Cardenal Erdö: «Quisieron sustituir a Dios con el progreso, hoy se preguntan qué es el progreso»

Cardenal Erdö congreso eucarístico
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«La Iglesia en Europa ha educado a los pueblos individualmente. No ha suprimido su identidad, sino que ha elevado la cultura de cada uno de ellos». ¿La receta para reevangelizar el continente? «Mirar al sufrimiento del pasado».

(Il Foglio)- Desde el domingo pasado y hasta el 12 de septiembre, Budapest es el escenario del 52º Congreso Eucarístico Internacional, que reúne en la capital húngara a obispos de todo el mundo y -para la misa de clausura- al Papa. También está presente Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla. El programa está repleto, con misas (muchas misas parroquiales en todos los idiomas, celebradas por obispos y cardenales), momentos de oración, sesiones «operativas» y testimonios. Todo ha empezado con la gran misa de apertura en la que miles de niños han recibido su primera comunión. Luego, la adoración eucarística. Una semana cristiana en el corazón del continente más secularizado.

Le preguntamos al anfitrión, el cardenal Péter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest, si a través de estos signos el creyente tibio, a menudo con un modo propio de ser cristiano, se autoconvence de ser un verdadero creyente.

«¿Es posible ser creyentes tibios hoy en día? Una encuesta preguntaba qué valores son los más aceptados actualmente entre la gente. Había muchas respuestas posibles para elegir. En un grupo, el resultado fue que Dios ocupó el quinto o sexto lugar en una docena de valores. Pero esto era una media, porque en las respuestas concretas, Dios estaba a menudo en primer o último lugar. Si creemos en Dios, solo puede ser el primero. En las decisiones existenciales concretas, si somos creyentes, es el primero que tenemos que considerar. En nuestras sociedades de Centroeuropa y Europa Oriental, las generaciones mayores pagaron un gran precio si querían permanecer fieles al catolicismo. Incluso hoy en día, en determinadas situaciones, profesar ser católico, comportarse como tal de forma coherente, puede tener graves consecuencias. Por lo demás -añade el cardenal Erdö-, creer en Dios en general y rechazar a la Iglesia es una posición posible, pero no muy cristiana, porque no creemos en un dios filosófico abstracto, sino que somos discípulos de Jesucristo, Dios hecho hombre en la historia, crucificado y resucitado, que dejó su enseñanza y la Eucaristía a la Iglesia y que dio el mandato de anunciar la Buena Nueva».

Llevamos años oyendo hablar de la necesidad de reevangelizar Europa. Muchos lo han intentado, cada uno con sus propias ideas y proyectos, pero el río de la secularización parece no tener obstáculos delante. ¿Es posible que el fracaso de estos intentos se deba principalmente a una mala interpretación de lo que ha fallado en la transmisión de la fe de las antiguas a las nuevas generaciones? ¿Qué es lo que piensa usted?

«Usted dice que ‘el río de la secularización parece no tener obstáculos delante’. Tal vez podamos tener esta impresión, simplemente observando las fuerzas sociales en Europa, pero me parece que el mayor obstáculo para una secularización desenfrenada reside en la propia secularización. En la historia de las ideas podemos observar una fase temprana de esta secularización en la que el concepto de Dios fue sustituido por otra cosa, especialmente por la idea de progreso. En aquella época la gente quería servir a esta gran idea con una actitud casi religiosa. Sin embargo, en una etapa posterior, la secularización también se secularizó y se planteó, con razón, la pregunta de qué significaba el progreso. ¿Se está avanzando hacia una situación que representa un valor mayor? Pero si Dios no existe, ¿cuál es la base de comparación que nos permite juzgar lo que es valioso? Es decir, ¿qué significa avanzar? ¿Dónde está la parte de delante y dónde la de atrás? Para muchas personas, el deseo de sentirse bien en un momento dado se ha mantenido. Pero si ese es el único punto de vista, es comprensible que muchos tengan miedo al futuro. Tal vez mañana me sienta menos bien, o empiece a temer a los demás porque es posible que tenga que renunciar a algo por los demás. Por consiguiente, el individualismo también puede ser la consecuencia de esta mentalidad. La respuesta cristiana es, pues, una relación personal con Cristo. Esto significa una relación histórica, concreta, porque Jesucristo es una persona histórica y la relación con él tiene una concreción histórica que presupone también el testimonio de la Iglesia. Además, la relación con Jesucristo es también una relación directa y existencial, no solo un fenómeno cultural. Esta inmediatez está acentuada por los movimientos espirituales y, también, por las llamadas comunidades carismáticas».

Uno de los relatores previstos, Moysés Azevedo, ha dicho que «en Europa la fe no está muerta, solo está dormida». Para un europeo occidental, que a menudo ve las iglesias semivacías, a las que solo acuden ancianos, esto puede parecerle una afirmación arriesgada. Muchas veces tiene más la sensación de que hay poco que hacer. ¿Existe, si no una receta, una propuesta válida para despertar esta fe adormecida? El arzobispo de Budapest responde:

«Ciertamente, no conocemos una receta para despertar la fe o la práctica religiosa en Europa Occidental, pero tenemos experiencias históricas. Por ejemplo, en Albania, dónde todas las religiones estuvieron prohibidas durante el régimen comunista, con la libertad ha habido un renacimiento de la religiosidad. Ejemplos similares, aunque no tan extremos, pueden verse en algunas partes de la antigua Unión Soviética. Nuestra experiencia de fe en 1989-1990, a pesar del juego de fuerzas humanas detrás de los cambios, fue una demostración de que la Providencia divina estaba actuando aquí, como si hubiera sido, a pesar de todo, un verdadero milagro. Volviendo a la persona mencionada en la pregunta anterior, su comunidad, que se llama Shalom, también está activa en Budapest. Hemos visto conversiones y vocaciones entre los que han entrado en contacto con ellos. Jesús también actúa en Europa y sigue diciendo hoy: Talita Kum«.

Mirando el programa del Congreso, destacan los testimonios: muchos son obispos que vendrán de las más diversas partes del mundo. A menudo son pastores de Iglesias heridas y perseguidas, de Iglesias mártires. ¿Hay alguna relación con el sufrimiento que la Iglesia húngara padeció durante mucho tiempo? Estoy pensando en el siglo XX…

«Los católicos húngaros, así como en general los habitantes de nuestra región, siguen comprendiendo el sufrimiento de los perseguidos. Por este motivo, el símbolo de la preparación del Congreso Eucarístico fue la Cruz Misionera bendecida por el papa Francisco en Roma, que contiene las reliquias de los santos húngaros y de nuestra región, especialmente de los mártires del siglo XX. Cuando llegan noticias de persecución de cristianos o de ataques a iglesias o personas cristianas, sentimos fuertemente la hermandad y la solidaridad y buscamos formas de ayudarles. De hecho, la religión cristiana es la más perseguida del mundo. Al escuchar las noticias sobre los nuevos mártires, católicos y otros cristianos, sentimos la verdad de las palabras del papa san Pablo VI, que hablaba del ecumenismo del martirio».

Eminencia, vivimos en una época en la que parece cada vez más difícil encontrar el equilibrio entre la afirmación de la identidad nacional y el mundo global en el que vivimos. A menudo asistimos a una exaltación de excesos opuestos: por un lado, la exaltación de nuestra casa; por el otro, la promoción de utopías que querrían un mundo unido sin fronteras. ¿Cómo podemos salir de esta situación? ¿Qué papel puede desempeñar la Iglesia, sobre todo al principio del milenio, que tanto ha insistido en el reconocimiento de las raíces judeocristianas de nuestro continente?

«La Iglesia en Europa ha educado a los pueblos individualmente. No ha suprimido su identidad, sino que ha elevado la cultura de cada uno de ellos. La situación ideal sería, pues, una comunión fraternal entre pueblos reconciliados. Esto se expresa en la visión escatológica del Salmo 87 del que hemos tomado el lema para nuestro Congreso Eucarístico. Este salmo afirma que Egipto y Babilonia, Filistea, Tiro y Etiopía nacieron en Jerusalén y el Señor registrará en el libro de las naciones que todos nacieron aquí. Tal visión nos parece profética y puede referirse a la Iglesia, pero también puede referirse a la plenitud de los tiempos, donde no solo los individuos, sino también los pueblos, pueden tener una determinada vocación».

Publicado por Mateo Matzuzzi en Il Foglio.

Traducción de Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
16 comentarios en “Cardenal Erdö: «Quisieron sustituir a Dios con el progreso, hoy se preguntan qué es el progreso»
    1. ACS, es que se trata de que en el pasado se miraba a Cristo, hoy ya no.

      Cristo miraba al pasado, venía a completar la antigua Alianza de Dios con su más preciada criatura. Y es que un árbol no crece sano si carece de raíces fuertes. Sin aprender del pasado, no hay futuro. Pero claro, entiendo que para un relativista estas conclusiones sean anatema, dado que para usted no hay pasado ni raíces ni convicciones ni justicia ni nada de nada, sólo subjetivismo emocional de autopercepción.

      Cristo, precisamente, nos llama a salir del discurso de «me siento ofendido por…» para pensar más en el «nosotros», en la comunidad.

      1. Hidaspes,

        en Cristo se recapitula todo: el pasado, el futuro, Elias, Moisés, la ley …todo.

        «este es mi hijo amado. Escuchadle»

        por eso he dicho «mirar a Cristo».

        Pero si usted quiere mirar otras cosas…

        1. ACS, lo que he dicho, y que obviamente no ha entendido, es que mirar a Cristo en lo espiritual es mirar al pasado en lo terrenal para edificar un futuro más digno y justo que el que ahora nos acecha, un futuro sin Dios ni Iglesia.

          Usted no quiere entender que del pasado se aprende a mejorar el futuro.

          1. Hidaspes,

            claro que entiendo que es lo mismo.Pero es usted quien ha salido a puntualizarme. Dígame: si es lo mismo ,cosa en lo que estamos de acuerdo ¿por qué ha salido a puntualizar lo que yo he dicho? es lo mismo no?

            ¿por qué tanta insistencia en puntualizar todo lo que digo? si es lo mismo…

            tiene tantas ganas de desacreditarme, tanto miedo a que alguien pueda leerme y confundirse, pq ,según usted tiene que especificarse todo,todo,todo …no vaya a ser q confundamos… que tiene que salir siempre tras de mí a puntualizar lo que digo. Pues hoy ha metido la pata porque ahora reconoce que lo que he dicho yo y lo que ha dicho usted es lo mismo .

            Serénese Hidaspes…q su fe y la mia es la misma por muchos San Benitos que quiera colgarme.

            Unidos en Cristo

          2. Creo que era San Ireneo el que decía: «mi pasado es mi futuro» Normal que sea así porque uno de los argumentos que empleaba para demostrar la autenticidad de la Iglesia romana era el de la sucesión apostólica

          3. Hidaspes,

            yo lo veo así (no es la visión de la Iglesia sino la mia propia):

            usted y yo profesamos la misma fe. Usted la vive como el hermano mayor de la parábola y yo como la del hijo pródigo. El mayor conoce el orden de la casa de Dios mejor que el menor pues este último pasó su vida fuera de casa. El menor conoce la misericordia del Padre mejor que el mayor. El Padre no ha tenido necesidad de derramar su misericordia sobre el mayor pq este no tenía tanto pecado y Dios derrama su misericordia proporcionalmente al pecado de cada uno de nosotros. Por eso el pródigo conoce la misericordia del Padre mejor que el mayor. Ninguno por separado es imagen fiel del Padre sino en la unidad.

          4. Y es que Dios sólo tiene un hijo, no tiene dos. Justicia y misericordia se manifiestan por separado en los 2 hijos. Pero nos hace imagen de Dios en la unidad : Iglesia.

            Cada uno de nosotros vivimos la fe desde lo que conocemos del Padre pero es un conocimiento sesgado. Por eso es bueno que aprendamos unos de otros.

            Pero es la misma fe, aunque al mayor no se lo parezca.

            Buenos días Hidaspes, unidos en Cristo

  1. Mirar a Cristo… que dejó clara la Verdad en el pasado (como unos 2.000 años atrás, nada menos) Y es que algunos piensan que la Revelación, que ya está completamente terminada (con la muerte del último Apóstol), va a cambiar. Pero no es así. Así que, pueden esperar sentados «novedades» y «sorpresas» (ya que no les gusta lo que Dios ya reveló), que la Verdad va a seguir igual: inmutable, desde que se revelará en el pasado hasta el fin de los tiempos.

  2. Y si TODO con Dios, en el Principio, fue PERFECTO, el Progresso del Hombre sólo puede ser HÁCIA ATRÁS.
    «Sin Mi, no puedes hacer nada…»–palabras de Jesús

  3. Muy bien la entrevista del Sr. Cardenal. Me ha gustado una certera observación que hace y que nunca antes había leido en parte alguna: «La Iglesia en Europa ha educado a los pueblos individualmente. No ha suprimido su identidad, sino que ha elevado la cultura de cada uno de ellos». En cambio lo de San Pablo VI, es decir que Juan Bta. Montini, practicó las virtudes en grado heroico es una tomadura de pelo. Como las cartas con balas de Iglesias.

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