Benedicto XVI permanece estable, lúcido y alerta

Benedicto XVI Benedicto XVI
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Hacia las dos y cuarto de ayer, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, emitió una declaración sobre la condición del Papa emérito Benedicto XVI, que dice: “El Papa Emérito logró descansar bien anoche , se encuentra absolutamente lúcido y alerta ya día de hoy, aunque su estado sigue siendo grave, la situación por el momento es estable. El Papa Francisco renueva su invitación a orar por él y acompañarlo en estas horas difíciles”.

El Catholic Herald cita fuentes cercanas al pontífice emérito en el sentido de que Benedicto no sufre “ninguna enfermedad grave en particular”, sino que “se está desgastando y desvaneciendo gradualmente debido a su avanzada edad”.

La fuente confirma una información del National Catholic Register según la cual Benedicto sufrió una variación reciente en el ritmo cardiaco, algo que describió como «típico de la vejez» y no debido a una enfermedad específica.

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La fuente también explicó que la condición de Benedicto XVI había empeorado significativamente el martes por la noche, hasta el punto de perder el conocimiento, y que el Papa Francisco había sido informado de esto antes de la audiencia general del miércoles.

Benedicto luego recuperó la conciencia y se dijo que estaba «alerta», pero el miércoles por la noche empeoró, y sus allegados creían que el Papa emérito podría estar entrando en sus últimas horas. Sin embargo, el jueves por la mañana su estado se había estabilizado.

La fuente enfatizó que tales lapsos de conciencia, particularmente en los ancianos, pueden ser parte del «misterio» del atardecer de la vida.

“Probablemente hemos llegado a la última fase de su vida terrena, y debemos prepararnos y orar por él y por la Iglesia. Pero solo Dios sabe cuándo sucederá esto: esta tarde, mañana por la noche, en unos días o quizás en diez”, dijo la fuente. “No creo que podamos hablar de meses ahora, pero estamos en las manos del Señor ahora más que nunca”.

Se presume que a Benedicto se le han dado los últimos ritos, pero esto aún no se ha confirmado.

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Comentarios
14 comentarios en “Benedicto XVI permanece estable, lúcido y alerta
  1. El Papa Benedicto XVI es un dechado de virtudes que ha hecho y sigue haciendo gran bien a la Iglesia. Estamos unidos a él en la oración y en el amor sincero.

  2. La vejez no es una enfermedad. Nos tenemos que morir, y cuando no hay enfermedad la vida se apaga lentamente.
    Pareciera que Dios da una lucidez final, como última oportunidad para arreglar nuestras cosas con Él y así no caer en el infierno.
    Dios le dé el descaso eterno a Benedicto XVI, cuando le llegue el momento de su partida.
    Alabado sea Dios, sea por siempre bendito y alabado.

  3. Dios misericordioso se compasivo con tu buen siervo que tan dignamente ha pastoreado tu iglesia, y sea lo que sea que se haga tu voluntad, ha sido un gran Papa y estoy segura que Dios misericordioso le tiene un buen puesto reservado, sigamos rezando por él, poe su serenidad en afrontar este ultimo tramo del camino, tiempo habrá de encomendarno a él

  4. Juan Pablo II murió en olor de santidad con su martirio y borró con su ejemplo los errores de su juventud y de su pontificado, que los tuvo y graves. Benedicto XVI restañó sus terribles errores en sus escritos de juventud y su labor en el desmantelamiento del sistema inmunitario de la Iglesia, el Santo Oficio, haciéndolo poco menos que irrelevante.

    Roguemos a Dios que en estos últimos momentos Benedicto afronte la apostasía bergogliana y se gane la santidad. Dios lo quiera. En cualquier casom Dios guía a la Iglesia en su martirio de estos los últimos tiempos. Alegrémonos, pronto viene nuestra salvación.

    1. Estás muy enterado/a de todos los «terribles errores» de dos de los mejores papas que ha tenido la Iglesia… Aún suponiendo que fuera cierto, que no lo creo, no juzguéis y no seréis juzgados.

      1. El más santo de los papas y el primero de ellos negó a Cristo, y el mismo Cristo lo llamó Satanás. Y aún así hay muchos papas santos, todos ellos imperfectos, para sorpresa de los papólatras de cada época, que se creen que los papas que les tocó vivir son/eran los más grandes papas de la historia, porque su época es especial y ellos lo valen.

        Si los que escribieron el evangelio fueran papólatras del «no juzgar», hubieran borrado esos pasajes acerca de San Pedro y las traiciones del pueblo escogido, de David y Salomón y tendriamos una biblia dulzona y bobalicona, reducida a la décima parte, tan falsa como ellos mismos.

        Lo de no juzgar para resumir, se refiere a «no condenar». Si no juzgáramos, no seríamos humanos, seríamos animales.

        1. La capacidad de juzgar se corresponde a la inteligencia, y a la razón.
          La capacidad de ejercer juicio sobre las obras es lo que nos permite distinguir el bien del mal. Nos permite decir que matar es malo, y perdonar es bueno.

          Sabemos que matar es malo, y eso es un juicio, lo que no podemos es echar al infierno al culpable, ni garantizar que se condenará, porque sólo Dios juzga al individuo, pero eso no vale para decir que no puedo juzgar que su obra es mala.
          No hacer nada ante el mal, y no usar la razón para denunciar el mal es dañar al prójimo, y pecar de omisión, porque sabes que lo malo es malo.
          Decir «ese hombre es pecador, se va a ir al infierno, más le valdría ser como yo» es la clase de juicio que repugna al Señor y sobre quien deja caer su ira. No quien dice que el pecado es malo, sabiendo y reconociendo que más o menos, todos hemos ofendido al Señor.
          Muchas gracias, Sí, soy yo

          1. En el rito católico bizantino se usa «la oración de Jesús», «el rosario de oriente», en que se repite piadosa e intensamente la oración «Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador» o alguna variante parecida a esto, en cantidades de 33, 50, 100, 150, 300 o 500 veces, según se pueda.
            Muy bien vendría a los católicos latinos rezarla de vez en cuando tanto como se aconseja a los orientales rezar el rosario, y lo hacen.
            Recordamos que somos pecadores, vivimos en la miseria, pero sólo Jesucristo puede salvarnos, reparar lo que está mal, y llevarnos a la gloria.
            Nos recuerda la condición de nuestra naturaleza, la que es común al hombre, y nos ayuda a recordar que somos pecadores, como los demás y que como las demás necesitamos del mismo médico celestial.

            Sí, podemos juzgar el pecado, pero no al pecador, a ese le juzga el Señor.

      1. No como Caín, que siendo del Maligno mató a su hermano, ¿Y porqué le mató? Porqué SUS OBRAS ERAN MALAS, mientras que las de su hermano eran justas.
        1 Juan 3, 12

        Blanca y Antonio L le dirían a San Juan que no juzgue.
        Porque confunden «no juzgar» con la omisión, el silencio.
        «Policía, policía, están matando a alguien. —Sí, pero no juzgue».
        Si con «Sí, soy yo» el mundo queda sumido en la ignorancia absoluta (¿Qué tendrá que ver la ignorancia con ésto?) pues con Kiko Argüello y su compañía el mundo queda en el protestantismo absoluto, pero las marranadas de esos pentecostaloides parecen deseables para el que combate «ignorancias».

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