes sino por la propia secularización de la sociedad», agrega el obispo.

Según el obispo de Ferrol, el problema tiene que ver más con una cuestión de «aporofobia». Para defender esta tesis, el obispo pone el siguiente ejemplo (bastante ridículo y tendencioso): «El problema no son los migrantes, son los pobres porque cuando los extranjeros vienen de vacaciones no les damos la espalda, como tampoco se la damos a los jugadores de fútbol que llegan de otros países».

Quizá habría que recordarle al obispo García Cadiñanos que los extranjeros que vienen de vacaciones lo hacen de manera legal. Matiz importante cuando se habla de estas cuestiones.

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Comentarios
14 comentarios en “El obispo de Mondoñedo-Ferrol pone al mismo nivel a los inmigrantes ilegales y a los turistas extranjeros
  1. Los ilegales no pueden trabajar legalmente y muchos ni siquiera quieren trabajar, sino robar, con frecuencia con violencia. Así que equiparar el turismo con la inmigración ilegal … no se yo… le propongo al obispo este que se meta a unos cuantos menas en su palacio episcopal. Y predique con el
    ejemplo.

  2. Una señora muy mayor, rondando los 90,hablando de este tema dijo la frase :a saber que traen dentro de su cabeza.

    Y es una reflexión muy sabia. Se quiera o no muchos tienen una visión de la vida que confronta la nuestra.

    Las identidades culturales existen, y no te digo en Mondoñedo. Zona rural y ancestralmente aislada.

    Las sociedades pueden asimilar un porcentaje de foráneos, pero cuando esté es excesivo surgen los problemas.

    Hay un pueblo en Galicia:Lalin. Conocido, entre otras cosas, por el cocido. Allí el cerdo es el rey. Incluso se puede oler, en ciertas épocas, el olor de tan suculento plato.
    Hay una comunidad de musulmanes, respetable en número, y te preguntas:esta gente como soporta este ambiente y olor. Porque incluso, en la Feria del cocido, hay cerdos, de tamaño natural (esculturas) por las calles.

  3. Menos mal que se mete con los turistas desde la otra punta de España. Porque aquí, en la costa Este y cuando va a empezar la temporada, eso sentaría como una patada en la espinilla y tal vez los cepillos de las iglesias se resentirían. ¿Cómo vamos a echar, si no ganamos?

  4. Que mania tienen algunos obispos de hablar de lo que no saben y solo soltar lo politicamente correcto.

    El gobierno se gasta cientos de millones, cada año, dando una pagita para sobrevivir a los 2 millones de inmigrantes que tenemos sin oficio ni beneficio.
    El gobierno da decenas de millones cada año a Marruecos, para que frene la inmigración….. Que no sirven para nada.
    El problema hay que arreglarlo en los países de origen.

  5. Este individuo, el obispo Podemista o Sumarista, de Sumar, es tan tan tan tan tan cretino, que en el nuevo diccionario de la lengua, la entrada «cretino» va a figurar con una fotografía suya al lado, poniendo esa cara de cretino a la cual nos tiene acostumbrados. Maranatha Señor

  6. Evidente que están al mismo nivel. Todos son personas.

    Me choca mucho que un medio que se dice católico, y que por tanto sigue las enseñanzas de Jesús de Nazaret, de quien uno de los rasgos más destacados es tratar por igual a todos, plantee artículos como este, que al final lleva a despersonalizar a los inmigrantes, ya que parece que ser persona lo otorgan los papeles.

    1. Además, ¿desde cuándo un católico valora la moralidad de una acción -la inmigración en este caso- solamente por una cuestión de mero derecho positivo -«es la ley la que lo prohíbe»-?
      Con esa vara de medir saldrían otras preguntas, del tipo: ¿Es acaso correcto abortar por mucho que una ley lo permita?
      Hay que tener cuidado con lo que se usa para argumentar porque una solución tan burda no sirve para despachar sin más tan complejo asunto, tan lleno de casuísticas muchas veces desgarradoras que interpelan la conciencia no solo de los católicos, sino de todo hombre justo allá donde se encuentre.

      1. «¿desde cuándo un católico valora la moralidad de una acción -la inmigración en este caso- solamente por una cuestión de mero derecho positivo -«es la ley la que lo prohíbe»-?»

        Los católicos siempre han estado obligado a cumplir las leyes, siempre que éstas no sean contrarias a la Ley de Dios. Con ésto ya le he respondido también a la pregunta que hace a continuación.

        Y dejen ya defender el tráfico de seres humanos, que sólo beneficia a las mafias y a políticos y empresarios inmorales, condenando a los inmigrantes o bien a morir, o bien a dedicarse a la mendicidad o la delincuencia. ¡Menuda caridad de pega!

          1. Pero ese es el discurso políticamente correcto, el discurso buenista, el que más cala y del que se aprovechan como bien dice todas esas mafias traficantes de seres humanos, financiadas por élites de oscuros intereses, al igual que los partidos Podemos y demás, así que de caridad nada de nada. No es caritativo promover la delincuencia, la mendicidad o la prostitución, que es a lo que muchas de estas personas se ven abocados a ejercer

  7. En Mondoñedo-Ferrol han desmovilizado a los católicos y ahora se encuentran con no tienen de qué echar mano. Pues a ver que hacen.
    Noventa y tres sacerdotes con una media de edad superior a los 70 años y sin ordenaciones un año sí y otro también es el anuncio de una muerte a muy corto plazo y con estas opiniones, peor aún.

    1. Estuve hace 5 ó 6 años en Mondoñedo. Nos acercamos a la Catedral, muy cuca, pequeña, bonita, y nos quisieron cobrar por entrar. Le dije que otro día, que yo venía a rezar y no a hacer turismo. No había nadie, con lo cual, la limosna que reciban será poca. Pues nada Sr. Obispo siga ahuyentando a los pocos feligreses que irán por allí y tendrán que cerrar

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