«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David»

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Hoy celebramos XX Domingo del Tiempo ordinario. Te ofrecemos las lecturas del día.

Primera lectura. Isaías (56,1.6-7):

Así dice el Señor: «Guardad el derecho, practicad la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.»

 

Salmo 66,2-3.5.6.8

R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros;

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación. R/.

 

Que canten de alegría las naciones,

porque riges el mundo con justicia,

riges los pueblos con rectitud

y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

 

Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

Que Dios nos bendiga;

que le teman hasta los confines del orbe. R/.

 

Segunda lectura. Romanos (11,13-15.29-32):

Os digo a vosotros, los gentiles: Mientras sea vuestro apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos. Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida? Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Vosotros, en otro tiempo, erais rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, habéis obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.

 

Evangelio Mateo (15,21-28).

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.

Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada.

Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.»

Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»

Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»

Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»

Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»

Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»

En aquel momento quedó curada su hija.

(Ciudad Redonda)

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Comentarios
10 comentarios en “«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David»
  1. «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»

    Esta respuesta no sólo es de una mujer con gran Fe, sino de una mujer muy humilde, que no toma a mal ser comparada a los perros. El Señor no fue nada políticamente correcto. En nuestra época, acabaría en prisión solo por esa comparación.

        1. Tienes razón,así lo dice la Biblia de Jerusalen.Lo acabo de mirar.

          La que yo sigo, la BCI, lo traduce distinto : » los dejó cautivos de la desobediencia»
          Y en missa creo que también lo he escuchado así.

          La de Jerusalen dice q Dios los encerró y la mia que permitió su cautiverio.

          En fín, a veces no sabe uno qué creer…

          Disculpa

      1. Saray,

        No me escandalizo, es sòlo que no lo creo. Dios no nos pone en el pecado es el maligno quien nos pone y nosotros quienes lo elegimos.

        Otra cosa es que Dios permita q el pecado nos esclavice ya que nos ha hecho libtes para elegir y respeta nuestra decisión.

        Si se lee dentro del contexto y todos los versículos (tambièn los que se omiten en la lectura) se sobreentiende que es el hombre quien elige la rebeldia y no Dios quien le encierra en ella.

        Una expresión desacertada, entiendo yo.No tiene sentido. Como ya he respondido a Susanaa, más abajo,la traducción de mi Bíblia no lo expresa así.

        Saludos

  2. El Señor en esta ocación se hace el duro, porque sabe de antemano el grado de Fe y necesidad que esa mujer tenía. Y sabía que ella a pesar de su aparente negativa, perseveraría en pedirle ayuda. La lección fue sobre todo para sus discípulos, para que aprendieran el valor de la Fe en Su Persona, la perseverancia y la humildad de encajar un aparente menosprecio devolviendo mansamente un argumento válido que anulaba la objeción formulada. Probablemente era una mujer acostumbrada a tener que luchar mucho por sobrevivir. Y el Altísimo, en la Persona de Cristo, se asombró públicamente de su capacidad de creer y perseverar. Y la bendijo con un milagro patente y a distancia.

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