La Conferencia Eclesial Amazónica recién creada sería una “especie de experimento” eclesial para aplicar luego los resultados a la Iglesia Universal, sostiene en el británico The Tablet el obispo peruano de Puerto Maldonado, David Martínez de Aguirre Guinea, vicepresidente de la citada conferencia.
“Podemos decir que podría considerarse una especie de experimento (no sé si es la palabra adecuada) para una forma de vida eclesial, basada en la sinodalidad, en la que el obispo ya no es alguien que dirige la Iglesia por su cuenta, sino alguien que forma parte del viaje eclesial entero”, asegura Martínez de Aguirre. “Como dice el Papa Francisco en La Alegría del Evangelio, los pastores están ahí, a veces en cabeza, a veces en el medio, a veces detrás”.
Martínez de Aguirre, junto al cardenal brasileño Claudio Hummes, uno de los organizadores del Sínodo de la Amazonia del pasado octubre, señala que esta nueva Conferencia Eclesial Amazónica establecida el pasado mes será distinta de otras organizaciones eclesiales de semejante naturaleza en que “mujeres e indígenas” tendrán influencia en ella, reflejando así el nuevo “espíritu sinodal” de la Iglesia.
El Papa Francisco en persona ha sido quien ha sugerido esta nueva estructura, y es también quien ha insistido explícitamente que no se llame “conferencia episcopal”. Lo explica el propio Hummes: “Siguiendo la sugerencia del propio Papa, no va a ser una conferencia episcopal como tantas otras, sino lo que ha llamado Conferencia Eclesial de la Región Amazónica. La razón es que se pretende que sea expresión de la naturaleza sinodal de la Iglesia en la región… Al igual que el Sínodo de la Amazonia, donde había obispos que tenían voto, pero también muchos otros, laicos, indígenas, con derecho a opinar, es una Iglesia que escucha a las comunidades y busca con ellos formas de evangelizar encarnadas e inculturizadas”.
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Hay algo que les quita el sueño todavía más que un titular: hacer el indio. Y si encima hay una cámara, el éxtasis es completo. Son como niños (a gastos pagados)…
Para Francisco todo es un campo de pruebas que deja sembrado de minas que destruyen muros, puentes y el único camino.
Para Francisco todo es un juego. Sabían perfectamente el nivel de madurez y de responsabilidad de quien ponían.
Como dijo un ministro: «Los experimentos con gaseosa».Francisco que se deje de experimentos y sea fiel a los Papas de la Iglesia de los dos milenios precedentes.
Es mucho atrevimiento condenar al Papa como idólatra, pues nunca lo ha sido ni lo será. Al final de la ceremonia en os jardines vaticanos, le pidieron una palabra y se limitó a orar con el Padre nuestro. No hay otro dios que nuestro Padre del cielo.
Respeta al Papa: se dice Su Santidad el Papa Francisco. Si eres clérigo demuéstralo.
A No preocuparse, luego viene Jesús y arregla todo.
Vale, Fede. Pero ¿qué nos importa a nosotros? La Iglesia de Jesucristo, amparada por el Espíritu, seguirá, pero usted y yo con toda probabilidad ya no estaremos dando la lata por aquí. ¿Y qué pasa con la Iglesia en la que nosotros vivimos, que nos han impuesto desde arriba con técnicas de Cosa Nostra? ¿Acaso no somos de la peña, no hemos existido?
Tiene razón, Lucas. Realmente había bastante de irónico en mi comentario. Esta permanencia eclesial de la que algunos hacen gala es en el fondo perniciosa. No piensan acaso en todos los que se perderán por los pésimos ejemplos? Creen tener asegurada su salvación?
Algunos lamentablemente hoy aman a determinadas autoridades por su liberalidad y permisividad inconcebibles. Si cambian las cosas, se desinteresarían o hablarían mal del que fuere.
Los evangélicos agradecidos. Menos mal que esta debacle la anticipó Nuestra Señora. Habrá que penar, pero al final Su Corazón Inmaculado triunfará
Sabes qué? Mejor mira cómo avanza el secularismo y poco a poco la España católica va desapareciendo
La «Iglesia saliente», una de las indicaciones de Francisco, se percibe en contraste con la «minoría creativa», que es, en cambio, una expresión, una esperanza, del Papa Benedicto, dos estrategias diferentes y con resultados diversos». «Desde el manejo de los fenómenos migratorios, hasta la simpatía por las «sardinas», pasando por el globalismo y el ecologismo a lo Greta Thunberg: la Iglesia Católica ha operado una maniobra que la ha llevado a la izquierda». Pero lo que se siente, una reacción cada vez mayor, a nivel de base, no es tanto el coqueteo con lo que se llama ‘progresismo’, sino un rechazo real hacia la globalización, es decir, de querer canalizar el papel y la función de la Iglesia hacia la sociedad política de una manera casi exclusiva, dando prioridad a las cuestiones sociales, económicas, sindicales y cualquier otro campo que no sea el de naturaleza trascendente y metafísica «.
«Interceptar a los fieles críticos con el posicionamiento de la Iglesia Católica, por razones obvias, está lejos de ser trivial. Desde abajo una «oración», un «grito de dolor» está llegando a los Sacros Palacios, una oración que confía en que la Iglesia Católica se distanciará lo más posible de las frivolidades progresistas-regresistas.
Hablando de éxitos no podemos terminar sin una referencia a la Alemania del camino sinodal-amazónico. Más sabemos, peor es. Los datos dicen que un 30% de los católicos quiere abandonar la iglesia en un corto plazo. Los efectos del fracisquismo no mejoran las cosas sino que las aceleran en la peor dirección. El ‘camino Alemán-amazónico’ cada vez tiene más pinta de precipicio. Pero que no nos precipiten a los demás.
Hagan lio
Que se vayan a sus campos de pruebas pachamámicas y nos dejen en paz a los católicos, con Jesucristo, Dios y hombre verdadero, que es quien quiere una y otra vez probar nuestra fidelidad, no al revés.
Conferencia eclesial, sínodo de la amazonia y sínodo alemán, suenan como la misma cosa. Y no pasa nada.
«Por el buen gobierno de la Iglesia»
No me imagino a Jesucristo probando y experimentando, sino siendo, evangelizando y haciendo el Bien. Una iglesia que no cree en nada, prueba, experimenta, hasta que acaba en el precipicio en el que está acabando.
Puede que sea una prueba, pero el Papa Francisco lo tiene más fácil al tener buenos ejemplos de quienes evangelizaron en América hace siglos. Que los conozca en detalle y los aplique en la Amazonia. Y sin nada de sincretismos; las esculturas, grabados y pinturas pueden ser muy bonitos, pero nunca objeto de adoración en sí mismos, ya hablemos de paganismo o de catolicismo.
…»vería en la Amazonia un ‘campo de pruebas’ para la Iglesia, asegura obispo peruano»…
…pero qué sorpresa, quién hubiera esperado tal cosa….
¿Está bien hacer sin necesidad experimentos que arriesgan la salvación de tantas personas?
no sé que tengo que hacer para sacarme la ira … No ver ni saber nada más de los del circo este pachamamico, supongo
(sacerdote católico, gracias por su paciencia¡
en el artículo sobre Trump, comenté sobre su paciencia y más cosas suyas..)
Está todo tan perdido que la ira me puede. Pero Jesús está al timón, esa es mi esperanza¡ nuestra esperanza¡
Gracias Rosa M. Lo acabo de leer. Está muy bien su comentario.
La culpa de personas como Manolo la tiene Infovaticana, por no censurarle. De esta manera, Infovaticana convierte en lodazal su propio portal.
Moderador, por favor, permitir ese lenguaje racista de Belzunegui es escandaloso.
Indio es un insulto racista???
Si consideras que sí, el racista eres tú.
Tiene razón, Mariela
Pues tengo un buen amigo indio, aunque no del Amazonas, sino de la India. Ya siento no poder complacerte.
Y además, hacer el indio es lo mejor que hace Belzunegui. Y no lo aprendió de su amigo. Es autodidacta.
Manolo. Por tu descripción de sacerdote, no has visto uno en tu vida.
El Vaticano II fue una catástrofe histórica sin precedentes (De Mattei)
El Dies Iræ publica una entrevista exclusiva con el renombrado historiador italiano Roberto de Mattei quien, entre otros temas, se ha dedicado a estudiar a fondo el Concilio Vaticano II en todos sus aspectos. A lo largo de esta entrevista, de Mattei hace una excelente presentación de la situación en la que vivimos y presenta algunos de sus antecedentes. Agradecemos al Prof. Roberto de Mattei, nuestro ilustre amigo y seguidor, y confiamos estas líneas a la protección maternal de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Si no te gusta el Vaticano II, no te gusta el Papa… funda tu iglesia porque estás fuera de la Iglesia fundada por Cristo.
La llamada «hermenéutica de la continuidad» fue teorizada por Benedicto XVI en su famoso discurso a los cardenales del 22 de diciembre de 2005, en contraposición a la «hermenéutica de la discontinuidad» de la escuela ultraprogresista de Bolonia. Sin embargo, el propio Benedicto XVI, después de siete años de pontificado, en un discurso pronunciado el 27 de enero de 2012 ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, afirmó que «en vastas zonas de la tierra, la fe corre el peligro de apagarse como una llama que ya no se alimenta». Nos enfrentamos a una profunda crisis de fe, una pérdida de significado religioso que es el mayor desafío para la Iglesia hoy en día». Un año después, Benedicto renunció a su pontificado y leo su renuncia como una admisión de fracaso.
Ya aburres con la dichosa hermenéutica, viejo discurso de Benedicto XVI, muy academicista y poco pastoral.
El desastre se produjo porque el gravísimo problema de la pérdida de la fe no es hermenéutico, sino histórico, teológico y pastoral. Cualquiera que sea el juicio sobre los documentos del Concilio, el problema básico no es interpretarlos, sino entender la naturaleza de una fractura histórica que ocurrió en la Iglesia entre 1962 y 1965. Está claro que muchos problemas existían antes del Vaticano II y muchos otros surgieron sucesivamente. Pero para el observador desapasionado, es igualmente claro que el Vaticano II fue una catástrofe histórica sin precedentes en la historia de la Iglesia. El debate abierto por el arzobispo Carlo Maria Viganò y el obispo Athanasius Schneider es más que oportuno, y los intentos de neutralizarlo en nombre de la «hermenéutica de la continuidad» me parecen condenados al fracaso.
Hoy en día vemos las desastrosas consecuencias producidas en el post-Concilio: iglesias y seminarios vacíos, here ías que se extienden, destrucción de la familia, abortos en masa, clérigos «gay friendly», etc. Sin embargo, no basta con atacar las consecuencias. Es necesario ir a sus causas. En su opinión, ¿cuáles son?
La causa última, para mí, es la pérdida del espíritu militante que, hasta el Concilio Vaticano II, llevó al católico a separarse del mundo y a combatirlo. Tomemos el ejemplo del abandono de la sotana, sustituida por el cleriman y luego por la ropa ordinaria. La sotana creó, por así decirlo, una barrera psicológica entre el sacerdote y el mundo y creó un aura sagrada alrededor del sacerdote. El abandono del hábito religioso tiene el significado de una secularización de la vida del sacerdote, una penetración del espíritu del mundo en su vida espiritual.
Hoy en día vemos las desastrosas consecuencias producidas en el post-Concilio: iglesias y seminarios vacíos, he re ías que se extienden, destrucción de la familia, abortos en masa, clérigos “gay friendly”, etc. Sin embargo, no basta con atacar las consecuencias. Es necesario ir a sus causas. En su opinión, ¿cuáles son?
La causa última, para mí, es la pérdida del espíritu militante que, hasta el Concilio Vaticano II, llevó al católico a separarse del mundo y a combatirlo. Tomemos el ejemplo del abandono de la sotana, sustituida por el cleriman y luego por la ropa ordinaria.
VEN, ESPÍRITU SANTO, VEN, POR MEDIO DE LA PODEROSA INTERCESIÓN DE LA INMACULADA VIRGEN MARÍA, TU AMADÍSIMA ESPOSA.
La pandemia, en mi opinión, fue una saludable llamada de atención para que la humanidad nos recordara que somos mortales, que todo lo que nos rodea es precario, que no podemos encontrar la solución a nuestros problemas ni en la política ni en la ciencia. Para muchos, la época del coronavirus fue una ocasión para la reflexión, para profundizar en los valores espirituales y morales y para perfeccionar la propia vida espiritual. Para muchos otros, sin embargo, los mismos días fueron la ocasión de apartarse de los sacramentos de la Iglesia y sumergirse en la indiferencia. Creo que debemos situar la erupción del coronavirus en el mundo dentro de un amplio marco teológico de la historia que es el de los castigos espirituales y materiales anunciados por el mensaje de Fátima.
Hoy en día nadie quiere oír hablar de castigos, pero los castigos divinos son siempre actos de misericordia, porque Dios es a la vez infinitamente justo e infinitamente misericordioso. Por la misma razón, no se puede hablar de misericordia sin recordar que siempre presupone justicia. Este es el lenguaje de la Iglesia.
Veo una profunda contradicción en la consagración del cardenal Marto. Es difícil de entender cómo el Obispo de Leiria-Fátima quiso realizar un acto de consagración en el Santuario de Fátima para lograr el fin de la pandemia, y nunca tomó la iniciativa de pedir al Santo Padre que cumpliera la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María que, precisamente en su Diócesis de Fátima, fue solicitada personalmente por Nuestra Señora.
La fallida consagración de Rusia es uno de los mayores escándalos del siglo pasado. Pío XII, con la Carta Apostólica Sacro vergente anno del 7 de julio de 1952, consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María. Esta consagración era ciertamente agradable a Dios, pero estaba incompleta porque no fue hecha en unión con todos los obispos del mundo. Podría constituir el modelo de la consagración tan largamente esperada que ni siquiera Juan Pablo II la cumplió según las condiciones exigidas por Nuestra Señora. Sabemos que un día se hará esta consagración, pero es demasiado tarde para evitar el castigo. Nuestra Señora lo predijo.
Aldo María Valli vuelve en Duc in Altum al CVII y nos habla del error fatal de que parte, de un error suicida: su alocado afán de agradar al mundo, cuando la misión de la Iglesia no es agradar sino convertir, anunciando el evangelio en su integridad, sin recortes.
Puras palabras vacías, que expresan una gran ignorancia y desconocimiento de la realidad de la Amazonia